?Qu¨¦ hiciste en la guerra, abuelo?
El nieto y bi¨®grafo del general Rojo y el historiador Gabriel Cardona hablan en Barcelona sobre la faceta militar de la Guerra Civil
Como el valor se les supone, el ex militar y el nieto del general Rojo aguantaron con coraje la apasionada ofensiva de los veteranos. Hab¨ªan acabado sus parlamentos sobre el aspecto militar de la Guerra Civil espa?ola el historiador Gabriel Cardona -que fue militar profesional- y el periodista Jos¨¦ Andr¨¦s Rojo, cuyo abuelo fue el c¨¦lebre jefe del ej¨¦rcito republicano Vicente Rojo, al que ha consagrado una iluminadora y emotiva biograf¨ªa (Tusquets), cuando los numerosos ex combatientes presentes ayer en el auditorio de la FNAC, gente de edad, se lanzaron a hacer preguntas con un empuje que r¨ªete t¨² del Quinto Regimiento
"Yo estuve en Belchite", se identific¨® un se?or canoso, "voluntario del 36", que parad¨®jicamente -con lo que debe de haber visto- pidi¨® perd¨®n "por estar tan nervioso" al hablar. Explic¨® que hab¨ªa sido maestro armero en la 132? brigada de la Columna Maci¨¤-Companys y ofreci¨® su testimonio de que, ciertamente, el armamento de que dispon¨ªan era muy malo y ¨¦l ten¨ªa que ir por las trincheras, para arreglarlo in situ, con lo que estaba cayendo -"arr¨¦gleme el naranjero, jefe, que me est¨¢n cargando a la bayoneta los del tercio", le dir¨ªan-. Otros abueletes se implicaron en el coloquio con igual ardor.
Cardona y Rojo tocaron el coraz¨®n de su audiencia, emocionada ya con la emisi¨®n previa por megafon¨ªa de canciones republicanas: "?Adelante milicianos!", tarareaba un viejecito. Otro tragaba saliva ante las estrofas: "Las puertas son de hierro/ las puertas de Madrid/ cerradas por el pueblo/ nadie m¨¢s las puede abrir".
Los conferenciantes, que participaban en una de las sesiones en la FNAC sobre la guerra civil, se repartieron los bandos. Cardona habl¨® de la ineptitud militar de Franco y de su forma estrat¨¦gicamente aberrante de conducir la guerra, mientras Rojo, muy pertinentemente, se encargaba de los republicanos. Habl¨® de su abuelo con una conmovedora delicadeza, refiriendose a ¨¦l como "el general Rojo" y enrojeciendo doblemente al escap¨¢rsele un entra?able "mi abuelo".
El autor de Vicente Rojo, retrato de un general republicano, sigui¨® la trayectoria del militar leal durante la guerra. Explic¨® su primera misi¨®n en Somosierra reorganizando una fuerza que se hab¨ªa cargado a su propio comandante; sus dificultades con un ej¨¦rcito en el que reinaban la fragmentaci¨®n, la desconfianza y la falta de profesionalidad, donde faltaba obediencia y sobraba entusiasmo.
Al frente de un estado mayor de imposible heterogeneidad, explic¨® el periodista, Rojo no dej¨® de plantar cara a las tropas franquistas pese a las "carencias brutales de sus propias fuerzas", a las que la falta cr¨®nica de mandos intermedios, dijo, privaba de la posibilidad de explotar cualquier ¨¦xito inicial.
Mientras su nieto hablaba, el general Rojo, desde la foto de la portada del libro colocado en la mesa de los conferenciantes, miraba con una mezcla de asombro y emoci¨®n a los supervivientes de su ej¨¦rcito presentes entre el p¨²blico. Hac¨ªa mucho que no los ve¨ªa. Pero les infundi¨®, otra vez, coraje.
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