Hu Jintao inicia su visita a EE UU con reuniones con las grandes empresas
El presidente chino se re¨²ne ma?ana con Bush para examinar los intercambios comerciales
Primera parada, la econom¨ªa; segunda, la pol¨ªtica. El presidente Hu Jintao entr¨® ayer en EE UU por la puerta de Seattle para cenar con el hombre m¨¢s rico del mundo, Bill Gates, due?o de Microsoft, y visitar hoy con alfombra roja la central de Boeing. Cuando deje atr¨¢s estos s¨ªmbolos de la trascendencia de las relaciones comerciales entre China y EE UU, Hu se entrevistar¨¢ con George Bush en la Casa Blanca, en un ambiente que ser¨¢ cordial, pero que no ocultar¨¢ las diferencias sobre Ir¨¢n o Taiwan ni sobre c¨®mo ordenar el apetito petrolero de ambas potencias.
La visita de Hu Jintao, de 63 a?os y que ya estuvo en EE UU cuando era vicepresidente, hace cuatro a?os, demuestra que los dos pa¨ªses tienen una relaci¨®n insustituible, que se necesitan el uno al otro. Pero no est¨¢ previsto que el viaje tenga el mismo perfil rompedor que tuvo el de Deng Xiaoping en 1979 ni el realce de la visita de Jiang Zemin en 1997. Despu¨¦s de la primera fase de este viaje -que deber¨ªa haberse realizado en septiembre, pero que fue aplazado por la situaci¨®n creada por el hurac¨¢n Katrina- y del homenaje de Microsoft y Boeing a uno de sus primeros clientes mundiales, la atm¨®sfera en la Casa Blanca no ser¨¢ de fuegos artificiales.
Por empezar por la econom¨ªa, Bush le recordar¨¢ a Hu Jintao que el d¨¦ficit comercial de EE UU con China supera ya los 200.000 millones de d¨®lares (163.000 millones de euros), y que la decisi¨®n de Pek¨ªn de mantener artificialmente infravalorada su moneda da ventaja a sus exportaciones y penaliza las estadounidenses. Se trata del "factor econ¨®mico m¨¢s irritante entre EE UU y China", seg¨²n Jessica Holzer, de la revista Forbes. Bush podr¨ªa jugar con la baza del proyecto de ley que un grupo de senadores quiere impulsar para penalizar las exportaciones chinas si no se modifica el tipo de cambio, pero la amenaza es gaseosa, porque los principales perjudicados ser¨ªan los sensibles consumidores de EE UU. Otra irritaci¨®n estadounidense es la de los miles de millones de d¨®lares de propiedad intelectual escamoteados por la descomunal pirater¨ªa del mercado chino.
Para seguir con la pol¨ªtica internacional, Washington necesita una actitud m¨¢s comprometida de China en las crisis nucleares de Ir¨¢n y Corea del Norte. Con respecto a Ir¨¢n, el Gobierno chino comparte el punto de vista contrario al desarrollo del programa b¨¦lico, pero no hasta el punto de presionar a Teher¨¢n como desear¨ªan los estadounidenses; China, que no quer¨ªa ni siquiera que el asunto llegara al Consejo de Seguridad de la ONU, tiene intereses pol¨ªticos y econ¨®micos en Ir¨¢n (especialmente la compra de petr¨®leo) que no quiere alterar con ning¨²n tipo de sanciones.
A pesar de que antes de viajar Hu se mostr¨® partidario de una nueva ronda de negociaciones "al mismo nivel" con los dirigentes de Taiwan, dijo tambi¨¦n que "la independencia es la mayor amenaza para el desarrollo de v¨ªnculos pac¨ªficos y estables a lo largo del Estrecho". Lo que Pek¨ªn querr¨ªa es que EE UU, que asume como pol¨ªtica oficial la de "una sola China", no mantuviera al tiempo su compromiso de defensa militar de Taiwan ante cualquier acto hostil.
En el cap¨ªtulo de desacuerdos, hay que anotar adem¨¢s las violaciones de derechos humanos en China, con mayor ¨¦nfasis en las persecuciones de los independentistas tibetanos y de los seguidores del movimiento religioso Falun Gong. "En lo que toca a los principios fundamentales de libertad y justicia, China est¨¢ en la Edad de las Tinieblas", editorializa The New York Times, que pone como ejemplo el encarcelamiento, desde hace ya 19 meses, de un colaborador chino del diario.
En la Costa Oeste, Hu Jintao env¨ªa la se?al a Washington de que lo importante es la cooperaci¨®n econ¨®mica, y que China es un socio vital para EE UU. Desde luego lo es para Boeing, que acaba de vender 80 aparatos a las l¨ªneas a¨¦reas chinas por valor de 4.600 millones de d¨®lares.
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