Los presos del IRA a¨²n dividen al Ulster
La liberaci¨®n de los reclusos fue para muchos norirlandeses un mal necesario, mientras que para otros era un paso que no deb¨ªa darse hasta que el grupo hubiese demostrado su compromiso con la paz
El Proceso de Paz de Irlanda del Norte ha acabado con los atentados terroristas, ha conseguido que el IRA renuncie a la lucha armada y que destruya sus arsenales, pero no ha roto las barreras que siguen enfrentando a las dos comunidades. La rapidez con que han salido a la calle los terroristas, tan s¨®lo dos a?os despu¨¦s de la firma de los Acuerdos de Viernes Santo de 1998, ha contrastado con el constante regateo pol¨ªtico que ha acompa?ado el lento desarme del IRA, culminado m¨¢s de siete a?os despu¨¦s de los acuerdos de paz. Ese contraste de calendarios ha exasperado a muchos unionistas protestantes que desde el principio desconfiaron de la buena voluntad del IRA y que creen que la banda terrorista se reserva el derecho a empu?ar de nuevo las armas si alg¨²n d¨ªa lo necesita. As¨ª piensa Willie Frazer, de 45 a?os, que perdi¨® a su padre, a dos t¨ªos y a dos primos, todos ellos v¨ªctimas de la violencia republicana.
Frazer: "El IRA es uno de los grupos paramilitares m¨¢s ricos de Europa"
Willie Frazer: "Cuando ten¨ªa 11 a?os lo ¨²nico que conoc¨ªa era terrorismo"
La reconciliaci¨®n de Alan McBride lleg¨® 10 a?os despu¨¦s del asesinato de su esposa
Pero otros protestantes que se han visto sacudidos por la p¨¦rdida de seres queridos creen que la salida de los presos del IRA era "un mal necesario". As¨ª piensa Alan McBride, de 41 a?os, que en 1993 perdi¨® a su mujer y a su suegro en el sangriento atentado cometido por el IRA en Shankill Road, la zona de mayor¨ªa protestante que colinda con Falls, el basti¨®n republicano de Gerry Adams. Alan creci¨® como muchos chavales de Shankill, un barrio de clase obrera marcado por el conflicto con los vecinos cat¨®licos y dominado por los paramilitares lealistas: tir¨¢ndoles piedras a los republicanos al otro lado de la valla. No hab¨ªa especial malicia ni militancia pol¨ªtica en esas agresiones; eran los desahogos que se consideraban normales a su edad y en su entorno.
Dej¨® la escuela a los 16 a?os y empez¨® a trabajar en una carnicer¨ªa. Hac¨ªa ya un tiempo que se hab¨ªan templado sus ardores infantiles, porque el tiempo pasa y porque asist¨ªa con regularidad a la iglesia baptista de Antrim Road, donde conoci¨® a Sharon. Se casaron en 1987, cuando ¨¦l ten¨ªa 22 a?os y ella 23. Tuvieron una ni?a y la vida les sonre¨ªa. ?l empezaba a estar ya cansado de la carnicer¨ªa y Sharon le convenci¨® para que se presentara a un empleo como asistente social.
Ella muri¨® sin saber que conseguir¨ªa el empleo. Era una soleada ma?ana de oto?o, el s¨¢bado 23 de octubre de 1993. Hab¨ªa ido a ayudar a su padre en la pescader¨ªa que ten¨ªa su nombre, Frizzels, en Shankill Road. En aquel atentado murieron 10 personas, incluido uno de los dos terroristas del IRA, Thomas Begley. El otro, Sean Kelly, sali¨® de prisi¨®n en el a?o 2000 gracias a los Acuerdos de Viernes Santo, despu¨¦s de purgar menos de cinco a?os de una sentencia que le hab¨ªa condenado a nueve penas de c¨¢rcel de por vida.
