La infancia a empellones
Una nota previa al texto, en la que se nos informa que el bromista al que se refiere el t¨ªtulo del libro se ha suicidado, es el p¨®rtico al conjunto de anotaciones que leeremos a continuaci¨®n, pues se trata de un diario del que se nos advierte que contiene "los momentos extra?os que el bromista anot¨®, y es en el g¨¦nero del diario caricaturesco y panfletario donde habr¨ªa que encuadrar el testamento de este amable suicida".
Jules Vall¨¨s (1832-1885). Revolucionario, agitador, publicista, communard, autor de El ni?o, t¨ªtulo perteneciente a una trilog¨ªa de corte autobiogr¨¢fico por la que pasar¨¢ a la Historia de la Literatura francesa y fundador del legendario peri¨®dico Le Cri du Peuple, fue el ejemplo por excelencia del escritor comprometido. Como cabe esperar en un hombre de acci¨®n como ¨¦l, que lleg¨® a estar condenado a muerte por ser una de las principales figuras de La Comuna de Par¨ªs, sus escritos son ¨¢giles, directos, incisivos, son textos de combate. Esto hace suponer que su literatura ha de estar igualmente impregnada por esa impulsiva necesidad de acci¨®n, tanto m¨¢s cuanto que al pertenecer a la especie de escritor que procede a transformar en escritura su vivencia personal y a otorgarle un alcance social, no se detiene a fabular historias ni a imaginar fantas¨ªas, sino que opera como quien da fe de un hecho. Pero a la Historia de la Literatura no se pasa por tener una vida agitada o ser un aventurero sino por saber escribir.
EL TESTAMENTO DE UN BROMISTA
Jules Vall¨¨s.
Traducci¨®n de Luis Eduardo Rivera L¨®pez
Perif¨¦rica. C¨¢ceres, 2006
112 p¨¢ginas. 9,60 euros
El testamento de un bromista
es un texto ejemplar al respecto. Est¨¢ formado por anotaciones en forma de diario, pero no se corresponden con un diario, ni siquiera est¨¢n fechadas, simplemente se suceden unas a otras. El conjunto traza una historia de infancia y adolescencia cerca de cuyo t¨¦rmino el redactor anota: "Todos estos recuerdos de ni?o empe?an mi vida de adulto. Ser¨¦ un revolucionario". La historia es cruel pues nos cuenta una educaci¨®n donde lo que no son ¨®rdenes son golpes y donde nada se somete a discusi¨®n; el ego¨ªsmo de los adultos libra batalla con el del ni?o para desventura de este ¨²ltimo y la pobreza no ayuda a mejorar las cosas. El ni?o camina a empellones por la vida y ha de atenerse a la f¨®rmula de que la letra con sangre entra. Evidentemente, se trata de un ensayo de lo que ser¨¢ su obra maestra, El ni?o, pero le¨ªda hoy presenta dos caracter¨ªsticas que la hacen altamente recomendable. La primera es la mezcla de crueldad y ternura que genera una historia que es, ante todo, violenta. En este aspecto no deja de parecerse al libro tambi¨¦n autobiogr¨¢fico de Jules Renard, Pelo de zanahoria. Son libros duros sobre la infancia en tiempos duros para la infancia y el secreto posiblemente est¨¦ en que se trata de relatos de personalidades que viviendo y soportando la violencia y la agresi¨®n desde la familia misma poseen la sensibilidad que los convertir¨¢ en artistas; y es esta mezcla de sensibilidad y dureza la que consigue una l¨ªrica muy especial que emana de la misma crudeza de la situaci¨®n.
La segunda caracter¨ªstica es
la modernidad de la escritura y de la concepci¨®n misma del relato. Es cierto que la forma de diario le da una agilidad y una gracia expresiva muy particulares, pero conocemos diarios que con ser interesantes no dejan de ser tambi¨¦n barrocos, insistentes o minuciosos, sobrecargan la lectura y sufren con el paso del tiempo. Por el contrario, la frescura del relato de Vall¨¨s se mantiene inc¨®lume. Se debe a una escritura muy llana y eficiente a la hora de anotar los sucesos cotidianos, siempre bien elegidos como conviene al valor significante de la escritura que sabe contar y se debe, adem¨¢s, precisamente por ser significantes, al valor universal de esos mismos sucesos. Momentos como el del paso a la escuela de verano donde descubre la felicidad de estar sin padres o el relato de la envidia que siente por el hogar del se?or Grelu, el cornudo, cuyos hijos son felices, recogen ese valor sustancial de manera admirable. El ritmo de la escritura es vivo, la estructura en anotaciones contribuye decisivamente a la frescura del relato, hay un uso de la elipsis que, en casos como el de la anotaci¨®n titulada 'Adi¨®s' puede calificarse de soberbia, mod¨¦lica; en fin, salvando la distancia de que en nuestro Occidente la educaci¨®n de los ni?os ha cambiado de manera considerable (en t¨¦rminos generales, se entiende, porque hoy en d¨ªa hay formas de maltrato verdaderamente espeluznantes), cualquiera puede leer este libro como perfectamente actual. Y es que hay textos que entran de tal modo en lo esencial de la vida humana que son imperecederos. Este bromista, sin embargo, se suicida, seg¨²n se nos dice al principio, de manera que podemos considerar el diario su testamento. Si lo es, su ¨²ltima voluntad es tan ind¨®mita como su vida: nos deja una lecci¨®n de dignidad y lucha, no de desesperanza. Un verdadero bromista.
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