El Guggenheim recoge el eco de Chillida
Una exposici¨®n muestra las obras realizadas por 45 artistas en homenaje al escultor donostiarra
Eduardo Chillida (San Sebasti¨¢n, 1924- 2002) realiz¨® a lo largo de su vida un centenar y medio de obras dedicadas a la memoria de otros artistas, m¨²sicos, poetas, fil¨®sofos y amigos. Cuarenta y cinco artistas internacionales han retomado la idea en sentido inverso: rendir un homenaje al escultor con una pieza que tuviera la obra de Chillida como referencia esencial. Homenaje a Chillida se inaugur¨® ayer en el Museo Guggenheim de Bilbao, al tiempo que Chillida-leku presentaba una colecci¨®n de trabajos dedicados por el escultor a otras personas. "La exposici¨®n muestra tambi¨¦n la mente abierta de Eduardo, que supo compaginar amistades muy diversas y nunca estuvo adscrito a un movimiento", se?al¨® ayer su comisario, Kosme de Bara?ano.
Entre los 45 artistas que aceptaron participar en el homenaje est¨¢n las personas m¨¢s cercanas a Chillida, como su hermano Gonzalo, sus hijos Eduardo y Pedro, su amigo y vecino en San Sebasti¨¢n Andr¨¦s Nagel y su ayudante Carlos Lizariturry. Respondieron tambi¨¦n los artistas de su generaci¨®n (Anthony Caro, Antoni T¨¤pies, Robert Rauschenberg, Sol Lewitt, Ron Kitaj o David Hockey), y tambi¨¦n otros m¨¢s j¨®venes. Bara?ano explic¨® que todos los participantes conocieron en mayor o menor medida a Chillida. Juan Genov¨¦s, por ejemplo, contaba ayer que su amistad se remontaba a los a?os cincuenta cuando fue destinado a San Sebasti¨¢n para cumplir el servicio militar. "En una exposici¨®n de pinturas de Gonzalo Chillida conoc¨ª a Eduardo", record¨®. "Nunca habl¨¢bamos por hablar; nos centr¨¢bamos en la t¨¦cnica, en nuestra obsesi¨®n por la ordenaci¨®n del espacio. Siempre fue un artista muy solidario con sus compa?eros, muy atento a la obra de otros artistas".
Con otros participantes en Homenaje a Chillida, el escultor donostiarra entr¨® en contacto m¨¢s tarde en escenarios internacionales, como ocurri¨® con el estadounidense Richard Serra o el brit¨¢nico Tony Cragg. O sus caminos se cruzaron en circunstancias muy diferentes. As¨ª ocurri¨® con el estadounidense Ellsworth Kelly, a quien Chillida conoci¨® en sus a?os de juventud en el Museo del Louvre. En 1989 volvieron a encontrarse en Dallas, donde el arquitecto I. M. Pei, el autor de la reforma del Louvre, les hab¨ªa encargado sendas obras. "Cada obra tiene una an¨¦cdota", dijo Bara?ano, "relacionada con la bondad y la apertura de esp¨ªritu que Eduardo tuvo".
Cada uno de los artistas ha seguido su l¨ªnea art¨ªstica. Las est¨¦ticas reunidas en la exposici¨®n abarcan desde la figuraci¨®n de Genov¨¦s o Antonio L¨®pez, que presenta un desnudo masculino, al collage realizado por Rauschenberg con fotos de una visita que realiz¨® a Bilbao, la ¨²ltima vez que pudo ver a Chillida. El vers¨¢til Caro opt¨® tambi¨¦n por la figuraci¨®n, realizando una mesa de tierra chamota -el material que utilizaba Chillida en sus lurras (tierra, en euskera)- en memoria de una mesa de carnicero que Chillida ten¨ªa en el sal¨®n de su casa, con las herramientas que inspiraron las esculturas de su compa?ero en los a?os cincuenta. Miquel Navarro ha reinterpretado los torsos del Chillida m¨¢s joven, mientras que el pintor franco-chino Zao Wou-Ki ha introducido en uno de sus l¨ªricos paisajes las esculturas del Peine del viento. Eduardo Arroyo y Markus L¨¹pertz coincidieron al elegir realizar un retrato de Chillida.
