El debate nuclear
En varios pa¨ªses europeos eclosiona un incipiente debate sobre la conveniencia de recuperar la energ¨ªa nuclear como fuente segura de aprovisionamiento. Finlandia construye su quinto grupo at¨®mico mientras el Gobierno alem¨¢n de Angela Merkel intenta discretamente moderar las iniciales exigencias antinucleares de Los Verdes y virarlas hacia una moratoria que pueda alumbrar un debate pr¨®ximo sobre una energ¨ªa olvidada al menos desde comienzos de la d¨¦cada de los noventa.
La resurrecci¨®n at¨®mica no es caprichosa; est¨¢ justificada por el explosivo encarecimiento del petr¨®leo, que hace aumentar los precios de la electricidad producida por ciclos combinados (el precio del gas est¨¢ ligado estrechamente al del crudo); por la imputaci¨®n de costes a la contaminaci¨®n de las centrales t¨¦rmicas (sobre todo de carb¨®n), evidente a partir del protocolo de Kioto; y, en fin, por la conciencia, a veces traum¨¢tica, de que Europa depende excesivamente de energ¨ªas primarias procedentes de zonas inestables o alteradas, ll¨¢mense Irak en guerra o Rusia con gobernantes inclinados a la arbitrariedad. Frente a tanta incertidumbre -extrema en el caso de Espa?a, sin enlace con el gasoducto europeo y con una interconexi¨®n el¨¦ctrica muy d¨¦bil con Francia-, la energ¨ªa nuclear se presenta como una producci¨®n aut¨®noma y poco contaminante, ideal para cumplir con Kioto y con el sue?o de un suministro el¨¦ctrico f¨¢cil y abundante.
Pero para iniciar el debate en su justo t¨¦rmino hay que precisar que la viabilidad econ¨®mica de la electricidad de origen nuclear depende estrechamente del precio medio del petr¨®leo y del precio medio de la tonelada de CO2. Es evidente, por poner un ejemplo, que con costes medios del barril por debajo de 30 d¨®lares, la producci¨®n nuclear deja de ser competitiva. De hecho, el Gobierno espa?ol par¨® el programa at¨®mico precisamente porque su c¨¢lculo de precio medio del crudo convert¨ªa en muy onerosa la producci¨®n de electricidad mediante este procedimiento. Se trata, pues, de intentar avizorar hoy si el crudo se mantendr¨¢ en precios por encima de los 60 d¨®lares o si, pasado el tiempo, volver¨¢ a pagarse por debajo de los 30. Adem¨¢s, el coste m¨¢s bajo del kilovatio nuclear se consigue cuando se construyen varios grupos productores; el peso de la inversi¨®n inicial encarece demasiado el kilovatio producido por una sola nueva central.
Tampoco debe olvidarse la oposici¨®n de los ciudadanos europeos a la construcci¨®n de centrales nucleares, que es el principal freno pol¨ªtico a la recuperaci¨®n de estos programas. Chern¨®bil y Three Miles Island forman parte viva de la memoria colectiva del miedo. Dado el coste colosal de una planta at¨®mica -en torno a los 3.000 millones de euros-, ninguna empresa o grupo de empresas se arriesgar¨ªa a semejante proyecto si los gobiernos respectivos no garantizan una legislaci¨®n estable que evite ruinosas moratorias y un marco de protecci¨®n para los inversores. Son contraindicaciones fundamentadas que deben tenerse en cuenta en ese debate que se viene anunciando desde hace a?os y que no acaba de concretarse. Pero que por momentos se hace imprescindible.
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