Una dosis de Figo
Mancini, t¨¦cnico interista, economiza los esfuerzos del portugu¨¦s, que se ha ganado el cari?o de la afici¨®n
Cada vez que el entrenador, Roberto Mancini, decide sustituirle, una ola de c¨¢lidos aplausos se derrama por San Siro. Figo frunce el ce?o y devuelve las palmas. Parece haberse ganado el cari?o de los neroazzurri ocho meses despu¨¦s de aterrizar en Mil¨¢n. Ya quedan atr¨¢s los d¨ªas en los que su fichaje gener¨® escepticismo en una afici¨®n cansada de que su club reforme a?o tras a?o el proyecto deportivo sin que lleguen t¨ªtulos importantes.
El portugu¨¦s, que cumpli¨® en noviembre 33 a?os, se presentaba tras sufrir durante meses el ostracismo al que en el Madrid le conden¨® Vanderlei Luxemburgo, un t¨¦cnico hostil con los extremos. Hab¨ªa dudas razonables sobre si le quedaba hambre de gloria y la condici¨®n f¨ªsica necesaria. Su orgullo y su car¨¢cter competitivo las han desactivado. Ya no es capaz de ofrecer muchas de las prestaciones de anta?o, pero su compromiso con la causa es innegable.
No es Mancini alguien que condicione la edad de sus jugadores. ?l mismo alarg¨® su carrera de delantero y tiene bajo su mando a ex compa?eros como Ver¨®n o Mihailovic. Buscaba experiencia y ambici¨®n y la encontr¨® cuando Figo abandon¨® la concentraci¨®n veraniega del Madrid en Austria para desplazarse a Forte dei Marmi. All¨ª le esperaba Massimo Moratti, el propietario del Inter, para convencerle de que firmara un contrato por dos a?os con el club lombardo.
Figo abrevi¨® al m¨¢ximo los plazos de adaptaci¨®n a su nuevo ecosistema con la plena confianza que le concedi¨® Mancini. Ha disputado 30 partidos de la Liga, 26 como titular, y ha sido sustituido en 15: 2.342 minutos y cinco goles. Tambi¨¦n en la Champions su participaci¨®n es relevante: siete encuentros y un gol. Al sufrir un peque?o problema muscular, se ha perdido los ¨²ltimos encuentros, incluido el de ida con el Villarreal. Mancini dosifica su esfuerzo: "Al principio, tuvo alguna dificultad porque el calcio no es simple ni para un campe¨®n como ¨¦l. Pero ha entendido c¨®mo se juega aqu¨ª y lo hace bien".
En el terreno de juego Figo ha reducido su radio de acci¨®n a los ¨²ltimos 30 metros. Ya no es aquel extremo vigoroso e incontenible de sus mejores d¨ªas, pero mantiene intacto el coraje para pedir la pelota y encarar rivales. Mancini le da mucha libertad para cambiar de banda o tirar diagonales hacia el ¨¢rea. Adem¨¢s, le minimiza las responsabilidades defensivas. Esa ecuaci¨®n t¨¢ctica con la que busca que economice esfuerzos llega incluso a condicionar el dibujo del equipo. En un partido frente al Milan coloc¨® a Stankovic en la banda derecha para tapar las incursiones de Serginho. Figo jug¨® por la izquierda, donde se las vio con Stam,que apenas tiene proyecci¨®n ofensiva.
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