Ocasi¨®n de oro espa?ola
El Tau y el Bar?a buscan el trono europeo frente al potent¨ªsimo Maccabi y los 'ca?oneros' estadounidenses del CSKA de Mosc¨²
El flamante pabell¨®n Sazka Arena, de Praga, reci¨¦n estrenado y digno de la NBA, es el lugar donde el baloncesto espa?ol se va a jugar una oportunidad ¨²nica en su historia: copar la final de la Euroliga. Lo hac¨ªa imposible el reglamento, que hasta hace unos pocos a?os obligaba a enfrentarse en las semifinales a los equipos de la misma nacionalidad que llegaran a la Final a Cuatro. Esta vez, el Tau y el Bar?a est¨¢n en disposici¨®n de lograr la gesta. No ser¨¢ algo sencillo. Todo lo contrario. El Maccabi de Tel Aviv y el CSKA de Mosc¨², sus rivales respectivos, van a exigirles que alcancen sus l¨ªmites m¨¢ximos si desean discutirse el t¨ªtulo entre ellos.
El nivel de calidad del basket europeo aumenta a ojos vista, pero, al tiempo, sus grandes figuras emigran a la NBA. Tres jugadores que disputaron la final de la Euroliga del a?o pasado prestan ahora sus servicios en la Liga norteamericana, la mejor del mundo: Calder¨®n (Toronto), Macijauskas (Nueva Orleans) y Jasikevicius (Indiana), adem¨¢s de Monya (Sacramento), semifinalista con el CSKA. Pero los equipos del Viejo Continente demuestran una asombrosa capacidad de regeneraci¨®n.
Ivanovic: "Si jugamos los 40 minutos con tensi¨®n y concentraci¨®n, tendremos posibilidades"
Perasovic: "Ahora nadie tiene superestrellas. O tal vez no las veamos debido a la enorme igualdad"
En ¨¦sas est¨¢n el Tau y el Bar?a, dos conjuntos con tantas similitudes que el mismo entrenador que llev¨® al primero a la pasada final ha clasificado al segundo para la actual en su estreno en su banquillo. Se nota la mano de Dusko Ivanovic, su exigencia, su forma de entender el juego como una sucesi¨®n de acciones ag¨®nicas, su tendencia a actuar con p¨ªvots capaces de correr a base de bien o su capacidad para neutralizar las virtudes de los cuadros que se ponen enfrente.
El t¨®pico de la igualdad en este tipo de citas se sustenta sobre argumentos convincentes. Pini Gershon, el entrenador del Maccabi, recuerda que el Unicaja y el Panathinaikos llegaron a sumar doce victorias por dos derrotas antes de ser eliminados. Su colega del Tau, Velimir Perasovic, resume: "Ahora mismo, nadie tiene superestrellas. O tal vez no las veamos debido a la enorme igualdad existente en las Ligas y entre los equipos. Cuatro clubes estamos en Praga, pero al menos ocho podr¨ªan haber estado. Actualmente, hay una base de jugadores con talento m¨¢s grande que nunca. Antes, una sola estrella era capaz de llevar a un equipo tan lejos. Ahora eso es pr¨¢cticamente imposible".
Tres conjuntos repiten presencia en la fase final por segundo a?o. El Maccabi, que busca su tercer t¨ªtulo consecutivo e igualar la marca del Jugoplastica de Split, que marc¨® una ¨¦poca a principios de los noventa, se las vuelve a ver con el Tau, al que derrot¨® en la ¨²ltima final. Ha perdido a Jasikevicius, relevado por un base menos ofensivo y fantasioso, pero m¨¢s atl¨¦tico y mejor defensor como Will Solomon. Gershon admite: "S¨¦ que nuestro ataque no es el mismo que antes, pero a¨²n somos los primeros en Europa. Creo que nuestra menor anotaci¨®n se debe simplemente a tener menos posesiones". Respecto al Tau, advierte: "Es un equipo con mucha calidad y que, clasific¨¢ndose en la pista del Panathinaikos, ha demostrado hasta qu¨¦ punto es capaz de hacer frente a la presi¨®n m¨¢s intensa".
En la otra semifinal, el Bar?a se enfrenta al CSKA, el ¨²nico semifinalista que fue capaz de pasar sin derrota los cuartos de final, ante el Efes de Estambul. El cuadro ruso, dominador europeo en los sesenta, no ha logrado repetir t¨ªtulo en las finales a cuatro a pesar de haber estado ya cuatro veces en ellas. Lo dirige el italiano Ettore Messina, que observa una diferencia fundamental entre su grupo y el Bar?a: "Nosotros no tenemos una plantilla tan profunda como ellos. Est¨¢ claro quien juega en nuestro bando, pero en el otro puede haber sorpresas. He visto a Thornton jugar seis minutos un d¨ªa y treinta y tantos otro".
Para Ivanovic, ser¨¢ decisiva la defensa para contrarrestar la ventaja f¨ªsica del CSKA. "Si logramos adaptarnos a su juego, con algunos jugadores muy polivalentes, y si somos capaces de jugar los 40 minutos con tensi¨®n y concentraci¨®n, tendremos posibilidades", dice el t¨¦cnico del Bar?a.
El CSKA perdi¨® hace varias semanas el concurso de uno de sus p¨ªvots titulares, el dan¨¦s David Andersen. Pero cuenta con una serie de jugadores de primera fila, desde el base Holden, nacionalizado ruso tras su paso por el baloncesto belga, y los ca?oneros estadounidenses Langdon y Vanterpool hasta el ala-p¨ªvot esloveno Smodis y el p¨ªvot ruso Savrasenko, adem¨¢s de un jugador excepcional y capaz de dirigir, anotar y rebotear: el griego Papaloukas.
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