Gilles Martinet, un observador comprometido
Periodista, embajador, socialista y dem¨®crata, particip¨® en la fundaci¨®n de la AFP y de 'Le Nouvel Observateur'
Gilles Martinet habr¨¢ atravesado la segunda mitad del siglo XX como un observador comprometido. Hab¨ªa nacido en Par¨ªs en 1916, y como estudiante milit¨® en el partido comunista y particip¨® en la breve aventura del Frente Popular franc¨¦s. Resistente desde 1940, se alejar¨¢ del comunismo a ra¨ªz de los llamados procesos de Mosc¨², que le permitieron intuir la categor¨ªa de la justicia que se aplicaba detr¨¢s del tel¨®n de acero.
Periodista, fue uno de los fundadores de la Agence France Presse en 1944 y seis a?os m¨¢s tarde impulsa la de la revista France Observateur, que se transformar¨¢, en 1960, en el semanario Le Nouvel Observateur, portavoz de un socialismo cr¨ªtico y radical que no quiere pactar con la vieja SFIO de Guy Mollet, atrapada en la operaci¨®n colonial de Argelia. Martinet, casado con la hija del dirigente socialista italiano Bruno Buozzi, asesinado en 1944 por los nazis, se interes¨® siempre por la pol¨ªtica internacional y no acept¨® los compromisos de la mayor parte de la izquierda, que ve¨ªa con ojos tolerantes la presencia francesa en el Magreb o Indochina.
En 1960 fund¨®, junto con Michel Rocard y otros destacados dirigentes socialistas disidentes, entre los cuales tambi¨¦n figuraba el hist¨®rico Pierre Mendes France, el PSU, un partido socialista partidario de la autogesti¨®n y que buscaba una nueva v¨ªa para la izquierda.
Durante siete a?os, Martinet fue el secretario general adjunto de ese PSU que se convirti¨® en un laboratorio de ideas para la izquierda, pero que nunca logr¨® materializar su prestigio intelectual en votos populares. En 1972 entr¨® en el Partido Socialista.
Con la llegada al poder de Fran?ois Mitterrand, en el a?o 1981, Martinet fue nombrado embajador en Italia. Era tanto un reconocimiento a su trayectoria de dem¨®crata de izquierdas comprometido con la libertad como una manera de alejarle de la realidad francesa.
Martinet nunca tuvo una buena relaci¨®n con el presidente Mitterrand, precisamente porque dudaba de la moralidad de un hombre que hab¨ªa conseguido sobrevivir a todas las crisis pol¨ªticas sin dejar nunca de ocupar puestos de mando.
Durante a?os hab¨ªa encarnado el rigor ¨¦tico y una exigencia de autocr¨ªtica que los socialistas tend¨ªan a olvidar cada vez que los ciudadanos les colocaban en el gobierno.
Martinet hab¨ªa publicado varios libros de an¨¢lisis pol¨ªtico, sobre la evoluci¨®n del comunismo o sobre los problemas de las instituciones de la Rep¨²blica. Y esa escritura, esa voluntad de reflexi¨®n ligada a la pol¨ªtica real, hab¨ªa acabado por reconciliarle en parte con el detestado Mitterrand. Gilles Martinet falleci¨® en Par¨ªs el pasado 29 de marzo. Ten¨ªa 89 a?os.-
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