Berlusconi, en plan fiera

Grita, acusa, desaf¨ªa. Niega sin pesta?ear cualquier evidencia que le perjudique. Parece dispuesto a pegarse con todo el mundo. Silvio Berlusconi se ha convertido en una fiera desencadenada, en un torbellino de tensi¨®n y violencia apenas contenida.

El candidato del centro-derecha quiere crispar la campa?a electoral y est¨¢ logr¨¢ndolo. Mientras el centro-izquierda habla en voz baja e intenta transmitir moderaci¨®n, Il Cavaliere afirma que la democracia italiana vive "una situaci¨®n de emergencia". La estrategia berlusconiana se ha perfilado episodio a episodio. Su primer "pu?etazo sobre la mesa" (la frase es suya) consisti¨® en abandonar la grabaci¨®n de una entrevista en la RAI, alegando que el "izquierdismo" de las preguntas formuladas por la periodista Lucia Annunziata le imped¨ªa expresar su "mensaje" a los televidentes.

"Yo soy una buena persona y t¨² eres un 'coglione", le recrimin¨® a un joven en G¨¦nova

Una semana despu¨¦s, el domingo pasado, irrumpi¨® como una hidra en la asamblea de la patronal Confindustria para acusar a sus dirigentes de "filoizquierdismo". Berlusconi se enfrent¨® a gritos con el empresario Diego della Valle, miembro de la directiva, y cre¨® una situaci¨®n bochornosa.

Para algunos analistas, Il Cavaliere renunci¨® en ese momento a todas sus opciones de victoria. Las im¨¢genes, repetidas por la televisi¨®n, reflejaban todo lo contrario a la moderaci¨®n. Y, sin embargo, el presidente del Gobierno en funciones ten¨ªa en mente dos objetivos precisos, ambos plenamente alcanzados.

El primero, quebrar el espinazo de la patronal Confindustria, que bajo la presidencia de Luca Cordero di Montezemolo hab¨ªa lamentado con insistencia el estancamiento econ¨®mico y la p¨¦rdida de competitividad de las empresas italianas.

El segundo, mostrarse ante su p¨²blico como un valiente, capaz de acallar con unos cuantos gritos a toda la oligarqu¨ªa del pa¨ªs. Hasta cierto punto, Berlusconi coron¨® la cumbre de las paradojas: el hombre m¨¢s rico de Italia se erigi¨® en l¨ªder de los "descamisados".

Montezemolo envi¨® el martes una circular a todos los dirigentes de Confindustria, invit¨¢ndoles a mantener silencio durante la campa?a electoral. El presidente de Fiat y de Confindustria no quer¨ªa que la organizaci¨®n empresarial fuera manipulada, por lo que se vio obligado a declarar algo parecido a una neutralidad forzosa.

?se fue un punto a favor de Berlusconi, que necesitaba a toda costa el silencio empresarial. ?Por qu¨¦? Para que las ¨²nicas denuncias sobre la situaci¨®n econ¨®mica procedieran del centro-izquierda.

El remate de la jugada lleg¨® ayer: el crecimiento cero de la econom¨ªa italiana en 2005 era s¨®lo "una historieta de la izquierda", "una falsedad". La presunta "falsedad" proced¨ªa de cuadros macroecon¨®micos del Banco de Italia, de la Uni¨®n Europea y del Fondo Monetario Internacional, pero esas organizaciones no participan en la campa?a.

El martes por la noche, en G¨¦nova, un grupo de manifestantes protagoniz¨® incidentes en el exterior del teatro donde Berlusconi celebraba un mitin. Al t¨¦rmino del acto, un muchacho se acerc¨® a Berlusconi y grit¨® "?Viva Vittorio Mangano!", en referencia al mafioso siciliano que durante a?os se ocup¨® de las caballerizas de la residencia de Il Cavaliere a las afueras de Mil¨¢n. Berlusconi se revolvi¨® y, rodeado de guardaespaldas, se acerc¨® al chico apunt¨¢ndole con el dedo: "T¨² no puedes permitirte decir esas cosas, yo soy una buena persona y t¨² eres un coglione".

Esos hechos le permitieron denunciar ayer la "violencia" de la izquierda, que sacaba sus "escuadrones" a la calle para amenazar a las personas "moderadas" como ¨¦l. La izquierda, proclam¨®, insist¨ªa en mentir sobre la econom¨ªa y en difundir el pesimismo.

"En la asamblea de Confindustria quise solamente transmitir un mensaje optimista, sin ¨¢nimo de polemizar", a?adi¨® con una sonrisa.