Una rabieta fat¨ªdica
La resonante acogida el a?o pasado de Suite francesa -rescatada de los legajos familiares casi sesenta a?os despu¨¦s-, de la escritora rusa en lengua francesa Ir¨¨ne N¨¦mirovsky (Kiev, 1903-Auschwitz, 1942), sin duda ha alentado a Salamandra a recuperar, en nueva traducci¨®n, la obra m¨¢s irrefutable de su excelente arte literario. De El baile, en efecto, cabe adelantar que, en su brevedad, es un prodigio de exactitud, una maquinaria narrativa que funciona con implacable determinaci¨®n. Y no porque se conciten fatalmente las l¨ªneas de fuerza en el efecto final, sino debido a que el argumento incorpora, desde su arranque, una irritaci¨®n tan desasosegante entre madre e hija que no sorprende que esa pugna propicie la emergencia de una atolondrada, pero muy destructiva, crueldad infantil.
EL BAILE
Ir¨¨ne N¨¦mirovsky
Traducci¨®n de Gema
Moral Bartolom¨¦
Salamandra. Barcelona, 2006
96 p¨¢ginas. 9 euros
La hija, de catorce a?os -ya
no una ni?a, pero tampoco una mujer-, ha visto, sin comprender la causa, que sus padres han prosperado, han pasado de la pobreza a la opulencia de la noche a la ma?ana, y ella pertenece ahora a una familia encumbrada por el dinero -gracias a un golpe muy favorable en la Bolsa-. Que esta situaci¨®n privilegiada le acarree s¨®lo deberes y sumisiones -una vida "estricta, humillada, las lecciones, la dura disciplina, la madre que grita"-, pero no el acceso a sus fascinaciones y frivolidades, supone para ella sufrir una relegaci¨®n insoportable. Y cuando los padres organizan un gran baile, dej¨¢ndola fuera de esa ceremonia de iniciaci¨®n en las altas esferas, la hija hallar¨¢ el modo de vengarse, provocando en la casa una bochornosa humillaci¨®n.
No es cuesti¨®n de descubrir aqu¨ª, en detalle, en qu¨¦ consiste esa venganza y sus consecuencias, aunque tampoco deber¨ªa importar, ya que esta nouvelle no se sostiene por escamoteo de informaci¨®n, sino m¨¢s bien por la puntualidad de cada uno de sus resortes. Y en este punto El baile se revela, antes que nada, como una soberbia, y despiadada, indagaci¨®n psicol¨®gica sobre el dolor del rechazo y la necesidad de autoafirmaci¨®n infantil, en su confrontaci¨®n con la autoridad materna. Pero tambi¨¦n es un fiel retrato, igualmente inmisericorde, de trazos inequ¨ªvocos, de la estupidez humana, encarnada en una familia bruscamente adinerada, y con atropellados sue?os de ser reconocida, cuanto antes, por lo m¨¢s encopetado de la sociedad francesa.
El baile es uno de esos rela-
tos cuyo di¨¢fano mecanismo apenas tolera otra intromisi¨®n que deleitarse en su eficacia. N¨¦mirovsky lo escribi¨® de corrido, en una especie de trance, y es m¨¢s que probable que la guiara el prop¨®sito de saldar cuentas con su propia infancia, que fue infeliz y solitaria. Lo cierto es que aquella amarga soledad infantil result¨® finalmente muy provechosa para la literatura.
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