Bush autoriz¨® filtrar a la prensa informaci¨®n clasificada sobre Irak

En sus declaraciones del pasado oto?o en el marco de la investigaci¨®n por la filtraci¨®n que puso al descubierto a una agente de la CIA, Lewis Libby, ex jefe de gabinete del vicepresidente de EE UU,Dick Cheney, dijo que entreg¨® informaci¨®n clasificada a Judith Miller, de The New York Times, sobre los intentos de Sadam Husein de fabricar armas nucleares. Seg¨²n Libby, fue "espec¨ªficamente autorizado" por George W. Bush a trav¨¦s de Cheney.

En el nuevo documento puesto en circulaci¨®n por el fiscal Patrick J. Fitzgerald, que investiga la filtraci¨®n, no se dice que Bush o Cheney dieran indicaciones concretas de desvelar el nombre de la agente, Valerie Plame. Pero la revelaci¨®n sit¨²a al presidente en el centro de la guerra informativa que libr¨® la Casa Blanca para justificar la invasi¨®n de Irak y que desemboc¨® en el esc¨¢ndalo del caso Plame.

El documento se ha hecho p¨²blico a petici¨®n del abogado de Libby, acusado de perjurio, falsedad y obstrucci¨®n a la justicia. El ex colaborador de Cheney, pendiente de juicio, necesita este documento para reforzar su declaraci¨®n de inocencia. En ¨¦l, Fitzgerald dice que el acusado asegur¨® "haber sido espec¨ªficamente autorizado" para entregar a Miller datos clasificados" porque se consideraba que eran "bastante definitivos" para desacreditar al ex diplom¨¢tico Joseph Wilson, casado con Valerie Plame. Wilson, enviado por la CIA a N¨ªger en 2002, denunci¨® en el Times el 6 de julio de 2003, dos d¨ªas antes de la conversaci¨®n Libby-Miller, que se hab¨ªa desestimado su informe en la que negaba que N¨ªger hubiera vendido uranio a Irak.

Al principio, Libby dijo ante el Gran Jurado que rechaz¨® la indicaci¨®n de Cheney, porque consider¨® que no se deb¨ªa filtrar informaci¨®n clasificada. Pero luego, seg¨²n su testimonio, el vicepresidente Cheney le dijo que Bush hab¨ªa dado personalmente su permiso para la filtraci¨®n, como se puede leer en la p¨¢gina 19 del documento: "La participaci¨®n del acusado en la conversaci¨®n con Judith Miller ocurri¨® solamente despu¨¦s de que el vicepresidente le dijo al acusado que el presidente le hab¨ªa autorizado espec¨ªficamente a revelar ciertos datos". Los datos se refieren a los informes de espionaje italianos en los que se aseguraba que Irak hab¨ªa intentado conseguir uranio, entre otros sitios en N¨ªger.

Consejo jur¨ªdico

Libby cont¨® tambi¨¦n al Gran Jurado que, al recibir el mensaje de su jefe, Cheney, sobre la autorizaci¨®n presidencial, pidi¨® consejo al asesor jur¨ªdico del vicepresidente. David Addington le dijo que el permiso de Bush "equival¨ªa a la desclasificaci¨®n del documento".

El columnista conservador Bob Novak public¨® el 14 de julio que "dos altas fuentes del Gobierno" le hab¨ªan dicho que Wilson "nunca trabaj¨® para la CIA, pero que su mujer, Valerie Plame", trabajaba en la Agencia como especialista en armas de destrucci¨®n masiva, y que era ella la que "hab¨ªa sugerido que se enviara a su marido a N¨ªger a investigar el informe italiano". Novak no ha dicho p¨²blicamente nada sobre el asunto.

La periodista Judith Miller pas¨® 85 d¨ªas en prisi¨®n el pasado verano por no revelar datos de su conversaci¨®n con Libby. Seg¨²n el documento de Fitzgerald, "el acusado testific¨® que no hab¨ªa discutido el trabajo de la mujer de Wilson con la reportera Miller el 8 de julio", y que no lo hizo porque "hab¨ªa olvidado que un mes antes se lo hab¨ªa dicho el vicepresidente".

Est¨¢ previsto que Libby, que se ha declarado inocente -en estos documentos, trata de acogerse a la obediencia debida- sea juzgado en enero de 2007. Es posible que antes haya nuevas revelaciones, porque Fitzgerald no ha concluido su investigaci¨®n, y hay personas como el asesor de Bush, Karl Rove, y el consejero de Seguridad, Stephen Hadley, con la espada de Damocles a¨²n pendiente.