Pumar¨ªn llora a los 'scouts'
El barrio gijon¨¦s donde resid¨ªan los escolares muertos en el accidente de tr¨¢fico vivi¨® ayer su jornada m¨¢s triste

El barrio de Pumar¨ªn, en Gij¨®n, se despert¨® ayer triste, como las portadas de los peri¨®dicos. En los alrededores de la parroquia de San Miguel, a la que pertenec¨ªa el grupo de scouts que iba en el autob¨²s siniestrado, se formaban peque?os grupos de personas que hablaban en voz baja. Algunos, con l¨¢grimas en los ojos. Un cartel anunciaba que ma?ana -por hoy-, en se?al de luto, no habr¨ªa clase en el colegio San Miguel.
Muchas c¨¢maras y pocas ganas de hablar. Poco a poco, iban llegando scouts con su caracter¨ªstico pa?uelo al cuello. Abrazos, m¨¢s l¨¢grimas y algo de indignaci¨®n por una supuesta informaci¨®n de un programa de televisi¨®n que hab¨ªa asegurado que los monitores que viajaban con los ni?os eran menores de edad. In¨¦s Fern¨¢ndez, coordinadora de los Scouts de Asturias, ofreci¨® una improvisada rueda de prensa. Con entereza, dio el parte de heridos, y asegur¨® que ahora lo m¨¢s importante es "prestar ayuda psicol¨®gica a los ni?os, porque muchos vieron a sus compa?eros atrapados en el interior del autob¨²s". La concejal de Educaci¨®n del Ayuntamiento de Gij¨®n, Carmen R¨²a, le¨ªa un bando del consistorio en el que se decretaban dos d¨ªa de luto oficial. All¨ª, en la puerta de la iglesia, esperaban el domingo algunos de los padres del grupo de scouts de San Miguel. Ven¨ªan de pasar unas jornadas de convivencia en La Vecilla (Le¨®n), pero el autob¨²s nunca lleg¨® a su destino. En torno a las seis y media de la tarde, a tan s¨®lo 40 kil¨®metros de Gij¨®n, se produjo el accidente.
Saturio Castro, de 44 a?os, lleg¨® al lugar dos minutos despu¨¦s del accidente, e inmediatamente se puso a ayudar. No pudo dormir en toda la noche del domingo al lunes, y ayer se mostraba nervioso al hablar del accidente. "La imagen era terrible, hab¨ªa ni?os sangrando por la cabeza". ?l fue uno de los primeros en entrar en el autob¨²s despu¨¦s del accidente: "Hab¨ªa asientos tirados y pudimos ver que hab¨ªa heridos dentro y tambi¨¦n a alguno de los fallecidos". Dice que una de las cosas que m¨¢s le impact¨® fue "la entereza de un chaval que estaba atrapado entre el autob¨²s y el quitamiedos, ten¨ªa una mano que, literalmente, le colgaba de los tendones y ¨¦l s¨®lo ped¨ªa que le quit¨¢ramos el quitamiedos de la espalda". Tuvo tiempo para ver al conductor, que ten¨ªa una herida en la cabeza. "Dec¨ªa que estaba bien, y me pregunt¨® si era muy grande la herida". Tambi¨¦n fue testigo de una conversaci¨®n entre una ni?a que dec¨ªa haber perdido el ojo y una mujer que la ten¨ªa en sus brazos. "Ella le dijo que cerrara el ojo que ten¨ªa bien, le ense?¨® cinco dedos, la ni?a los vio y se qued¨® m¨¢s tranquila".
La casualidad hizo que algunos de los padres de los ni?os fueran justo detr¨¢s del autob¨²s. Aroa, de 7 a?os, fue trasladada por su padre al hospital Vital ?lvarez-Buylla de Mieres, en donde le fue extirpado el bazo y se le atendi¨® de las lesiones que presentaba en los pulmones. De Mieres fue trasladada al Hospital Central de Asturias, en donde contin¨²a en estado "muy grave". "La mayor¨ªa ten¨ªa golpes en la cabeza, les hicimos un esc¨¢ner para descartar lesiones cerebrales", recuerda el doctor Rafael Garc¨ªa, que les atendi¨® en Mieres. Llegaban despu¨¦s las horas m¨¢s duras. La Guardia Civil le¨ªa, en la puerta de la iglesia, la lista de heridos. Por la noche, los paneles electr¨®nicos de las carreteras asturianas recordaban los 105 muertos de la Semana Santa de 2005. El barrio de Pumar¨ªn no olvidar¨¢ nunca de la fat¨ªdica tarde del 16 de abril.

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
