Y sin embargo, se mueve
Estamos en el pa¨ªs del intrusismo profesional. Tenemos m¨¦dicos alcaldes, tonadilleras presentadoras, petardas medi¨¢ticas haciendo de cocineras. Tenemos capellanes propietarios de la emisora de radio que emite m¨¢s insultos, tenemos paletas metidos a cantantes y un presidente de la CEOE que no es empresario.
Siguiendo esta din¨¢mica de meterse en el jard¨ªn del vecino, la oposici¨®n conservadora ha decidido tomar la calle para protestar. Han dejado las misas castrenses y los homenajes a la bandera, y se han comprado fulares y pancartas. Tristemente, han recogido lo peor de las protestas callejeras, la demagogia, el exabrupto y la falta de visi¨®n a largo plazo.
Quiz¨¢ uno de los pocos que hacen lo que se espera es el presidente del Gobierno, dijo que ven¨ªa a cambiar las cosas y lo hace. En estos dos a?os de mandato, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero ha afrontado algunas de las reformas m¨¢s pol¨¦micas, pero no por ello menos urgentes, que el pa¨ªs ten¨ªa en su agenda. Tambi¨¦n en el ¨¢mbito auton¨®mico se han emprendido cambios importantes. Pasqual Maragall y Rodr¨ªguez Zapatero han sido el blanco de todas las iras de la derecha, y parte de las de la izquierda, m¨¢s que por su ideolog¨ªa, quiz¨¢ por su pasi¨®n por los cambios. Dicen que son imprevisibles, que tienen ideas propias, y eso parece asustar.
En este pa¨ªs de instrusismos, dos dise?adores hacen de analistas pol¨ªticos
Hace unas semanas, se celebr¨® el Sal¨®n Alimentaria y la estrella de la feria fue un invento t¨ªpicamente espa?ol. Se trata de unos filetes de pescado desconocido, que aparentan ser anchoas, con un sabor cercano al de las anchoas, pero sin serlo. Otra vez, alguien haci¨¦ndose pasar por lo que no es. Esos cambios s¨ª agradan a la derecha. M¨¢s barato, m¨¢s aparente, m¨¢s rentable, pero menos aut¨¦ntico. Algo as¨ª como la convenci¨®n del PP, que dec¨ªa ser para enfrentarse al futuro y acabaron a?orando un pasado afortunadamente pret¨¦rito para los dem¨¢s.
La oposici¨®n dice, alternativamente, que el t¨¢ndem Zapatero-Maragall est¨¢ parando el pa¨ªs o que se corre demasiado hacia el abismo. Como en la mayor¨ªa de los casos en que la derecha se queja de inmovilismo, se trata de dar carta blanca al capital. Si el tripartito se quiere tomar un tiempo para reflexionar sobre un modelo de crecimiento que prime la calidad frente la cantidad, parece que se est¨¢ frenando al pa¨ªs. ?Por qu¨¦ se siguen llamando conservadores, si la conservaci¨®n del medio ambiente les importa un r¨¢bano, transg¨¦nico para m¨¢s se?as?
M¨¢s all¨¢ de patrias, naciones, nacionalismos, sentimientos nacionales y dem¨¢s t¨¦rminos que, sin dejar de ser importantes, nos est¨¢n saturando los o¨ªdos, hay un pa¨ªs que se mueve. Lo hace en libertad, en justicia social, en desarrollo sostenible. Claro que la izquierda hace a veces de centro e incluso de derecha. Hay actitudes que m¨¢s valdr¨ªa dejarlas para Rajoy y C¨ªa. Por ejemplo, que Joan Clos diga que, pedir el AVE por el litoral o estar en contra de una narcosala es de derechas. El espantajo reaccionario no puede ser excusa para no escuchar a la sociedad. Esas actitudes son las que provocan que los ciudadanos, haciendo las veces de comentaristas pol¨ªticos, afirmen: "Todos son iguales".
