M¨¢s transparencia sobre el Holocausto
Los datos de 17 millones de v¨ªctimas podr¨¢n consultarse libremente
Tras la II Guerra Mundial millones de europeos ignoraban el destino de sus familiares: si estaban vivos, d¨®nde; si muertos, c¨®mo y por qu¨¦. Las v¨ªctimas del Holocausto nazi y sus herederos pueden recurrir desde 1943 al Servicio Internacional de B¨²squeda (ITS) de Bad Arolsen (Alemania), donde se guardan, hoy parcialmente digitalizados, datos sobre m¨¢s de 17,5 millones de personas. Bad Arolsen, hasta hoy s¨®lo accesible para v¨ªctimas y familiares, es terreno vedado para los historiadores, que luchan por tener un acceso libre a lo que consideran patrimonio de la humanidad.
Pronto tambi¨¦n los investigadores y el p¨²blico en general se podr¨¢n asomar a estos detalles de la persecuci¨®n nazi, seg¨²n anunci¨® el martes la ministra de Justicia, Brigitte Zypries. La comisi¨®n de 11 pa¨ªses -Alemania, EE UU, Reino Unido, B¨¦lgica, Francia, Grecia, Israel, Italia, Luxemburgo, Holanda y Polonia- que dirige el servicio de b¨²squeda tom¨® hace ocho a?os la decisi¨®n de publicar los archivos, y desde entonces discute sobre la forma de hacerlos p¨²blicos. A mediados de mayo la comisi¨®n llegar¨¢ finalmente a un acuerdo, una vez franqueado el bloqueo germano. El proceso hasta la apertura definitiva no durar¨¢ m¨¢s de seis meses, seg¨²n la ministra Zypries.
Hasta ahora s¨®lo las v¨ªctimas de los nazis y sus familiares pod¨ªan acceder al archivo de Bad Arolsen
Alemania tem¨ªa que, debido a su restrictiva legislaci¨®n en protecci¨®n de datos, la apertura de Bad Arolsen tuviera consecuencias legales por la publicaci¨®n de detalles personales de las v¨ªctimas. Y es que no s¨®lo est¨¢ registrado qui¨¦n fue, cu¨¢ndo, a qu¨¦ campo de concentraci¨®n, sino a qu¨¦ inhumanos experimentos pseudocient¨ªficos se le someti¨®, si se le despioj¨®, qu¨¦ enfermedades cong¨¦nitas ten¨ªa, cu¨¢l fue la causa de su detenci¨®n -figuran desde asesinato a homosexualidad- y otras informaciones muy personales que est¨¢n protegidas por la ley alemana.
"Ha habido una larga discusi¨®n y el acuerdo ser¨¢ previsiblemente que cada pa¨ªs miembro de la comisi¨®n publique los datos de acuerdo a su propia legislaci¨®n", declar¨® ayer el portavoz del Ministerio alem¨¢n de Justicia, Ulf Gerder. El contencioso parec¨ªa estar atascado en un callej¨®n sin salida, hasta el punto de que el investigador jefe del museo del Holocausto de Washington, Paul Shapiro, lleg¨® a acusar al Gobierno alem¨¢n de "t¨¢cticas de postergaci¨®n". Y eso en un asunto en el que cada minuto es vital, pues la ¨²ltima generaci¨®n de supervivientes se est¨¢ extinguiendo para siempre.
"Yo creo que lo que se intenta proteger son datos de los ejecutores y hay miedo de que salgan a la luz informaciones que para m¨¢s de uno pueden ser inc¨®modas", acusaba el mes pasado en un reportaje de la televisi¨®n p¨²blica alemana Majer Szanckower, ¨²nico superviviente de una familia polaca asesinada por los nazis.
"El archivo se cre¨® como servicio de b¨²squeda para dar informaci¨®n a todos los afectados o sus herederos. La investigaci¨®n hist¨®rica no estaba comprendida hasta ahora en nuestro mandato", explic¨® Maria Raabe, portavoz del ITS. "Desde 1996 los historiadores tienen acceso al 2% de nuestro material, el que se refiere a objetos e instalaciones, como planos de campos de concentraci¨®n. El 98% del material, referido a personas, no puede ser visto por historiadores", a?ade Raabe.
Al ITS de Bad Arolsen siguen llegando cada a?o 150.000 solicitudes de b¨²squeda, y contin¨²a recopilando datos, sobre todo procedentes de los organismos p¨²blicos de la antigua Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA), vedados hasta 1990. En 2005 se dieron m¨¢s de 226.000 respuestas, pero quedaban m¨¢s de 400.000 casos por resolver y se da prioridad a las peticiones de mayores de 80 a?os.
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