"Cuando te pasa algo as¨ª, l¨®gicamente afecta enormemente a tu vida", explica Alan McBride. "Yo lo encaj¨¦ muy mal. No sab¨ªa c¨®mo afrontarlo. Estaba lleno de c¨®lera. No sab¨ªa qu¨¦ hacer y buscaba una manera de expulsar esa c¨®lera". Esa manera fue perseguir a Gerry Adams, el l¨ªder del Sinn Fein, brazo pol¨ªtico del IRA, para pedirle cuentas por la muerte de Sharon. Le sigui¨® a Dubl¨ªn y tambi¨¦n a Washington, con una pancarta en la que se le¨ªa: "Mi mujer fue asesinada por el IRA". "Supongo que Gerry Adams se convirti¨® en un s¨ªmbolo muy personal de esa c¨®lera y la dirig¨ª contra ¨¦l. Le culp¨¦ a ¨¦l directamente, quiz¨¢ porque Adams fue una de las personas que cargaron con el ata¨²d de uno de los asesinos de mi mujer, que muri¨® al mismo tiempo cuando estall¨® la bomba", explica.
"Despu¨¦s de dos a?os de amargura me vi confrontado a la alternativa de seguir as¨ª o abrirme y seguir adelante con mi vida, y me di cuenta de que toda la maldad que me hab¨ªa afectado desde hac¨ªa dos a?os pod¨ªa al final ser para bien. La fe cristiana me ayud¨® en esos momentos. No es que sea un hombre religioso, pero tengo fe cristiana, creo en Dios, y eso me ayud¨®". En aquellos a?os, el joven carnicero de Shankill se hab¨ªa convertido ya en un hombre de letras, hab¨ªa empezado a reflexionar sobre los or¨ªgenes del conflicto irland¨¦s, trabajaba en el Consejo Nacional de YMCA en Irlanda en cuestiones de paz y reconciliaci¨®n. Se convirti¨® en un arduo defensor del Proceso de Paz, aunque no estaba de acuerdo con todo lo pactado.
Su reconciliaci¨®n personal lleg¨® hace tres a?os, cuando participaba en Edimburgo en unas jornadas de psiquiatr¨ªa sobre estr¨¦s postraum¨¢tico. Acab¨® la noche compartiendo copas con un antiguo voluntario del IRA y un antiguo paramilitar lealista. "Yo cont¨¦ mi historia y el hombre del IRA me dijo que lo que pas¨® en Shankill Road fue un error y que ¨¦l como republicano irland¨¦s lo sent¨ªa. Fue la primera vez en todos estos a?os desde que estall¨® la bomba que o¨ªa algo as¨ª. Cuando le preguntaba a Gerry Adams por mi mujer ¨¦l dec¨ªa que hay que entender la situaci¨®n de los republicanos y sus esfuerzos por la paz, pero para m¨ª no era una cuesti¨®n de entender; lo ¨²nico que entend¨ªa es que mi mujer estaba muerta, que alguien la hab¨ªa matado y que eso estaba mal. Era la primera vez que un republicano irland¨¦s dec¨ªa eso y supuso un momento muy importante para m¨ª".
?Cree que los presos de ETA han de salir a la calle tan r¨¢pido como los del IRA? "Si yo hubiera podido habr¨ªa elegido que el que mat¨® a mi mujer siguiera en la c¨¢rcel. Cuando se firm¨® el acuerdo de Viernes Santo pens¨¦ que era una injusticia que pudiera salir de la c¨¢rcel despu¨¦s de haber estado s¨®lo cuatro o cinco a?os, prefer¨ªa que cumpliera ¨ªntegramente su condena", admite. Aunque a?ade: "Pero siendo realista, he de aceptar que nunca encontrar¨ªamos un arreglo a esta situaci¨®n haciendo eso. Nunca habr¨ªamos tenido un acuerdo de paz. Sacar a esa gente de la c¨¢rcel era un mal necesario".
