Pobre y viejo Belceb¨²
Este viejecito, encorvado y miope, que acude a misa cada ma?ana y podr¨ªa mantener una conversaci¨®n en lat¨ªn con el Santo Padre, tiene decididamente mala suerte. Aunque nadie se acerca ni por asomo al g¨¢libo tremendo de su biograf¨ªa, quienes m¨¢s se le parecen se dedican a impartir conferencias y a escribir art¨ªculos, con frecuencia recriminatorios, sobre el p¨¦simo curso de las cosas y el mal Gobierno que las gu¨ªa. Ah¨ª est¨¢, ahora mismo, esta carta tan acertada de un grupo de ministros de Exteriores europeos y americanos ya jubilados al presidente Bush conmin¨¢ndole a que emprenda conversaciones directas con Ir¨¢n, en vez de amedrentar al mundo con el ataque nuclear. A nuestro ancianito, en cambio, a ese senador vitalicio de 87 a?os que es el ex m¨¢s ex de la historia pol¨ªtica de Europa (siete veces primer ministro, ocho ministro de Defensa, cinco de Exteriores, dos de Finanzas, y una vez en el Presupuesto, en Industria, en el Tesoro y en Interior), le suceden cosas tan extra?as como que a su edad Silvio Berlusconi le convenza para que se presente como candidato a la presidencia del Senado italiano por la Casa de la Libertad, bajo la bandera del falso e hip¨®crita consenso que suscitan su ancianidad y su experiencia, y el real prop¨®sito de sembrar la ciza?a en La Uni¨®n y revolcar a Romano Prodi por primera vez desde que se conoci¨® su victoria por un suspiro.
Con el voto de ma?ana en el Senado, donde empezar¨¢ la elecci¨®n de su presidente, Berlusconi juega su primera manga. Si en la C¨¢mara no tiene margen para maniobrar, en el Senado lo tiene todo. S¨®lo hay dos votos de diferencia. Hay que contar con los seis senadores vitalicios, que no tienen disciplina de partido, y que la propia disciplina partidaria es de f¨¢cil y sigilosa ruptura: el voto es secreto. La idea maligna de presentar a Giulio Andreotti como candidato, acogi¨¦ndose a su transversalidad, busca hacer realidad el objetivo berlusconiano: "El resultado de las elecciones debe cambiar". Es tambi¨¦n la primera prueba seria para Prodi: el ¨²nico resultado v¨¢lido es la elecci¨®n del candidato del centro- izquierda, Franco Marini, a ser posible en primera votaci¨®n. Todo el resto es malo, y lo peor de todo que salga Andreotti, porque escenificar¨ªa que no hay una mayor¨ªa clara para formar Gobierno. El presidente de la Rep¨²blica, Carlo Azeglio Ciampi, no estar¨ªa en disposici¨®n de llamar a Prodi para formar Gobierno, sino que se ver¨ªa obligado a esperar a la elecci¨®n de su sucesor, incluso en el caso de que sea ¨¦l mismo, para que sea ¨¦ste quien se ocupe del nuevo Ejecutivo. Berlusconi tendr¨ªa m¨¢s margen de tiempo y la oportunidad de una segunda manga, con su correspondiente mangoneo, en la propia elecci¨®n presidencial prevista para mitad de mayo.
Hay que reconocer que el personaje es ameno y agradecido, sobre todo en pa¨ªses donde se tiene en gran estima la longevidad y el cinismo pol¨ªticos. A su verbo conceptista se deben el reproche de manca finezza referida a los pol¨ªticos espa?oles. As¨ª como uno de los m¨¢s citados aforismos del siglo: "El poder desgasta a quien no lo tiene". O ese otro par entre mil: "Aparte de las guerras p¨²nicas, que me pillaron demasiado joven, me han hecho culpable de todo"; y "es pecado pensar mal de los otros, pero con frecuencia se acierta". Junto a las brillantes palabras est¨¢n los hechos inquietantes, esos hechos que le identifican con la corrupci¨®n pol¨ªtica, los esc¨¢ndalos como el caso de la logia P-2 y el r¨¦gimen de la llamada Tangent¨®polis (o pa¨ªs de las comisiones ilegales). En 2004 un tribunal confirm¨® en casaci¨®n, despu¨¦s de su absoluci¨®n por un tribunal inferior, que era reo de relaciones con la Mafia, y s¨®lo por una cuesti¨®n de prescripci¨®n no hubo condena. (La prescripci¨®n, junto a otros trucos, ha salvado tambi¨¦n a Berlusconi de 12 procesos).
La eventual elecci¨®n de Andreotti ma?ana ser¨ªa una severa derrota t¨¢ctica para Prodi, pero podr¨ªa tener unas consecuencias mucho m¨¢s tr¨¢gicas, que ha se?alado el periodista Francesco Merlo en La Repubblica: "Parece absurda, y por eso es inquietante, la posibilidad de que Andreotti como presidente del Senado dure m¨¢s que el actual presidente del Consejo, m¨¢s que su sucesor y, con la presidencia de la Rep¨²blica vacante, sea la momia que vuelva a gobernar a los vivientes, como en una pel¨ªcula de horror". El gran Indro Montanelli dej¨® dicho de Andreotti esta sentencia, al pelo para cerrar el art¨ªculo: "Se extiende cada vez m¨¢s en nuestros peri¨®dicos la mala costumbre de dar a Andreotti el nombre de Belceb¨². Abandon¨¦mosla. Belceb¨² podr¨ªa querellarse".
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