Huir de suburbia
En African Reggae, una canci¨®n punk, la insumisa cantante de ¨®pera Nina Hagen dec¨ªa "yo me quiero ir a ?frica". La protagonista de Otra vida por vivir, la ¨²ltima novela de Luisa Cuerda, se encuentra con una leona embarazada en una calle de la urbanizaci¨®n donde vive y asume que el animal, al igual que la cantante, desea irse a ?frica. Partiendo de esta an¨¦cdota disparatada y genial, Cuerda ha escrito una s¨¢tira que, adem¨¢s de retratar a una mujer que se rebela contra la funci¨®n vital de hacer feliz a su marido, presenta una f¨¢bula moral sobre los intereses creados.
Todo comienza cuando la protagonista, deprimida en su urba de los suburbios, se encuentra con Osi, una leona escapada de su jaula, e intuye que el animal busca su protecci¨®n. Entonces decide que nadie las separar¨¢ hasta que se devuelva al felino al lugar que le corresponde (y que ella, que no sabe mucho de animales, piensa que es la selva). La noticia de que una mujer se ha encerrado a vivir con una leona embarazada en el zool¨®gico, y de que no est¨¢ dispuesta a abandonar su encierro hasta que se libere al animal, convoca a los medios, hace que se involucre un grupo ecologista, causa un quebradero de cabeza a la Administraci¨®n y consigue la intervenci¨®n de la Iglesia.
OTRA VIDA POR VIVIR
Luisa Cuerda N¨²?ez
Gens. Madrid, 2006
252 p¨¢ginas. 15,94 euros
La novela, entre otras cosas,
muestra c¨®mo se enzarzan estos grupos de poder por sacar rendimiento a la rebeld¨ªa filantr¨®pica -ese impulso que se nos inocula desde la infancia-, y muestra hasta qu¨¦ punto la sociedad es capaz de digerir y dar carta de naturaleza a las extravagancias m¨¢s peregrinas. Al fin y al cabo, esta magn¨ªfica novela es la historia de una metamorfosis, de c¨®mo la protesta espont¨¢nea de una mujer deprimida -en realidad la que quiere irse a ?frica es ella- termina convirti¨¦ndose en espect¨¢culo medi¨¢tico, pol¨ªtico, ecologista y hasta doctrinal para el consumo de masas.
Al final las subvenciones de la Administraci¨®n, el patrocinio de los medios, la infraestructura de las ONG y el apoyo de la Iglesia har¨¢n suyas las reivindicaciones de la sociedad, que exige libertad a toda costa, aunque sea la de una leona. Sin embargo, una vuelta de tuerca memorable inyectar¨¢ un poco de cafe¨ªna en lo que la sociedad posmoderna hab¨ªa logrado descafeinar. La justicia po¨¦tica todav¨ªa tiene algo de punk y, cuando aparece, deja una sonrisa en los labios de quien se la encuentra.
![Parque Amboseli, en Kenia.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/U2LZXQNZUBOOOOG4M3SFDC6JWA.jpg?auth=c9f315741f1b5d9fda6667ec2cc1d736c134b7b9a1f426c2c84e558fdb61cca6&width=414)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.