"Hay que trasladar al consumidor los nuevos precios de la energ¨ªa"
Rodrigo Rato, director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) est¨¢ encari?ado con su nueva criatura. Un nuevo foro de consulta multilateral bajo el paraguas del FMI para ir superando los grandes desequilibrios exteriores agravados por el nuevo shock petrolero iniciado en 2003, y que contin¨²a con una fuerza alcista inusitada estos d¨ªas. El director gerente demuestra una pasi¨®n especial cuando habla del foro que quiere sacar adelante en esta reuni¨®n de primavera ("El mundo del G-7 ya no es lo que era") las reformas que deber¨ªan emprenderse en la econom¨ªa espa?ola y la evoluci¨®n pol¨ªtica en Espa?a, un tema sobre el que habla claro, aunque estrictamente en privado.
Pregunta. Los economistas del FMI dicen que la subida del petr¨®leo continuar¨¢ y que es probable que el precio supere los 80 d¨®lares a mediados de 2006. ?Este shock es m¨¢s serio de lo que parec¨ªa?
"Antes el crudo sub¨ªa por la demanda y reflejaba una econom¨ªa robusta. Ahora sube por problemas de oferta"
"Espa?a debe liberalizar sectores laborales y comerciales. Ahora se pueden adoptar medidas sin dramas"
"El mundo del G-7 ya no es lo que era. Estamos ante la superaci¨®n de la f¨®rmula de los ochenta"
"La ventaja del FMI sobre otros grupos que han operado es que est¨¢n 184 pa¨ªses de la econom¨ªa mundial"
Respuesta. Pero damos un porcentaje del 15% de probabilidades a esa subida...
P. El mensaje es claro. El shock durar¨¢ y s¨®lo se ve el alza de precios en el horizonte ?no?
R. Hay un mensaje muy claro: el precio del petr¨®leo est¨¢ en unos niveles que excluyen la vuelta a niveles de hace dos a?os, de 30-35 d¨®lares el barril. Hay que trasladar a los consumidores los nuevos precios y no enmascarar en el presupuesto los precios de la energ¨ªa. Y los pa¨ªses consumidores, que llevan m¨¢s de una d¨¦cada sin invertir en refino, tienen que comenzar a cambiar la tendencia.
P. Los mercados de futuros est¨¢n determinando los precios de contado. Y estos mercados se han nutrido de grandes cantidades de dinero que estaban en Bolsa. ?No representa una presi¨®n casi desconocida en la formaci¨®n de precios?
R. Admitamos, primero, que el consumo de energ¨ªa no tiene retorno. El volumen de millones de barriles al d¨ªa que se va a consumir ha dado un salto. Hasta el a?o 2004 y primeros meses de 2005, la causa principal del incremento del precio estaba determinada por la fuerte demanda, de ah¨ª en adelante y en lo que va de 2006 es claro que hay restricciones de oferta con componentes de especulaci¨®n y riesgos de tensi¨®n geopol¨ªtica. Esto alimenta un fen¨®meno de especulaci¨®n. Es cierto que tambi¨¦n est¨¢ el mercado de capitales privado, que tambi¨¦n juega en las materias primas. Es indudable. Pero esto no va a desaparecer. El dinamismo de los mercados financieros va en aumento como lo prueban los mayores vol¨²menes en el mercado de derivados, por ejemplo.
P. El inicio del shock petrolero coincidi¨® en 2003 con un impulso de la pol¨ªtica monetaria expansiva de la Reserva Federal de EE UU, lo que permiti¨® escapar a la cl¨¢sica desaceleraci¨®n econ¨®mica o incluso recesi¨®n de otras ¨¦pocas. ?La pol¨ªtica de subida de tipos de inter¨¦s puede precipitar una crisis?
R. Es verdad que el impulso monetario ayud¨® y ahora est¨¢ cambiando. Ahora me preocupa esto: antes el precio sub¨ªa por la demanda y esto reflejaba una econom¨ªa robusta. Pero ahora sube por problemas de oferta. Y este riesgo est¨¢ creciendo.
P. Sube a pesar de que la demanda flexiona e incluso cuando los inventarios, como sucede en EE UU, est¨¢n repletos.
R. Las previsiones de demanda, en efecto, est¨¢n bajando. Los m¨¢s altos precios han tenido su efecto. Se consume menos. Puede que hasta sea sano. En cuanto a los tipos de inter¨¦s, no estamos ante una pol¨ªtica restrictiva sino ante un proceso en el cual el impulso monetario est¨¢ reduci¨¦ndose.
P. El informe de primavera empieza con una frase que supone un golpe directo a los desequilibrios exteriores. Dice que el d¨®lar necesita depreciarse significativamente.
R. Eso es lo que se desprende de los fundamentos econ¨®micos... Lo que pase despu¨¦s en los mercados de cambio...
P. Pero se menciona expl¨ªcitamente la necesidad de un realineamiento de los tipos de cambio. Es una conclusi¨®n clara...
R. Los elementos fundamentales analizados indican, efectivamente, eso. Pero tambi¨¦n es verdad que en el mundo de las monedas las cosas nunca son lo que parecen. No estamos haciendo una previsi¨®n sino diciendo lo que se desprende del an¨¢lisis macroecon¨®mico para volver a una situaci¨®n de mayores equilibrios. Ese ajuste es una de las muchas cosas que deber¨ªan tener lugar. Tambi¨¦n una manera de reequilibrar ser¨ªa una desaceleraci¨®n de la econom¨ªa mundial...
