Un cat¨¢logo amoroso
En primera instancia, tiene mucho de desconcertante este ¨²ltimo trabajo del siempre interesante Andr¨¦ T¨¦chin¨¦ que ha llegado, con cierto retraso, hasta nosotros. Reuni¨®n de dos de los mayores astros del cine franc¨¦s de las ¨²ltimas d¨¦cadas, G¨¦rard Depardieu y Catherine Deneuve, por quien nuestro hombre siente cierta debilidad (es la protagonista de la que muy posiblemente sea su obra maestra en absoluto, Los ladrones), Otros tiempos se dir¨ªa una reflexi¨®n sobre el amor cuando se empieza a enfilar ya el ¨²ltimo tramo de la vida, la entrada en la vejez. Y sin embargo, no van por ah¨ª los tiros.
Rodada, como su anterior Lejos, en Marruecos, pero en un a medio camino cultural entre el Magreb y la Francia que fue la antigua metr¨®polis, el filme se despliega en realidad m¨¢s all¨¢ de la historia que involucra a dos antiguos amantes (los mencionados Depardieu y Deneuve) que, por un azar que no es tal, terminar¨¢n por reencontrarse. De hecho, abarca tambi¨¦n a la relaci¨®n que la mujer tiene con un marido m¨¢s joven, la del hijo de ambos con una joven marroqu¨ª, drogadicta y aculturalizada; y tambi¨¦n, lo que constituye una marca chez T¨¦chin¨¦, la relaci¨®n entre ese hijo y otro muchacho tambi¨¦n marroqu¨ª, una de esas relaciones ni muy clandestina ni muy al aire libre, de la cual la pareja femenina del muchacho est¨¢ al tanto.
OTROS TIEMPOS
Director: Andr¨¦ T¨¦chin¨¦. Int¨¦rpretes: Catherine Deneuve, G¨¦rard Depardieu, Gilbert Melki, Lubna Azabal, Malik Zidi. G¨¦nero: drama, Francia, 2004. Duraci¨®n: 98 minutos.
Y, last but not least, el filme presentar¨¢ tambi¨¦n otro personaje, la hermana gemela de la drogadicta, firme observante de la religi¨®n musulmana, que pretende liberarse del v¨ªnculo sentimental que mantiene con su hermana, y que est¨¢ llamada a terminar con otro de los personajes de este complejo universo amoroso. Cat¨¢logo de posibilidades y, sobre todo, de posicionamientos ante el deseo, el filme se limita a mostrar los comportamientos, a menudo no poco err¨¢ticos, de estos personajes (Depardieu, ingeniero, cartesiano y pasablemente rico, termina por recurrir a ?una m¨¦dium! para intentar vencer las resistencias de su antigua amante...), pero sin intervenir, en primera instancia, en las evoluciones de sus personajes.
La c¨¢mara de T¨¦chin¨¦, aparentemente neutral, los muestra y no los juzga. El autor tiene sus debilidades, qu¨¦ duda cabe (no se permite ning¨²n juicio negativo sobre un personaje que, como el amante bisexual, se comporta con no poca frivolidad e inconsistencia, por ejemplo), pero en general, hasta casi el final de la funci¨®n, nos parece asistir a un documental de etolog¨ªa amorosa del ser humano, tal es el desprendimiento de los personajes con respecto a lo que viven, o la frialdad con que el director los presenta, en ocasiones afectivamente toscos (no es nada casual, a este respecto, la recurrencia a un actor como Depardieu), en otras huidizos (Deneuve es, en este sentido, un t¨¦mpano de hielo... y no s¨®lo con Depardieu).
Pero al final, T¨¦chin¨¦ se guarda un as en la manga y, contra pron¨®stico, recompensar¨¢ al m¨¢s impensable de los personajes. Bien porque le pueda su perseverancia, bien porque, a la postre, la frialdad de su mirada es s¨®lo aparente, pero lo cierto es que el filme se clausura con una esperanzada posibilidad de vida futura... bastante m¨¢s de lo que su desarrollo hasta entonces hac¨ªa prever.
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