T¨ªmidos

El runr¨²n en el planeta indie sugiere que muchas de sus figuras se est¨¢n pasando, sin complejos, a multinacionales. As¨ª, Lori Meyers es el gran fichaje de La Incubadora, nuevo sello cool de Universal. Comprensible: por alguna secreta qu¨ªmica, el quinteto de Loja atrae un alto porcentaje de p¨²blico femenino, algo que siempre alborota los sensores de la industria. El disco en cuesti¨®n es Hostal Pimodan, ahora relanzado con un CD extra de temas nuevos, versiones y desenchufados. Y la tendencia a especular con Lori Meyers y los par¨¢metros hist¨®ricos parece irresistible: uno ve all¨ª un proyecto que habr¨ªa sido firmado por Hispavox en 1968, si a los conjuntos de aquella ¨¦poca se les hubiera permitido asimilar el meloso psyche-pop brit¨¢nico.

Como es habitual en la cantera granadina, Lori Meyers exhibe cierto barniz cultural. M¨¢s unas voces que la perezosa memoria conecta con ilustres predecesores, tipo Los ?ngeles. Poseen canciones sublimes (El aprendiz) y un gusto por cerrar con freak-outs guitarreros (El gallo ventr¨ªlocuo).

Sin embargo, en Morocco, quiz¨¢ por estrenarse como artistas de multi, estuvieron apocados y escasamente comunicativos. Urge convencerles de que pueden -y deben- jugar en Primera Divisi¨®n.