P. La pr¨¦dica para reducir desequilibrios se prolonga, sin resultados a la vista, ?se puede hacer algo m¨¢s que pontificar?
R. Las pr¨¦dicas macroecon¨®micas son largas [risas]. S¨ª, se puede hacer algo m¨¢s que exhortar. Es mi gran objetivo en esta reuni¨®n de primavera y es lo que discutiremos el viernes pr¨®ximo. Todos est¨¢n diciendo que van a hacer lo que nosotros aconsejamos. Como ejemplos, est¨¢ el d¨¦ficit fiscal en EEUU, el nuevo sistema m¨¢s flexible de cambios en China, las reformas estructurales en Jap¨®n y, en Europa, los Gobiernos reconocen que deben aplicar reformas estructurales. Ahora tenemos que pasar de la descripci¨®n a la consulta multilateral. El Fondo debe abrir un proceso de consultas de manera regular y peri¨®dica con las econom¨ªas que tienen efectos sist¨¦micos.
P. ?C¨®mo funcionar¨ªa?
R. Por ejemplo, analizar¨ªamos la econom¨ªa norteamericana en relaci¨®n a la de los otros pa¨ªses. Y viceversa. Estudiar¨ªamos los efectos colaterales mutuos. Es un paso muy importante. Se necesitar¨¢ mucho esfuerzo t¨¦cnico y pol¨ªtico.
P. ?Pero este tipo de coordinaci¨®n no es la que busca el G-7?
R. El modelo tipo Acuerdos de Plaza de 1985 para gestionar los tipos de cambio o el del G-7
[integrado por EEUU, Jap¨®n, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canad¨¢] se est¨¢ superando. Esto ocurre por la importancia de los mercados financieros. Adem¨¢s, los protagonistas ya no son ni dos ni tres ni cuatro. El FMI tiene un papel relevante. Y hay que desarrollar este proceso peri¨®dico de consultas. La ventaja del FMI sobre los grupos que han operado es que aparte de los grandes pa¨ªses est¨¢n 184 pa¨ªses de toda la econom¨ªa mundial. Estamos proponiendo una consulta colectiva en la que participar¨ªa el consejo del FMI. Es algo nuevo. No digo que vaya a ser f¨¢cil. El mundo necesita foros de aliados macroecon¨®micos y de consulta. El mundo del G-7 ya no es lo que era. Estamos ante la superaci¨®n de la f¨®rmula de los ochenta. Funcion¨® y sigue haci¨¦ndolo. El G-7 es importante. No digo ni por asomo que no lo sea. Pero han cambiado muchas cosas en el mundo.
P. El FMI est¨¢ elaborando el informe final sobre supervisi¨®n de la econom¨ªa espa?ola y ya ha anticipado las conclusiones. ?Qu¨¦ problemas hay y c¨®mo resolverlos?
R. Espa?a mantiene una tasa de crecimiento econ¨®mico s¨®lida. Fuerte, m¨¢s que s¨®lida. Pero se acent¨²an sus desequilibrios. Lleva m¨¢s de 10 a?os creciendo, con impulsos de oferta significativos. En un periodo muy corto, entre 1995 y 2002 o 2003 han perfilado esta econom¨ªa. Y ese proceso necesita continuar. El FMI le est¨¢ diciendo al Gobierno espa?ol: tienen una tasa de crecimiento m¨¢s elevada, respecto a la UE, importante; se han adoptado medidas muy competitivas, pero el nivel de competitividad se est¨¢ deteriorando, el diferencial de inflaci¨®n aumenta y todo ello se refleja en un d¨¦ficit comercial creciente. Tienen que hacer algo. Pueden pensar que como est¨¢n en la zona euro, no se sufrir¨¢n consecuencias. Pero tenga en cuenta que el d¨ªa que se vaya suavizando la demanda, su capacidad de reactivar la econom¨ªa, sin pol¨ªtica monetaria y sin devaluaci¨®n, es muy peque?a.
P. ?Qu¨¦ deber¨ªa hacerse?
R. Por un lado, dado el diferencial de inflaci¨®n, es necesario profundizar en la pol¨ªtica presupuestaria. Esa pol¨ªtica no debe hacerse m¨¢s opaca y, dado el grado de descentralizaci¨®n pol¨ªtica existente, las comunidades aut¨®nomas deben desempe?ar un papel creciente de responsabilidad en el gasto. Y, segundo, se debe liberalizar sectores laborales, comerciales y fijaci¨®n de costes. Esta adaptaci¨®n, como se ha podido ver en pa¨ªses del sur de Europa y en Jap¨®n, puede ser muy larga y dolorosa. Ahora se pueden adoptar medidas de gasto sin dramas para bajar la presi¨®n en el medio plazo. Espa?a lleva varios a?os en los que hay margen para esas decisiones. Pero el tiempo va pasando. Estamos esperando que esas medidas se adopten. El Gobierno no contradice nuestro an¨¢lisis. De no ser as¨ª, con un ciclo que no puede ser eterno y con unas condiciones de competitividad deterioradas, el desenlace no es ning¨²n secreto. Es lo que hay.
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