El primer ministro holand¨¦s, un hombre aburrido
El jefe del Gobierno de los Pa¨ªses Bajos no cree que sea un rasgo negativo
Jan Peter Balkenende, primer ministro democristiano holand¨¦s, ha llevado al l¨ªmite la capacidad de autocr¨ªtica. En un alarde de sinceridad, ha admitido ser "un tipo aburrido". Tal vez para contrarrestar el gol metido en porter¨ªa propia de dicha declaraci¨®n, ha a?adido que ello no tiene por qu¨¦ ser un rasgo negativo.
De 49 a?os y aspecto ani?ado, su supuesto parecido con el mago de ficci¨®n por excelencia, Harry Potter, sol¨ªa valerle una sonrisa de complicidad al principio de su andadura gubernamental. Cuatro a?os despu¨¦s, sus compatriotas le tienen tomada la medida. Seg¨²n las encuestas m¨¢s recientes, siete de cada diez ciudadanos le considera aburrido, precisamente. Al menos seis de cada diez se irrita con su manera de ser, pero cuatro de cada decena conf¨ªa en ¨¦l.
El problema de Balkenende, admitido por su entorno, es su falta de gancho en p¨²blico. "Un poco de chispa no molesta a nadie, aunque no soy la persona adecuada para andar haciendo campa?a por las discotecas", ha dicho, en un intento de acercarse al electorado. En su favor juega una brillante carrera acad¨¦mica, con estudios en Derecho y Econom¨ªa y una c¨¢tedra en Filosof¨ªa Cristiana. Devoto calvinista, la rama m¨¢s estricta del protestantismo holand¨¦s, lleg¨® al poder cuando sus colegas mejor situados, Jaap de Hoop Scheffer, actual secretario general de la OTAN, y Marnix van Rij, antiguo presidente democristiano holand¨¦s, se destruyeron mutuamente en su af¨¢n por convertirse en candidatos a primer ministro.
Aupado al poder por las circunstancias, y con un l¨ªder socialdem¨®crata en la oposici¨®n, Wouter Bos, algo m¨¢s joven y esta vez s¨ª, teleg¨¦nico, Balkenende aborda su futuro de otro modo. Si no puede ganarse al votante con un mensaje envuelto en sonrisas, al menos intentar¨¢ convencerle de la solidez de su austeridad gestual.
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