...Y Gallard¨®n se puso el traje de alcalde
En plena protesta por los parqu¨ªmetros, el regidor se ha esforzado esta semana por mostrar su cara m¨¢s cercana a los vecinos
La semana pasada, Alberto Ruiz-Gallard¨®n ha escenificado, brindando con cava, el acuerdo con 500 vecinos cuyas casas se han visto afectadas durante a?os por las obras del circo estable; ha dicho y repetido a los opuestos a los parqu¨ªmetros que tienen abierto su despacho y que est¨¢ dispuesto a hablar con ellos de lo que quieran, cuando y como quieran, un ofrecimiento ins¨®lito hasta la fecha; y ha transmitido a los vecinos de la Cava Baja, sobre los que pesaba la amenaza de expropiaci¨®n, que no se preocupen: que nunca pens¨® en tocar sus casas sin su consentimiento.
El viernes cerr¨® esa agenda vecinal con un largo paseo por el centro en el que estrech¨® manos y escuch¨® cr¨ªticas a partes iguales, pero sin perder la sonrisa y casi disfrutando del momento. Dos d¨ªas antes, con los vecinos del Circo Estable -a los que el Ayuntamiento dio de lado durante meses-, hab¨ªa dicho: "Madrid tiene muchos problemas, pero todos se resuelven con di¨¢logo".
El regidor se declara ahora dispuesto a hablar "de todo" con los residentes
Dirigentes pr¨®ximos al alcalde afirman que esta "bajada a la arena" no es nueva, que Gallard¨®n se patea a menudo la ciudad y que, en contra de su fama, no repele el contacto con los vecinos. Pero admiten tambi¨¦n que en los ¨²ltimos d¨ªas se ha esforzado por mostrar su cara m¨¢s cercana, por ser m¨¢s abiertamente alcalde, despu¨¦s de varias semanas ininterrumpidas de protestas vecinales contra los parqu¨ªmetros. Las manifestaciones han sido secundadas por PSOE e IU, que desde el d¨ªa que inici¨® su mandato, hace 33 meses, han acusado a Gallard¨®n de estar fuera de la realidad municipal, de seguir con el anterior traje de presidente auton¨®mico sin acabar de meterse en el de alcalde.
Ese traje es diferente por varias razones. La fundamental, que la Comunidad aprueba leyes y coordina actuaciones, mientras que el Ayuntamiento debe resolver, con mucha m¨¢s inmediatez, problemas cotidianos de los ciudadanos. En el caso de Madrid, 3,1 millones de ciudadanos. Y 21 distritos, cada uno con su particular perfil y sus necesidades.
Para conocerlas hay que caminar muchas calles. El entorno de Gallard¨®n insiste en que ¨¦l lo hace, a?ade que ser alcalde no es vestirse de chulapo e ir besando mejillas, sino resolver problemas, y concluye que eso es lo que ¨¦l est¨¢ haciendo. Los grupos de oposici¨®n replican que Gallard¨®n nunca se vio en el papel de alcalde, y que no disfruta con ¨¦l.
Sea como fuere, esta semana la imagen del alcalde obrero -por su af¨¢n tunelador- ha sido distinta. Comenz¨® firmando la paz con los vecinos de la calle de Jos¨¦ Antonio de Armona (Arganzuela), que llevaban cuatro a?os denunciando los da?os en sus viviendas producidos por las obras del Circo Estable, y que al principio s¨®lo tuvieron el apoyo del grupo socialista.
El gobierno municipal se limit¨® a decirles durante meses que el problema estaba en las viviendas, construidas con cimientos defectuosos hace casi un siglo. S¨®lo cuando, en noviembre de 2004, el Defensor del Pueblo se puso de parte de los vecinos, Gallard¨®n orden¨® a la concejal de Urbanismo, Pilar Mart¨ªnez, que iniciara un expediente de responsabilidad patrimonial y encontrase la forma de resolver el conflicto.
El expediente se cerr¨® el pasado mi¨¦rcoles: reconoc¨ªa que las obras hab¨ªan agravado la situaci¨®n de las casas y acordaba que fuera la constructora del circo, la que asumiera la reparaci¨®n. Gallard¨®n escenific¨® el fin de la batalla organizando un acto con los residentes y entonando el mea culpa p¨²blicamente: "Os pido disculpas por no haber resuelto esto antes".
Esa misma tarde, el alcalde hab¨ªa decidido abrir su despacho a las asociaciones vecinales de Hortaleza, Fuencarral y Carabanchel, canalizadoras del descontento contra el servicio de aparcamiento regulado (SER). Las asociaciones, que acusaban a Gallard¨®n de "prepotente" y de no escuchar a los ciudadanos, le dieron plant¨®n. Pero el jueves el regidor insisti¨® en que su despacho segu¨ªa abierto, y afirm¨® que estaba dispuesto a escucharlo "todo" y a hablar "de todo".
Esa declaraci¨®n de intenciones quedaba lejos de las que, s¨®lo un mes antes, realizaban el alcalde y su concejal de Seguridad, Pedro Calvo: "Aunque pueda parecer una medida antip¨¢tica, con el tiempo ver¨¢n que favorece la movilidad", dec¨ªa Calvo en el pleno municipal de febrero. "Los vecinos protestan por desconocimiento, pero acabar¨¢n agradeciendo los parqu¨ªmetros, como ha sucedido en otros barrios", se?alaba Gallard¨®n pocos d¨ªas antes.
El ¨²ltimo esfuerzo p¨²blico por escuchar de cerca la opini¨®n vecinal lo ha hecho el alcalde con los habitantes de dos edificios de la Cava Baja sobre los que pend¨ªa la espada de Damocles de la expropiaci¨®n: un plan de la Concejal¨ªa de Urbanismo para recuperar un tramo de la muralla medieval preve¨ªa la demolici¨®n parcial de sus casas. Ellos protestaron, aseguraron que los edificios estaban en perfecto estado, y el gobierno municipal no tard¨® ni una semana en rectificar.
El 22 de marzo, la concejal de Urbanismo, Pilar Mart¨ªnez, visit¨® las casas, anunci¨® que no se tocar¨ªa ning¨²n piso que no estuviera ruinoso y asegur¨® que eso es lo que estaba previsto desde el principio. El pasado viernes fue el propio alcalde el que entr¨® en el 30 de Cava Baja, y les dijo a los vecinos: "Tranquilos, no se har¨¢ si no quer¨¦is".
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