Caen las antenas de la guerra fr¨ªa
Una voladura controlada acaba con Radio Liberty en la playa de Pals
La guerra fr¨ªa no necesitaba de grandes ej¨¦rcitos, pero s¨ª de grandes antenas. Como las que ayer se derribaron con una voladura controlada en la playa de Pals (Girona). A trav¨¦s de Radio Liberty, el Gobierno estadounidense decidi¨®, a finales de los cincuenta, lanzar su propaganda pol¨ªtica a los pa¨ªses comunistas. Las emisiones, en 16 lenguas, se iniciaban a diario con las palabras en ruso "Govorit Radio Svoboda" ("Habla Radio Libertad"). La emisora, que fue una de las m¨¢s potentes del mundo, ten¨ªa seis transmisores de onda corta de 250 kilovatios cada uno. La playa de Pals fue la escogida para su instalaci¨®n porque las dunas y matas bajas no obstaculizaban sus emisiones, adem¨¢s de que el mar contribu¨ªa a reflejar y potenciar las ondas emitidas.
Durante 40 a?os proliferaron leyendas sobre supuestas actividades secretas en el recinto
Estados Unidos compr¨® los 333.500 metros cuadrados de terreno en 1958 por poco m¨¢s de siete millones de pesetas de la ¨¦poca, aunque curiosamente los puso a nombre del Gobierno espa?ol, que le cobraba un alquiler. Las primeras emisiones empezaron en 1959.
Durante a?os, la radio de Pals fue la m¨¢s estrat¨¦gica y la de m¨¢s cobertura de las que Estados Unidos ten¨ªa repartidas por el mundo. La ca¨ªda del tel¨®n de acero y la apertura democr¨¢tica de los pa¨ªses comunistas a finales de los noventa, as¨ª como el avance de otras tecnolog¨ªas, pusieron en tela de juicio su utilidad. Aun as¨ª, Mija¨ªl Gorbachov reconoci¨® que durante el intento de golpe de Estado de agosto de 1991, mientras estaba encerrado en una habitaci¨®n, consigui¨® informaci¨®n sobre lo que suced¨ªa en su pa¨ªs (la extinta URSS) a trav¨¦s de las emisiones de Pals. En noviembre de 1995 pas¨® a integrarse en la Oficina Internacional de Radiodifusi¨®n Voz de Am¨¦rica. La voz de las antenas de Pals call¨® para siempre el 25 de mayo de 2001. Desde entonces, su demolici¨®n estaba cantada. Los comercios y vecinos de la zona creen que las antenas perjudicaban la imagen del municipio y ahuyentaban a los turistas.
Durante m¨¢s de 40 a?os proliferaron las leyendas sobre las actividades secretas del recinto. "Se lleg¨® a decir que ten¨ªamos bombas escondidas bajo tierra o que los trabajadores enfermaban a causa de las radiaciones, pero todo era mentira", explica Astrid van Doornick, que fue secretaria de los directores de Radio Liberty desde 1963 hasta su cierre. Maria Dolors Sarrinat, ATS del centro durante 12 a?os, certifica que el lugar era una especie de reserva animal, un para¨ªso rodeado de verjas: "Hab¨ªa ardillas, p¨¢jaros incre¨ªbles, conejos, serpientes y escorpiones". Seg¨²n otra leyenda, a los trabajadores que conoc¨ªan los secretos del centro les daban una pastilla para borrarles la memoria cuando se jubilaban.
El recinto de Radio Liberty, rodeado de alambradas y vigilado por guardias, tuvo consecuencias positivas para la preservaci¨®n del paisaje: lo libr¨® de la especulaci¨®n inmobiliaria en una zona paradis¨ªaca. Los terrenos se integrar¨¢n pr¨®ximamente, tras la limpieza del entorno y el derribo de algunos edificios de servicios, a un futuro Parque Natural de las Islas Medes y el Montgr¨ª.
La voladura congreg¨® ayer en la playa a un gran n¨²mero de curiosos bajo una intermitente lluvia. Explosiones simult¨¢neas de goma 2 cortaron algunos de los vientos de sujeci¨®n de las antenas m¨¢s altas, de hasta 166 metros, haciendo que la atracci¨®n de los cables que tiraban en otras direcciones provocaran la ca¨ªda de las estructuras por oscilaci¨®n. La ca¨ªda de las torres menores se provoc¨® explosionando dos de sus cuatro bases. En poco m¨¢s de 10 segundos, los colosos de acero cayeron, como un castillo de naipes, sobre las dunas de la playa.
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