La batalla que nunca fue
Culmina Jorge M. Reverte con esta tercera entrega una singular aventura hist¨®rico-literaria que le ha llevado a recorrer tres momentos cruciales de la Guerra Civil: la batalla de Madrid, la batalla del Ebro y la ca¨ªda de Catalu?a: oto?o de 1936, verano de 1938, invierno de 1939, tres estaciones que sellaron el destino de la Rep¨²blica espa?ola. En la primera, el ¨¦xito en la defensa fue el preludio de una guerra larga, de desgaste; en la segunda, la ruptura del frente por el Ej¨¦rcito republicano demostr¨® que la Rep¨²blica hab¨ªa logrado recomponer sus fuerzas, pero s¨®lo hasta que la contraofensiva de las tropas de Franco rompiera a su vez el frente republicano. Ahora, en la tercera, ya no habr¨¢ defensa, ya nadie estar¨¢ dispuesto a la batalla: Barcelona, como titula Reverte la cuarta jornada de su relato, cae sin gloria. Han pasado dos a?os desde la defensa de Madrid y, con la ca¨ªda de Barcelona, la Rep¨²blica espa?ola est¨¢ tambi¨¦n a punto de sucumbir.
LA CA?DA DE CATALU?A
Jorge Mart¨ªnez Reverte
Cr¨ªtica. Barcelona, 2006
555 p¨¢ginas. 29 euros
Sin ser historiador profesio
nal, Jorge M. Reverte ha escrito con ¨¦ste su tercer libro de historia entendida a la manera aristot¨¦lica, como variante de la po¨¦tica, de la narrativa. De historia va el libro porque lo que en ¨¦l se cuenta est¨¢ sostenido en documentaci¨®n de primera mano, en abundante bibliograf¨ªa y en conversaciones con muchos protagonistas que forman parte de la trama. Reverte ha trabajado como historiador desempolvando documentos pero tambi¨¦n prestando atenci¨®n a las voces que llegan del pasado. Es una tradici¨®n que cuenta con un antecedente de lujo: el inolvidable Recu¨¦rdalo tu y recu¨¦rdalo a otros, de Ronald Fraser. Pero en Reverte la historia oral es s¨®lo parte de una gran corriente por la que avanzan juntos sucesos de la vida diaria con an¨¢lisis de las relaciones entre dirigentes pol¨ªticos y militares, sin dejar de lado los tropiezos y enconos entre personalidades del calibre de Negr¨ªn y Aza?a (tormentosa relaci¨®n que, por cierto, no acab¨® con el paso de la frontera: en junio de 1940, con los alemanes bombardeando Burdeos, Negr¨ªn tuvo el coraje y el valor de acercarse a Montauban por ver si pod¨ªa evacuar a Londres a quien fuera presidente de la Rep¨²blica).
Al montar con tan diversos materiales una historia construida a la vez desde abajo y desde arriba, Reverte no ha evitado riesgos construyendo un relato d¨ªa a d¨ªa, desde el 22 de diciembre de 1938 y hasta el 13 de febrero de 1939, cuando ya no queda ni un palmo de Catalu?a ocupado por soldados republicanos. Como Catalu?a, los d¨ªas de esta historia van cayendo tambi¨¦n uno a uno, pero no en un galimat¨ªas de fragmentos sin m¨¢s conexi¨®n que su presencia sucesiva o yuxtapuesta, sino como un flujo, como un r¨ªo de sensaciones, actitudes, valores, miedos, esperanzas, peque?as historias o fortuitos encuentros, en los que aparece la crueldad como la generosidad, el odio como el amor, el miedo y la huida como la entrega y el sacrificio: ?esa Neus a la que tantos desesperados llaman: Nieves, Nieves, y que vuelve sobre sus pasos para cuidar de ellos despu¨¦s de haber cruzado la frontera! Todo aparece fr¨¢gil, tantas vidas de gentes atrapadas en acontecimientos que no controlan, pendientes de un azar.
Pero adem¨¢s de estas vidas
cruzadas y de las tensiones pol¨ªticas y militares suscitadas por el avance franquista y la retirada republicana, Reverte atiende con especial inter¨¦s los momentos dram¨¢ticos de la entrada de las tropas de ocupaci¨®n en pueblos y ciudades de Catalu?a. Aunque no han faltado historiadores catalanes que hayan presentado el resultado de la Guerra Civil como una derrota de Catalu?a ante Espa?a, es m¨¢s cierto que hubo tambi¨¦n catalanes vencedores y catalanes vencidos; que hubo tambi¨¦n, con todas sus consecuencias, una guerra civil en Catalu?a, tan evidente en la cifra de catalanes exiliados o asesinados durante los primeros meses de la guerra como en esos catalanes que ahora salen a las calles a celebrar la llegada de los vencedores. En Barcelona, como a las pocas semanas en Madrid o en Valencia, el Ej¨¦rcito de ocupaci¨®n contar¨¢ sin dificultad con nuevas autoridades locales que desde ayuntamientos o jefaturas del Movimiento se har¨¢n cargo de la depuraci¨®n y represi¨®n de los vencidos. Porque, en verdad, y como demuestra este espl¨¦ndido relato, la historia no siempre fue como quiere la memoria.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.