El intento de complicidad como clave del proceso
Zapatero se esfuerza por acercarse al l¨ªder de la oposici¨®n
El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, manifest¨®, tras su encuentro de ayer con el presidente del PP, Mariano Rajoy, que se hab¨ªa cumplido el mejor de sus pron¨®sticos: el establecimiento de una interlocuci¨®n directa con el l¨ªder del primer partido de la oposici¨®n, as¨ª como su apoyo a la anunciada intenci¨®n de verificar si ETA est¨¢ dispuesta a abandonar todo tipo de violencia, primera fase de todo el proceso del final dialogado del terrorismo.
Frente al escepticismo de muchos de sus colaboradores, que guardan memoria de la estrategia de confrontaci¨®n que ha venido desarrollando el PP contra el Gobierno, Zapatero basaba la esperanza de iniciar el camino de la paz en su confianza personal en Mariano Rajoy.
Gobierno y PP unidos en el proceso crear¨ªan una argamasa que lo har¨ªa imparable
El presidente del Gobierno recuerda que, pese a los enfrentamientos tan duros que ha mantenido con Rajoy en el Congreso en el ¨²ltimo a?o, siempre ha mantenido una relaci¨®n personal muy fluida con el l¨ªder del PP y entre ellos han hablado todo el tiempo con mucha confianza. Su relaci¨®n se remonta a la primavera de 1996, en que Rajoy era ministro de Administraciones P¨²blicas del primer Gobierno del PP y Zapatero era el portavoz socialista de la comisi¨®n parlamentaria que controlaba su gesti¨®n.
Aun as¨ª, todas las veces que hablaron en los ¨²ltimos meses de la posibilidad del alto el fuego de ETA, Zapatero percibi¨® escepticismo en Rajoy, pero tambi¨¦n tuvo la sensaci¨®n de que no estaba cerrado del todo al di¨¢logo.
Sobre esta base de confianza personal discurrir¨¢ uno de los ejes m¨¢s importantes del proceso de paz del Pa¨ªs Vasco, en una cuesti¨®n de tanta envergadura, que afecta a tantos frentes y requiere de tantas complicidades.
Ayer mismo todo el mundo pudo contemplar las im¨¢genes de la conversaci¨®n que ofrecieron las televisiones de Zapatero y Rajoy, relajados, antes de iniciar la reuni¨®n en La Moncloa, en la que el presidente del PP le expresaba al presidente del Gobierno sus temores a subirse a los aviones tras el accidente de helic¨®ptero que sufri¨® en diciembre en M¨®stoles (Madrid). O c¨®mo el presidente del Gobierno le hablaba al l¨ªder del PP de su abuela de 103 a?os y ¨¦ste le respond¨ªa que tiene otra de 93, que sigue dirigiendo una escuela privada.
Todo ello parte de que el padre de Zapatero conoce al de Rajoy pues coincidieron en Le¨®n en los a?os 60, el primero como decano del Colegio de Abogados y el segundo como presidente de la Audiencia Provincial.
Lo que puede ser la recuperaci¨®n de una vieja amistad tiene motivos m¨¢s que sobrados para que se desarrolle: nada menos que aprovechar la oportunidad de terminar con casi 40 a?os de terrorismo en Espa?a.
Si el apoyo de Rajoy a Zapatero se va materializando en las pr¨®ximas semanas, es evidente que el proceso ser¨¢ "m¨¢s eficaz y r¨¢pido", como ayer recordaba el presidente del Gobierno en La Moncloa.
Con el Partido Popular unido al Gobierno en el proceso, se crear¨ªa una argamasa social de jueces, polic¨ªas, fiscales, v¨ªctimas del terrorismo, etc¨¦tera, que lo har¨ªa imparable, como lo fue la lucha antiterrorista a finales de los 90.
Ayer gust¨® mucho en La Moncloa que Mariano Rajoy recurriera con orgullo a la contribuci¨®n de su partido a la lucha antiterrorista durante estos a?os, con una intensidad que ha permitido llegar adonde se ha llegado: a lo que Zapatero cree que es el inicio del final definitivo del terrorismo.
El presidente del Gobierno hab¨ªa comentado semanas atr¨¢s que no entender¨ªa que si ETA declaraba el alto el fuego, el PP no se sumara al intento de precipitar su final por la v¨ªa del di¨¢logo, porque este partido pod¨ªa reivindicar su importante contribuci¨®n a ese final.
Zapatero cree que todas estas razones y, al fondo de todas ellas, la voluntad de una inmensa mayor¨ªa de ciudadanos vascos y espa?oles que desean la paz, van a poder con los argumentos t¨¢cticos y electoralistas que algunos de sus colaboradores temen que dominen en el PP para oponerse al proceso.
Esta tesis negativa, de la que Zapatero discrepa, no es otra que frente a un discurso de apoyo vigilante, como el que Rajoy esgrimi¨® ayer, se imponga un discurso obstruccionista en la pr¨¢ctica, de modo que ante cada paso del proceso, desde sectores sociales que controla el PP se levanten obst¨¢culos. El presidente cree que esto ¨²ltimo no suceder¨¢.
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