Chirac estudia pedir al Parlamento una revisi¨®n de la ley del contrato juvenil
Sindicatos y estudiantes convocan una nueva jornada de protestas para el 4 de abril
Un d¨ªa despu¨¦s de que m¨¢s de un mill¨®n de personas salieran a la calle en Francia contra el nuevo contrato que precariza el trabajo de los j¨®venes (el CPE), la suerte de este artilugio laboral con el que el primer ministro Dominique de Villepin cre¨ªa poder combatir el paro entre los j¨®venes est¨¢ echada. Y tal vez la del propio Villepin, que, ayer en la Asamblea, en un aut¨¦ntico lapsus freudiano, dijo que hab¨ªa que esperar a la "dimisi¨®n" del Consejo Constitucional sobre el CPE, cuando quer¨ªa decir "decisi¨®n", para regocijo de la oposici¨®n y consternaci¨®n en sus filas.
El mecanismo para cerrar la crisis y apaciguar la irritaci¨®n social que ha generado este contrato para menores de 26 a?os, que permite el despido sin justificar en los primeros 24 meses, elaborado sin consultar a los sindicatos, aprobado por el Gobierno recurriendo al decreto ley y defendido, hasta ahora, contra viento y marea por Villepin, ser¨¢ probablemente el siguiente: el Consejo Constitucional se pronuncia hoy sobre el recurso de inconstitucionalidad contra la ley de igualdad de oportunidad (incluye el CPE) presentado por el Partido Socialista. Si los magistrados aprueban el texto, como parece lo m¨¢s probable, corresponde al presidente Jacques Chirac firmarlo para que entre en vigor. Pero el art¨ªculo 10 de la Constituci¨®n concede al presidente la prerrogativa de devolver leyes a la Asamblea y forzar una segunda lectura, lo que abrir¨ªa las puertas para reformar o retirar el CPE.
Es lo que pidieron por carta a Chirac las cinco centrales sindicales. Y los gestos del El¨ªseo se?alan en esta direcci¨®n. El martes, con los manifestantes en la calle y el pa¨ªs en huelga, Chirac hac¨ªa saber que anulaba sus viajes fuera de Par¨ªs porque quer¨ªa "permanecer cerca del El¨ªseo". Ayer, la presidencia de la Rep¨²blica anunciaba que Chirac se pronunciar¨ªa en breve sobre el CPE.
Por su parte, los ocho sindicatos y las cuatro organizaciones estudiantiles que forman el frente anti-CPE, todav¨ªa en la nube de euforia del ¨¦xito de la movilizaci¨®n del martes, optaron ayer por mantener la presi¨®n sobre el Gobierno y convocaron para el 4 de abril otra jornada de huelgas y manifestaciones. De celebrarse (lo que suceder¨¢ si el Gobierno no retira antes el CPE), ser¨¢ la quinta gran movilizaci¨®n contra la reforma laboral del Gobierno desde el 7 de febrero.
El ministro de Educaci¨®n, siguiendo ¨®rdenes de Villepin, dio ayer instrucciones para que los directores de los institutos vuelvan a abrir todos los centros que est¨¢n bloqueados por grupos de estudiantes opuestos al CPE. En las universidades la situaci¨®n permanece estacionaria: casi dos tercios de las 84 siguen en huelga.
Villepin, cuya estoica figura empieza a mostrar las huellas del cansancio y cuyo aislamiento es palpable, repiti¨® ayer el mantra de los ¨²ltimos d¨ªas: no est¨¢ dispuesto a retirar la ley, pero s¨ª a negociar "mejoras" concretas.
El lapsus que sufri¨® ayer es lo que mejor define su situaci¨®n. Respond¨ªa Villepin a las cr¨ªticas del primer secretario del Partido Socialista (PS) Fran?ois Hollande, que le ped¨ªa de nuevo la retirada del CPE. "Tenemos instituciones republicanas. Debemos respetarlas. Esperemos al Consejo Constitucional, que presente su dimisi¨®n ma?ana", dijo. Y casi sin pausa rectific¨®: "Esperemos a que el Consejo Constitucional presente su decisi¨®n ma?ana". A nadie se le escap¨® el desliz.
Si cada vez son m¨¢s las voces cr¨ªticas contra Villepin en el seno del partido gubernamental, la Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP), es cierto que sus fieles han salido en su defensa. El ministro de Exteriores, Philippe Douste-Blazy, chiraquiano y amigo personal de la familia del presidente, reuni¨® ayer en el Quai d'Orsay a los corresponsales de la prensa extranjera para defender al primer ministro, pero no para recriminarles la cobertura de los acontecimientos, como hizo en noviembre respecto a la crisis de las barriadas.
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