Pero quienes sufrimos el ¨²ltimo mandato de Aznar no podemos dejar de alegrarnos por tener ante la mesa un posible fin del conflicto armado en el Pa¨ªs Vasco, una articulaci¨®n federalista en un pa¨ªs con pasi¨®n por el ruido de sables y un buen n¨²mero de leyes que ampl¨ªan libertades. Quienes nos escondimos debajo de la mesa para no azorarnos por las Azores contemplamos ahora con cierto desahogo, que nuestro presidente habla de alianza de civilizaciones, en lugar de guerra preventiva. No olvidamos el bochorno de un ministro de Interior repartiendo monedas al ser preguntado por las v¨ªctimas del Yak 42. No queda tan lejos un director de informativos del Ente P¨²blico llamando pancarteros a la oposici¨®n mientras se descontaba en algunos cientos de miles de manifestantes. As¨ª que no todos son iguales, a menos que decidamos todos ejercer de lo que no somos.
Pese a todo, el pa¨ªs se mueve. Quiz¨¢ ¨¦sa sea la mayor prueba del valor de las ideas. Por encima del ruido medi¨¢tico, de los ensalzamientos de la v¨ªscera nacional y de la t¨¢ctica de repetir mil veces mentiras para hacerlas corp¨®reas, hay un pa¨ªs que se mueve. As¨ª que hablemos de futuro. Siguiendo la din¨¢mica nacional de "yo lo har¨ªa mejor" que nos hace ser, desde el sof¨¢ de casa, entrenadores de f¨²tbol o m¨¦dicos forenses, nosotros hemos decidido hacer, por una vez, de analistas pol¨ªticos, as¨ª que nos vamos a permitir dar consejos a los partidos parlamentarios.
1. Nos gustar¨ªa que ICV trabajara sin complejos. No se detiene un pa¨ªs por negarse a convertir un espacio natural cerca de la zona perif¨¦rica del Parque Nacional de Aig¨¹es Tortes (valle de ?rreu) en un complejo deportivo de invierno. Conocemos el trabajo de Saura en el Estatuto, tenemos claro el papel del partido como mediador en el seno del tripartito (en el auton¨®mico y en el municipal) y lo valoramos. Pero no se queden en la sombra. Nos gusta que Imma Mayol se desmarque cuando lo considere justo; eso no es traici¨®n, sino coherencia.
2. Nos encantar¨ªa ver viajar m¨¢s a ERC. Viajar te da la dimensi¨®n de las cosas. Gobernar es dimensionar, hacer oposici¨®n es sobredimensionar los detalles. Lanzar proclamas resultonas puede ser atractivo para un voto joven, pero no da credibilidad si se proponen gobernar alg¨²n d¨ªa.
3. Nos gustar¨ªa comprobar c¨®mo visualiza el PSC los ¨¦xitos del tripartito, c¨®mo hace valer su posici¨®n de puente con el resto del partido estatal. Quisi¨¦ramos ver c¨®mo valora en lo debido la figura de Pasqual Maragall, sin el no estar¨ªan gobernando ni aqu¨ª, ni puede que en Madrid. El aparato del partido no es un fin, s¨®lo una herramienta, que ser¨ªa m¨¢s que eficaz usada para el bien del pa¨ªs.
4. Sabemos que es muy dif¨ªcil que CiU sepa hacer oposici¨®n, no lo han hecho nunca. Pero no vale todo para obtener el poder. La tradici¨®n del comercio catal¨¢n no significa vender pa¨ªs a cambio del partido. Ahora que ya han afianzado su candidato, esperamos propuestas de Mas y no s¨®lo ver que Catalu?a es moneda de cambio.
5. Dudamos que sirva de mucho tener deseos de cambio para el PP. As¨ª que ya, puestos a pedir, nos gustar¨ªa ver que el se?or Piqu¨¦, quiz¨¢ con Ruiz-Gallard¨®n, Rato o Herrero de Mi?¨®n, se apropia del Partido Popular y ejerce de pol¨ªtico de derecha pero con convicciones democr¨¢ticas.
6. Por ¨²ltimo, aconsejamos a Rodr¨ªguez Zapatero que afronte una importante misi¨®n, debe hacer un esfuerzo para educar a la derecha. Ll¨¦velos al cole, presidente, a ver si aprenden modales. Zaplana y Acebes en la primera fila, que no enreden.
As¨ª que, haciendo de guionistas cinematogr¨¢ficos, nos imaginamos subidos en ese tren de Zapatero y de Maragall y miramos por la ventanilla c¨®mo se mueve el pa¨ªs, sin perder detalle del paisaje, que para eso viajamos en transporte p¨²blico, para ir quiz¨¢ m¨¢s lentos, pero m¨¢s seguros.
son dise?adores.
Claret Serrahima y ?scar Guayabero
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