Educarse en familia
34 escuelas espa?olas integran una red internacional basada en una ense?anza abierta a la participaci¨®n de todo el barrio
Roc¨ªo es gitana, tiene cinco a?os y vive y estudia en el barrio barcelon¨¦s de la Mina. Su padre muri¨® en condiciones violentas cuando ella ten¨ªa dos a?os y su madre pudo escapar. "Roc¨ªo representaba el prototipo de lo que Harvard llama una candidata al vac¨ªo de la exclusi¨®n social", explica el profesor Ram¨®n Flecha Garc¨ªa. Sin embargo, su tes¨®n y el de su familia -abuelos-, unidos a un modelo de aprendizaje igualitario basado en "ese sue?o compartido de igualdad" que propugnaba Martin Luther King, permiten transformar la llamada "v¨ªa de la prisi¨®n por la v¨ªa de Yale", resume Flecha. El ¨¦xito radica en una educaci¨®n integral basada en la igualdad de oportunidades.
En julio pasado, Roc¨ªo fue una de las 1.600 alumnas de su colegio, La Verneda-Sant Mart¨ª, que recibi¨® la visita del personal de la Universidad de Harvard (EE UU) en busca de inmigrantes a los que promover. Esta universidad ha constatado en sus 60 a?os de experiencia que "el ¨¦xito acad¨¦mico reside en la gesti¨®n de una gran diversidad social y econ¨®mica en sus departamentos y aulas", explica el investigador del Instituto CREA de la Universidad de Barcelona.
En Espa?a, tras 25 a?os, el modelo de las Comunidades de Aprendizaje cuenta con 34 escuelas, en tres autonom¨ªas: Arag¨®n, Euskadi y Catalu?a. Todas parten de un primer planteamiento: identificar el "sue?o compartido de igualdad para su centro, su entorno, su barrio y sus familias". Y una vez consensuado, ponerse manos a la obra, con seriedad: "El proceso de transformaci¨®n no es una conversaci¨®n de caf¨¦", sostiene Flecha.
Comienza por que la propia comunidad educativa de esa escuela, normalmente ubicada en un barrio deprimido, se fije sus "prioridades propias" -o "trozos de sue?o"- alcanzables a corto plazo, dos o tres a?os. Despu¨¦s se constituyen los "grupos interactivos de trabajo" -el aspecto m¨¢s radical de esta experiencia educativa-, que son todo lo contrario del actual modelo de segregaci¨®n por capacidad, ritmo o nivel de aprendizaje. "No se saca a nadie del aula, ni del centro". ?Por qu¨¦? "Se asume como punto de partida que el profesorado solo no puede" y se opta por que "entren en el aula los familiares de los ni?os, voluntarios, ex alumnos, jubilados, abuelos...". En clases de 10 o 12 alumnos se establecen grupos de trabajo de cuatro, con un profesor y uno o dos adultos externos m¨¢s, seg¨²n las necesidades de cada chico. Pero nunca se segrega.
Para eso, ha sido necesario antes "una segunda gran transformaci¨®n, y la que m¨¢s resultados da". Pero esto "no tiene nada que ver con las tradicionales escuelas de padres. Se trata de la incorporaci¨®n de los familiares al aula en sentido estricto", precisa Flecha. Junto a esto, adem¨¢s, en las escuelas-comunidades "un familiar firma su compromiso de que tutelar¨¢ el proceso de aprendizaje del menor" y que "el ni?o, al llegar a casa, tendr¨¢ un adulto que le escuchar¨¢ todos los d¨ªas 20 minutos y se interesar¨¢ por su marcha". Es parte del nuevo contrato social.
Este modelo -que pasa del "aula cerrada" al "aula abierta" y permite "aprender con las familias"- tiene en Internet la mejor herramienta de interacci¨®n. El aprendizaje a trav¨¦s del ordenador y la red permite que los ni?os sean quienes "alfabetizan" a sus abuelos o madres, que estudien juntos idiomas, lean, naveguen o desarrollen proyectos en com¨²n. Otro espacio privilegiado es, por supuesto, la biblioteca (f¨ªsica y en red) que permite reunir mayor variedad de modelos de estudio y aprendizaje: los ni?os pueden estudiar con sus mayores, con los tutores, con otros alumnos de cursos superiores; y todos ellos proponer jornadas o temas, que pueden incorporarse, incluso, al programa escolar. Ocurri¨® as¨ª con unas jornadas de literatura sobre Garc¨ªa Lorca y el flamenco, o con el estudio del cuerpo humano para que los ni?os ayudaran a integrarse a un compa?ero con problemas psicomotrices que acab¨® en un monogr¨¢fico trimestral de anatom¨ªa.
El eje central de las Comunidades de Aprendizaje reside en "no asumir el modelo darwinista imperante, que considera que la escuela ya hace bastante si logra que estos ni?os terminen la secundaria o la FP", sostiene Flecha. "?Por qu¨¦ no aspirar a que los inmigrantes y los pobres lleguen tambi¨¦n a la universidad en igualdad de oportunidades?". ?sa es precisamente la puerta que tiene abierta ahora Roc¨ªo a sus cinco a?os. "S¨®lo de ella y de nadie m¨¢s depender¨¢ que decida ir a la universidad cuando sea mayor... Pero, de entrada, ya se ha apuntado a clases de ingl¨¦s muy ilusionada", resume Flecha. En cualquier caso, Harvard s¨®lo le ha revelado algo que ella -y muchos como ella- no pod¨ªa ni so?ar: que con educaci¨®n ser¨¢ quien decida c¨®mo enfocar su vida; si quiere seguir estudiando, montar su propio negocio, ser asalariada, funcionaria o una madre que educa a sus hijas. Ella lo decidir¨¢.
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