Jaume Plensa y Manolo Vald¨¦s se fijaron en los alabastros de Chillida y utilizaron ese material en sus respectivas esculturas. Miquel Barcel¨® renunci¨® al color y dibuj¨® en su obra unas caracolas, con las que representa la m¨²sica de Bach, la preferida de Chillida.
Las manos, a las que tanta atenci¨®n prest¨® Chillida, est¨¢n en la pintura de G¨¹nter F?rg. Georg Baselitz, en cambio, puso el contrapunto representando un pie. Otros artistas, con m¨¢s dificultades para evocar el mundo est¨¦tico de Chillida, han elegido obras generalistas, como Christo, Magdalena Abakanovizc, Richard Serra o Jannis Kounellis
El proyecto de encargar obras en homenaje a Chillida a sus compa?eros de profesi¨®n parti¨®, poco despu¨¦s de su muerte, de Ignacio M¨²gica y Pedro Carreras, propietarios de la galer¨ªa Col¨®n XVI, de Bilbao. La respuesta de los artistas desbord¨® las posibilidades de presentarlo en la galer¨ªa y consigui¨® la atenci¨®n del grupo Urvasco, con empresas en el sector inmobiliario y hoteles, que ha adquirido la totalidad de la colecci¨®n. Finalmente, el Guggenheim decidi¨® exponer Homenaje a Chillida, donde permanecer¨¢ hasta el 11 de junio.
Chillida-leku, en Hernani (Guip¨²zcoa), muestra desde ayer una selecci¨®n de los homenajes realizados por el escultor para complementar la exposici¨®n de Bilbao. Son 65 piezas, 35 de ellas esculturas, y el resto, obra sobre papel. "Mi padre mantuvo v¨ªnculos fort¨ªsimos con los artistas a los que dedic¨® homenajes. En muchas ocasiones fueron b¨²squedas de a?os hasta encontrar la obra", explic¨® Luis Chillida. Homenaje a Vivaldi abri¨® en 1952 una larga serie que m¨¢s tarde Chillida dedic¨® a Brancusi, Braque, Giacometti, Kandinsky, Calder y Mir¨®, entre otros. A partir de 1980 comenz¨® a crear casas, espacios abiertos al espectador, en honor de Bach, por ejemplo, y al pintor japon¨¦s Hokusai, que se sumaron a las estelas.
A las exposiciones de Bilbao y Hernani se sumar¨¢ otra muestra dedicada a la obra de Chillida en Santander. "A m¨ª me sigue impresionando", declar¨® ayer Ignacio Chillida sobre el paso del tiempo en la obra de su padre. Colaborador en la obra gr¨¢fica del escultor desde los a?os setenta y actual responsable de las exposiciones del Museo Chillida-leku, presenta ma?ana otra exposici¨®n pensada para el espacio de la Fundaci¨®n Marcelino Bot¨ªn, de Santander (www.fundacionmbotin.com, calle de Marcelino Sanz de Sautuola, 3, hasta el 11 de junio), informa Fernando Samaniego.
La exposici¨®n Eduardo Chillida, 1924-2002 gira alrededor de la escultura Homenaje a la mar, "un alabastro muy hermoso", se?ala, que se ha situado en el patio central de la planta baja. En los otros espacios se han distribuido 20 esculturas de distintos tama?os y materiales, como hierros y tierras, 36 dibujos, 24 gravitaciones, 24 grabados, cinco collages y tres libros de artista. Se han reunido 113 obras, fechadas entre 1948 y 1999. "Toda su obra est¨¢ absolutamente relacionada y por eso se puede elegir una pieza significativa, como Homenaje a la mar, y situar la trayectoria art¨ªstica por conjuntos, como los dibujos de los finales de los cuarenta con alguna escultura del Peine de los vientos, y otros dibujos de l¨ªnea de figuras humanas y manos", declara Ignacio Chillida.
Babelia
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