Un renovador del grabado
Muri¨® el 3 de marzo. El 12 de julio de 2006 iba a cumplir 64 a?os. Llegamos juntos a Madrid, desde Argentina, en 1976, despu¨¦s de una estancia en Asunci¨®n del Paraguay, gracias a la ayuda y el est¨ªmulo de Carlos Colombino, Osvaldo Salerno, Ticio Escobar, y en S?o Paulo. Aqu¨ª, con una experiencia ya s¨®lida como grabador en metal, comenz¨® a trabajar en Grupo 15, donde trab¨® relaci¨®n, entre otros, con Mar¨ªa Corral, Carmen Jim¨¦nez, Jos¨¦ Ayll¨®n, uno de los fundadores del grupo El Paso.
M¨¢s adelante, despu¨¦s de su continua actividad como creador y estampador, mont¨® su propio taller en un local de la calle Luis V¨¦lez de Guevara, cerca de la plaza de Tirso de Molina. En 1995 fund¨® la editorial de obra gr¨¢fica que lleva su nombre.
Trabajador incansable, aparte de su labor como creador, que le vali¨®, entre otros galardones, el primer Premio en la VII Trienal de Polonia 2004, el Premio Nacional de Grabado 1998, la Menci¨®n de Honor en el Certamen Nacional de Grabado de Madrid de 1997, el Premio del Sal¨®n Internacional de Buenos Aires y el de la Bienal de Ibiza en 1982, merece destacarse su temple individual, su capacidad para comprender la obra de otros artistas y encontrar las soluciones t¨¦cnicas adecuadas, as¨ª como para estimular a los j¨®venes, sin dogmas ni normas r¨ªgidas, intentando que cada uno de ellos descubriese el propio pulso, el trazo, la imagen que singulariza.
Su empuje, su energ¨ªa, su ojo cr¨ªtico y comprensivo, hac¨ªan de ?scar Manesi el ejemplo del ser humano que construye una obra y se hace a s¨ª mismo obra de arte, en ese espacio, muchas veces tierra de nadie, en que la ¨¦tica personal se funde con el compromiso est¨¦tico.
En la obra gr¨¢fica, as¨ª como en sus cuadros pr¨®ximos a la escultura, revel¨® una necesidad imperiosa por encontrar nuevas v¨ªas expresivas, lo que sin duda iba acompa?ado en ocasiones de la insatisfacci¨®n, la inquietud, la pregunta permanente. Y esa experiencia, esa b¨²squeda, hace que sea reconocido como uno de los renovadores del grabado en Espa?a.
Hemos perdido a un artista, un artista que transitaba por la vida cotidiana haciendo del primor una norma: agasajaba a quienes quer¨ªa preparando manjares en los que la sencillez no iba re?ida con el buen gusto; disfrutaba del canto y de la facultad que da el teatro y la parodia; hac¨ªa del di¨¢logo un desaf¨ªo contra las convenciones; buscaba el amor como quien recorre la isla del tesoro; firme, riguroso, audaz, se derramaba, leal a tope, por el maravilloso abismo de la ternura.
Se nos ha ido alguien que supo hacer de la pasi¨®n y la duda los principios imprescindibles de un trabajo fuera de la molicie de los esquemas consabidos. Fuera del c¨®modo recurso de aceptar sin rechistar las verdades consagradas. Desnudo, envuelto en (prisionero de) un alambre de espinos, apoy¨® las manifestaciones contra la guerra de Irak. Seguramente se espanta a¨²n, desnudo ante nosotros, observando sin pausa los Paisajes de la guerra, t¨ªtulo de una de sus series de aguafuertes, realizada mucho antes del ¨²ltimo (??) mesi¨¢nico estallido. Se espanta o se r¨ªe, con esa risa que tambi¨¦n brota de la amargura ante el sinsentido del mundo.
Trabaj¨® con artistas como Carmen Lafont, Manolo Vald¨¦s, Ant¨®n Lamazares, Elena Blasco, Sigfrido Mart¨ªn Begu¨¦, Manuel Saiz, Juan Ugalde, Lorenzo Mena, Gerardo Rueda. Y la enumeraci¨®n no se agota en estos nombres. Muchas personas, ligadas o no al ambiente de las artes en general han manifestado su estupor y su pesar por la muerte de ?scar Manesi: los italianos de la Casa Falconieri Gabriela Locci y Dario Piludu, as¨ª como Giovanni Coda, Luis Gordillo, Rafael Canogar, Carmen Jim¨¦nez, Elena del Rivero, Carlos Colombino, Mar¨ªa Corral, Mar¨ªa Suardi, Blas Matamoro, Ana Rossetti, Osvaldo Salerno, Javier Gurruchaga, Noni Benegas, Claudio P¨¦rez M¨ªguez, Ra¨²l Manrique Gir¨®n, Jes¨²s Giron¨¦s, Almudena Mora, Amanda Jospe (su psic¨®loga), Valle Quintana, Edgardo Frontini...
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