Willie Frazer ve las cosas de otro modo. "Cuando ten¨ªa 11 a?os lo ¨²nico que conoc¨ªa es terrorismo. Mi casa ha sido atacada cinco veces con bombas incendiarias, han intentado entrar dos veces a mazazos en la puerta, mi padre fue asesinado, dos t¨ªos m¨ªos han sido asesinados, dos primos m¨ªos han sido asesinados y otros parientes han sido heridos en diversos ataques. He presenciado varios asesinatos y mi padre se desangr¨® en mis brazos. Apenas dos semanas despu¨¦s atacaron nuestra casa; creemos que quer¨ªan matar a muchos m¨¢s pero no lo consiguieron", relata con mec¨¢nica precisi¨®n. Al igual que McBride, Frazer ha contado su historia muchas veces. Antes ten¨ªa negocios de bares nocturnos y un sex shop, pero luego abraz¨® estrechamente el cristianismo y dej¨® todo eso. Ahora trabaja a tiempo completo en Fair, una organizaci¨®n que ¨¦l mismo cre¨® en 1998 y que se opone a los Acuerdos de Viernes Santo en nombre de las v¨ªctimas del IRA. Recibe al periodista en la sede de Fair, en Markethill, un enclave con un 80% de protestantes en South Armagh, un condado abrumadoramente cat¨®lico y quiz¨¢s el m¨¢s violento de Irlanda del Norte.
"Muchos de estos ataques se cometieron durante periodos de alto el fuego, incluyendo la muerte de mi padre en 1975. Un alto el fuego tiene significados diferentes para la gente de aqu¨ª. Para nosotros, no significa mucho. Si quieren, tienen la capacidad de matar a quien quieran. Pero, como han conseguido tanto pol¨ªticamente, no necesitan utilizar el nombre de una organizaci¨®n disidente para seguir matando. La gente dice que est¨¢ bien que acepten la v¨ªa democr¨¢tica, pero no est¨¢ bien porque han utilizado la violencia para llegar a ese punto y a¨²n dicen que si no consiguen lo que quieren pueden volver a las armas. El IRA dice que est¨¢ por la v¨ªa democr¨¢tica en esta fase del conflicto. Para ellos es s¨®lo otra fase del conflicto. ?C¨®mo puede estar en el Gobierno gente que piensa as¨ª, que sigue pensando que pueden volver a la violencia si no consiguen sus objetivos?", se pregunta.
"El IRA tendr¨ªa que rendir cuentas de lo que ha hecho, en lugar de darles una concesi¨®n detr¨¢s de otra", se queja. "Tony Blair prometi¨® que los prisioneros del IRA no saldr¨ªan a la calle hasta que hubieran entregado las armas y hubiera cesado todo tipo de violencia. ?Mentira! Los presos no ten¨ªan que haber salido a la calle hasta que el IRA hubiera demostrado que est¨¢ comprometido con la paz. La gente y la democracia no tienen que probar nada a los terroristas; son los terroristas los que tienen que dar pruebas a la democracia. ?se fue uno de los mayores errores. Otro error ha sido la retirada de las fuerzas de seguridad antes de que el IRA disuelva su organizaci¨®n. El IRA es una de las organizaciones paramilitares m¨¢s ricas de Europa porque desde el alto el fuego ha pasado la mayor parte del tiempo haciendo dinero. Siguen teniendo a la comunidad amenazada para poder operar. Y no tendr¨ªa que ser as¨ª. La gente no tiene por qu¨¦ vivir bajo el miedo a los pistoleros. La gente cree que el terrorismo consiste en matar gente, pero el terrorismo consiste en aterrorizar a la comunidad. Si la gente ha alcanzado cierto nivel de miedo, matar es contraproducente porque la gente se puede volver. Pero si mantienes las cosas en un nivel en el que la gente tiene miedo de hablar, en el que puedes seguir el contrabando, cometer atracos... Y eso es b¨¢sicamente lo que est¨¢ ocurriendo", denuncia.
Willie Frazer dice que aceptar¨ªa la unidad de Irlanda si la gente as¨ª lo decidiera libre de presiones. Pero ¨¦l se marchar¨ªa: "Me volver¨ªa a Escocia porque el IRA no parar¨¢ hasta que expulse a los protestantes de Irlanda. Un antiguo miembro del IRA que dirig¨ªa el comando sur explic¨® que se hizo informante cuando vio la campa?a de limpieza ¨¦tnica del IRA en South Armagh. Conozco gente que viv¨ªa en el sur de Irlanda y se tuvo que marchar. Dicen que somos bienvenidos, pero nuestra cultura y tradiciones no son bienvenidas. Eso no es aceptable. Te aceptan si no tienes una cultura diferente a la suya".
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