Rooney da un repaso al Arsenal

Wayne Rooney, el heredero de Paul Gascoigne, arroll¨® ayer al Arsenal de Cesc en un Old Trafford repleto hasta la bandera. Le bast¨® con exprimir los huecos que dejaba la defensa adelantada que Ars¨¨ne Wenger escogi¨® para frenar las tradicionales acometidas de los diablos rojos, la escuadra m¨¢s goleadora de Inglaterra con una media de 25 tiros a puerta -o aleda?os- cada 90 minutos.

La sinton¨ªa de Rooney con Van Nistelrooy decidi¨® el encuentro. El holand¨¦s suministr¨® con una decena de pases al hueco al rubicundo delantero. En una de tantas, y hasta que abri¨® el cerrojo de la porter¨ªa de Lehman al poco de arrancar el segundo tiempo, Rooney se desesper¨® cuando Ebou¨¦ desvi¨® con las manos uno de sus trallazos. Resulta que el zaguero africano hizo un parad¨®n digno de la ara?a Yashin. La madera escupi¨® el bal¨®n, fruto de una asistencia en diagonal, desde el v¨¦rtice izquierdo de Van Nistelrooy, en un penalti clamoroso que Graham Poll no vio.

El Arsenal apuraba el tiempo, y languidec¨ªa por la ausencia en el frente de ataque de Thierry Henry. Cuando Wenger recurri¨® a sus servicios, con apenas 20 minutos por delante, ya era tarde.Y eso que los gunners hab¨ªan comenzado el duelo a lo grande, cercando a Van der Sar, achuchando tanto que Cristiano Ronaldo reculaba hasta su ¨¢rea ¨¢vido por un bal¨®n que hincarse a la bota. Old Trafford oli¨® tanto el peligro que miles de gargantas jalearon a los de casa. Cuando Cesc cog¨ªa el bal¨®n, el Arsenal, el estilizado club de adolescentes que entre semana despidi¨® a la Juventus de Europa, no lo soltaba. Con parsimonia, relajados, los londinenses llegaban al balc¨®n del ¨¢rea del Manchester, campaban a sus anchas. Pero no remataban. Echaban en falta a Henry y su personalidad. De ah¨ª el rugido de los aficionados desplazados desde la capital brit¨¢nica cuando en el minuto 50, poco antes del gol de Rooney, vieron c¨®mo Henry abandon¨® el banquillo para ejercitarse por la banda.

Palmo a palmo, los diablos de Alex Ferguson impusieron su ley. Lo hizo por las bravas, renunciando al mediocampo, que el t¨¦cnico escoc¨¦s sab¨ªa del Arsenal. El Manchester convirti¨® el partido en un correcalles, en un sinvivir para las defensas. Sin nadie capaz de echar el lazo al esf¨¦rico, el duelo era de ida y vuelta. Un intercambio de golpes, como el despacho cruzado de Van Persie o el chut, 15 segundos m¨¢s tarde, de Van Nistelrooy que meti¨® el miedo a Lehman. Y Henry, mientras, en el banquillo. Cuando pis¨® la hierba fue incapaz de contrarrestar el juego de Rooney, que dej¨® para el recuerdo su soberbio control de un centro bombeado de Silvestre que Senderos se comi¨®. Rooney dispuso entonces de todo el tiempo del mundo para ajustar la diana y romper la red. Lehman, el nuevo portero titular de Alemania, no habr¨ªa llegado nunca. Para empezar porque ni vio el balon. Tres cuartos de lo mismo le ocurri¨® al germano cuando Rooney hizo bueno un contraataque, atrap¨® un bal¨®n largo, se fren¨®, levant¨® el pescuezo y regal¨® el segundo tanto a Park. Una bala made in Korea algo alocada pero que lee muy bien los espacios.

La victoria mantiene en vilo al Chelsea de Mourinho, que aventaja a los de Manchester en siete puntos a falta de cinco jornadas. Ferguson cuenta los d¨ªas para olvidar o no el campeonato; dentro de 20 d¨ªas visita Stamford Bridge.