"Fueron los catalanes franquistas quienes iniciaron la represi¨®n en Catalu?a"
Ha ejercido el periodismo, ha cultivado la novela y ha publicado ensayos. O sea que Jorge Mart¨ªnez Reverte (Madrid, 1948) ya era un escritor muy completo cuando apareci¨® La batalla del Ebro en el a?o 2003. Ahora bien, con la trilog¨ªa que llevaba en la cabeza y que cierra este ¨²ltimo libro, ha encontrado la horma de su zapato literario, ha alcanzado el ¨¦xito de p¨²blico y el reconocimiento de la cr¨ªtica, pese a no ser un historiador profesional. "Adem¨¢s y, sobre todo, ha significado para m¨ª una aut¨¦ntica experiencia literaria, mayor que la que proporciona escribir una novela", comenta este autor que concibi¨® la idea de esta trilog¨ªa sobre la Guerra Civil tras editar unas memorias de su padre tituladas Soldado de poca fortuna.
PREGUNTA. ?A qu¨¦ atribuye la gran acogida que sus libros han tenido cuando algunos se quejan de inflaci¨®n de libros sobre el conflicto?
RESPUESTA. Supongo que mis narraciones llegan al est¨®mago de los lectores. La historia de la guerra no puede contarse sin incluir lo que sent¨ªa la gente en las trincheras. Creo que hay que combinar el rigor hist¨®rico para explicar las importantes decisiones pol¨ªticas o militares, pero al mismo tiempo hab¨ªa que dar la voz a la gente, a la perspectiva de los combatientes o de los civiles de la retaguardia. Y la mayor dificultad, al principio, fue encontrar o bien memorias y autobiograf¨ªas de protagonistas o bien testimonios orales. Este pa¨ªs es enormemente ¨¢grafo y, a diferencia de otros, aqu¨ª poca gente ha narrado sus experiencias de la guerra y, menos a¨²n, las ha divulgado. Los dos libros anteriores me han permitido dar a conocer mi trabajo y en La ca¨ªda de Catalu?a ya he podido contar con unos 40 testimonios directos, ya sean escritos u orales.
P. Entre estos testimonios figuran el de su padre y el de dos amigos de ¨¦l.
R. Ha sido algo conmovedor para m¨ª. Adem¨¢s, las tres memorias coinciden en casi todos los episodios que describen y los tres no pudieron consultarse entre ellos. A uno de sus amigos lo busqu¨¦ yo, del relato del otro supe por una sobrina. Mi padre se pas¨® a los franquistas tras la ca¨ªda de Barcelona, no lo tomaron en serio y lo encarcelaron. Manuel Vaqu¨¦ consigui¨® fugarse a Barcelona desde el frente y, por ¨²ltimo, Eladio de Juan pas¨® la frontera camino de Francia. Los tres hab¨ªan luchado en primera l¨ªnea con las unidades militares de El Campesino.
P. ?Por qu¨¦ cree usted que se ha cultivado tan poco en Espa?a el g¨¦nero memorialista?
R. Una parte de la desmemoria obedece a la incultura, a la falta de gente formada y educada en aquella ¨¦poca. Otra raz¨®n se refiere al pudor, a una verg¨¹enza por contar la propia vida. A m¨ª me cost¨® mucho convencer a mi padre para que relatara su vida. Un tercer motivo puede aludir a que muchos de los que participaron en la guerra eran muy j¨®venes y cometieron entonces muchos disparates, fueron testigos de muchas barbaridades y quiz¨¢ desearon olvidar.
P. En sus narraciones abunda la tragicomedia y el esperpento en muchos pasajes.
R. Claro. Si exceptuamos el puro horror, que cabe recordar que est¨¢ muy presente durante toda la guerra, se mezclan las chapuzas con las bombas, la tragedia con el esperpento.
