Condenado a 32 a?os de c¨¢rcel el l¨ªder de la guerrilla peruana Tupac Amaru
En la base naval del Callao, en una sala desangelada y funcional, muri¨® en la noche del martes el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), el segundo grupo guerrillero de Per¨². El m¨¢ximo dirigente y fundador del grupo, V¨ªctor Polay Campos, fue condenado a 32 a?os de prisi¨®n y, junto a ¨¦l, otros siete miembros de la c¨²pula emerretista escucharon penas similares, nunca inferiores a 15 a?os de reclusi¨®n, por los cr¨ªmenes cometidos en el periodo m¨¢s sangriento del movimiento, entre 1987 y 1995, entre ellos el secuestro y asesinato del empresario espa?ol Fernando Manrique Acevedo, en 1992.
Para los peruanos, la sentencia contra la c¨²pula del MRTA supone un paso para empezar a dejar atr¨¢s una guerra sucia y despiadada que dur¨® 20 a?os. Para los extranjeros, el fin del grupo que sali¨® en la portada de todos los diarios del mundo tras asaltar a finales de 1996 la Embajada de Jap¨®n en Lima y retener a 72 rehenes durante 126 d¨ªas. Ninguno de los guerrilleros que participaron en este atentado vivi¨® para contarlo.
El fallo contra la direcci¨®n del grupo fue calificado de hist¨®rico por la prensa local y la gente as¨ª parec¨ªa vivirlo. La lectura de la sentencia, retransmitida en directo por televisi¨®n, fue una de las pocas cosas que distrajeron a los peruanos de los dardos envenenados que se arrojan en estos d¨ªas los candidatos a las presidenciales del 9 de abril. "El fallo es el epitafio del MRTA", explica Jos¨¦ Robles Montoya, experto del Instituto de Defensa Legal (IDL), una asociaci¨®n de an¨¢lisis y control de la democracia y las libertades civiles.
"El hecho de que un tribunal civil, tras un juicio con todas las garant¨ªas, haya condenado a la c¨²pula emerretista como terroristas y no como rebeldes es un mensaje para cualquiera que quiera revivir los a?os de violencia (...) Esta sentencia, unida a la que a principios de semana conden¨® a un ex polic¨ªa por la desaparici¨®n de personas, fortalece la justicia y la democracia peruana", concluye Robles. Los dirigentes del MRTA hab¨ªan sido condenados en 1993 a cadena perpetua en un juicio sumario llevado a cabo por un tribunal militar, que despu¨¦s fue anulado por el Tribunal Constitucional.
Cualquiera con quien se converse en Lima rememora con expresi¨®n sombr¨ªa los a?os m¨¢s violentos de la guerrilla. Los ataques del grupo mao¨ªsta Sendero Luminoso, rural y mayoritario, y del marxista-leninista MRTA, urbano y de menor capacidad de fuego. Entre ambos causaron la muerte de casi 13.000 personas desde principios de los a?os ochenta, seg¨²n Gianella S¨¢nchez, de la Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos de Per¨².
Los lime?os recuerdan, no sin cierta iron¨ªa, que ninguno de los emerretistas sentenciados el martes particip¨® en el ataque m¨¢s sonado de la historia del grupo: el asalto a la Embajada japonesa en la capital peruana. Ninguno de los 14 guerrilleros del MRTA dirigidos por N¨¦stor Cerpa Cartolini, alias Comandante Evaristo, sobrevivi¨® a la recuperaci¨®n por la fuerza del recinto diplom¨¢tico por parte del Ej¨¦rcito peruano. Tambi¨¦n muri¨® un reh¨¦n y dos de los militares que participaron en el ataque. Muerto Cerpa Cartolini y con Polay en prisi¨®n desde 1992, el MRTA qued¨® descabezado y, salvo por el secuestro de alg¨²n incauto o las pintadas en alguna iglesia remota, el movimiento pr¨¢cticamente ha desaparecido.
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