El ¨²ltimo arte portugu¨¦s se centra en universos personales
El C¨ªrculo de Bellas Artes expone la obra de siete artistas
El arte portugu¨¦s m¨¢s reciente no tiene una identidad nacional y sus artistas se alejan de tendencias a la moda para crear un universo personal. Es la opini¨®n de Miguel Wandschneider, comisario de la exposici¨®n Caminos, que ayer se inaugur¨® en el C¨ªrculo de Bellas Artes, de Madrid. La muestra incluye a siete artistas, con obras de la colecci¨®n de la Caixa Geral de Dep¨®sitos y Banco Sime¨®n de Portugal.
La sala Picasso, del C¨ªrculo de Bellas Artes (Alcal¨¢, 42, www.circulobellasartes.com), presenta hasta el 28 de mayo la obra de siete artistas portugueses, de distintas generaciones, con obras reci¨¦n adquiridas por la Caixa Geral de Dep¨®sitos, seleccionadas por Miguel Wandschneider, director art¨ªstico de Culturgest, el centro cultural de la entidad en Lisboa para el arte, la m¨²sica, el teatro y la danza. La colecci¨®n, de unas 400 obras, se centra desde 1983 en el arte portugu¨¦s contempor¨¢neo, aunque tiene artistas brasile?os y africanos de pa¨ªses de lengua portuguesa.
La exposici¨®n incluye una parte de las adquisiciones desde enero de 2005 y responde al inter¨¦s en Espa?a por el arte portugu¨¦s, que no tiene contrapartida en el pa¨ªs vecino, al desconocer el arte actual espa?ol, seg¨²n el comisario. El Culturgest expone una antol¨®gica de ?ngela de la Cruz, artista gallega residente en Londres.
La obra de Noronha da Costa (1942) se aleja de las tendencias dominantes en la presentaci¨®n de tres piezas en el comienzo del montaje, una impresi¨®n fotogr¨¢fica, un lienzo y un conjunto escult¨®rico. Luisa Cuhna (1949) trabaja con sonidos pero en la muestra realiza una instalaci¨®n con una l¨ªnea de letras sobre una habitaci¨®n, con elementos ir¨®nicos y de di¨¢logo con el espectador, seg¨²n el comisario. Francisco Tropa (1968) se relaciona con el mundo arcaico en sus vitrinas.
En otros espacios de la sala se han situado cuatro obras de Bruno Pacheco (1974), premio Uni¨®n Latina para j¨®venes, en un cruce entre pintura y escultura; Jorge Queiroz (1966), con un mosaico de dibujos sobre papel y un v¨ªdeo, y Ricardo Jacinto (1975), con una maqueta arquitect¨®nica para una performance, donde aparecen espejos para duplicar el espacio y el lugar de un percusionista, junto a una instalaci¨®n con una mesa de pimp¨®n. En otro ¨¢mbito se han colocado las propuestas de Ana Jotta (1946), con una serie de objetos "con todas las posibilidades formales y expresivas".
"Estos artistas est¨¢n en los ant¨ªpodas del t¨®pico de un arte portugu¨¦s, ya que carece de una identidad nacional para mostrar unos universos muy particulares", declara el comisario. "La exposici¨®n refleja unas propuestas y medios muy diferentes, pero en todas prima la experiencia y el contacto con el espectador".
La cultura portuguesa ha ocupado el C¨ªrculo los ¨²ltimos meses, con exposiciones de artistas emergentes, como Jo?o Tabarra, Rui Cal?ada Bastos y Miguel Palma, que en la sala Minerva presenta hasta el 28 de mayo fotos y v¨ªdeo sobre un viaje art¨ªstico.
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