P. ?Era inevitable la derrota de la Rep¨²blica?
R. A partir de la invasi¨®n nazi de Checoslovaquia en 1938 se convirti¨® en inevitable porque las democracias occidentales, especialmente el Reino Unido y Francia, dieron la espalda a la Rep¨²blica espa?ola. Estos dos pa¨ªses son los principales responsables del abandono internacional de la Rep¨²blica. Cabe subrayar tambi¨¦n que en el Reino Unido se impusieron los conservadores que estaban espantados con las matanzas de religiosos en la zona republicana o con el aniquilamiento de nacionales en Paracuellos. En el caso franc¨¦s el Frente Popular sufri¨® siempre mucha inestabilidad y fue incapaz de presentar una posici¨®n de apoyo un¨¢nime a la democracia espa?ola. Adem¨¢s, los diplom¨¢ticos del bando rebelde jugaron mejor sus cartas en Londres y en Par¨ªs.
P. Cuando comenz¨® la ofensiva franquista en Catalu?a, el frente se derrumb¨® con relativa facilidad. ?Por qu¨¦?
R. Influyeron varios factores. En primer lugar, las fuerzas militares republicanas estaban muy desgastadas y desmoralizadas despu¨¦s de dos a?os y medio de lucha y de la derrota en la batalla del Ebro. Otra causa fue la desafecci¨®n, la retirada del apoyo a la Rep¨²blica de un sector del nacionalismo catal¨¢n que, a partir de 1938, comenz¨® a buscar una paz por separado con los vencedores. Esquerra Republicana daba la guerra por perdida y, junto con el PNV, negoci¨® por su cuenta. En definitiva, se puede afirmar que el bando republicano en Catalu?a no fue una pi?a como ocurri¨® durante la defensa de Madrid.
P. En su libro aparece con nitidez que los catalanes seguidores de Franco, falangistas y otros grupos, fueron quienes dirigieron la represi¨®n en ciudades y pueblos conquistados.
R. Sin duda alguna fueron los franquistas catalanes quienes iniciaron la represi¨®n en Catalu?a en el invierno de 1939. De todos modos, fue la t¨®nica general en toda Espa?a seg¨²n avanzaban las tropas franquistas, es decir, que los vecinos de las distintas plazas ocupadas eran aquellos que entraban con las listas negras para que el Ej¨¦rcito nacional comenzara la represi¨®n. Las fuerzas nacionales fueron, pues, un Ej¨¦rcito de ocupaci¨®n no s¨®lo en Catalu?a, sino tambi¨¦n en Castilla, en Valencia, en Extremadura o en Arag¨®n. En una palabra, los que dise?an la represi¨®n en Catalu?a son catalanes, un hecho que se olvida con frecuencia, no siempre pero s¨ª con frecuencia. Por otra parte, los dos ide¨®logos m¨¢s relevantes del nacionalcatolicismo fueron dos prelados catalanes, Isidro Gom¨¢ y Enrique Pla y Deniel. Ellos fueron los que bautizaron como cruzada la sublevaci¨®n militar.
P. Resultan impresionantes sus relatos sobre la retirada, huida en desbandada en muchas ocasiones, de las fuerzas republicanas.
R. Muchas unidades se deshacen durante el avance franquista a lo largo de Catalu?a, de oeste a este. En realidad, muchos soldados catalanes lo ¨²nico que desean es marcharse a casa, quitarse el uniforme, confundirse con la poblaci¨®n civil y terminar con la guerra de una vez. Es muy significativo que los ¨²ltimos defensores de Barcelona fueran soldados que hab¨ªan intervenido en la batalla de Madrid, 2.000 hombres del Quinto Regimiento.
P. Los catalanes que piensan que pueden sufrir represalias escapan a Francia en un ¨¦xodo impresionante.
R. S¨ª, pero lo que ocurre es que esa huida de proporciones gigantescas est¨¢ integrada por catalanes, pero tambi¨¦n por andaluces, por castellanos, por aragoneses...
En una palabra, por muchos refugiados que han ido llegando a lo largo de la guerra desde distintos frentes. La ca¨ªda del frente de Catalu?a permiti¨® a los vencidos escapar a Francia. Fue, dentro de la tragedia, una ventaja porque la derrota que les esperaba, semanas despu¨¦s, a los madrile?os o a los valencianos no inclu¨ªa posibilidad de escapar.
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