Cunqueiro, el extempor¨¢neo prodigioso
El nombre de ?lvaro Cunqueiro ha pasado ya a la Historia de la Literatura con may¨²sculas, aunque no a la de la actualidad, que sigue consumiendo productos incomestibles, en medio de un mercado que devora insaciable toda la banalidad editorial que nos pone al alcance de la boca. Lo de Cunqueiro sin embargo clama al cielo, ya que se trata de uno de los artistas m¨¢s imperecederos -y divertidos- que podemos leer en toda nuestra vida, y esta edici¨®n de su Obra literaria completa en castellano -tal es su subt¨ªtulo- que lanza la Biblioteca Castro, por imperfecta que sea (que lo es), viene sin embargo a poner de relieve su actualidad, en medio de la inactualidad que como una espesa bruma rodea su nombre. Parece que su mundo es el de un extraterrestre, que est¨¢ fuera del nuestro propio, el de un extempor¨¢neo fant¨¢stico, un extraviado repleto de prodigios pero descubridor de fantas¨ªas y de humores dentro siempre de nuestro propio mundo que as¨ª se nos revela tan triste y miserable como repleto de un humor y de una poes¨ªa inconfundibles.
OBRAS LITERARIAS, I y II
?lvaro Cunqueiro
Biblioteca Castro. Madrid, 2006
848 y 1.042 p¨¢ginas
48 euros cada uno
Una primera raz¨®n que dificulta conocer el lugar de Cunqueiro en la literatura es la de su absoluto biling¨¹ismo, aunque lo sea en el contexto de las letras gallegas, que siempre han sido biling¨¹es en castellano y gallego, desde los cancioneros medievales hasta Rosal¨ªa de Castro o Manuel Rivas (aunque ello deje fuera de los diccionarios gallegos a nombres tan inmortales como Valle-Incl¨¢n o Torrente Ballester, qu¨¦ derroche). Cunqueiro, nacido en 1901 en Mondo?edo, empez¨® a escribir poes¨ªa neopopularista en gallego en los a?os treinta -Mar do Norde (1932), Cantiga nova que se chama ribeira (1933) y Poema de si e non (1933)- y cortos textos en castellano -San Gonzalo, Historia del caballero Rafael, Balada de las damas del tiempo pasado-, luego recogidos en Flores del a?o mil y pico de ave (1968). Fue brevemente profesor, en principio galleguista y anarcoide antes de la guerra, tras la que se acerc¨® brevemente al bando vencedor, que le permiti¨® colaborar en Abc y El Faro de Vigo, lo que encarril¨® su vida como periodista, llegando a ser director de este ¨²ltimo diario hasta su jubilaci¨®n. Sus a?os finales fueron los de su consagraci¨®n definitiva, pues lleg¨® a ser miembro de la Academia Gallega y a obtener alg¨²n premio regional importante, antes de fallecer de diabetes en Vigo en 1981.
Sus contactos con gente de
sus gustos y formaci¨®n, como el catal¨¢n Juan Perucho o el navarro ?ngel Mar¨ªa Pascual y el grupo de Jerarqu¨ªa le encaminaron hacia un tipo de literatura "antirrealista" y hasta "imperialista" dentro de un periodismo siempre culto, aunque te?ido de humor y fantas¨ªa. Y as¨ª, reuniendo las m¨¢s de las veces textos cortos y largos, fue publicando en castellano y en gallego -y autotraduci¨¦ndose del uno al otro- una serie de libros, que alcanzaron cierto ¨¦xito, dada la ir¨®nica maestr¨ªa de su prosa, su cultura y su fantas¨ªa muchas veces desbocada, hasta el punto de mezclar verdades y mentiras, realidades reales e inventadas, que fueron su marca de f¨¢brica hasta el final. Y as¨ª llegaron Merl¨ªn y familia (primero en gallego E outras historias, 1955), de ra¨ªces art¨²ricas; Las cr¨®nicas del sochantre (1958, del costumbrismo legendario galaico), Las mocedades de Ulises (1962, del mundo cl¨¢sico griego) y Cuando el viejo Simbad vuelva a las islas (del mismo a?o, sobre los mitos ¨¢rabes de Las mil y una noches), hasta que obtuvo el Premio Nadal en 1968 -fue su mayor ¨¦xito- volviendo al mundo griego cl¨¢sico con Un hombre que se parec¨ªa a Orestes. Todos estos libros est¨¢n compuestos de breves escenas yuxtapuestas, muchas veces situaciones dram¨¢ticas o dialogadas, completadas al final con un complemento de dramatis personae, donde estallan su humor, su poes¨ªa y su fantas¨ªa mezclada de verdades y mentiras, de principio a fin. Esta misma t¨¦cnica le sirvi¨® para llegar a sus dos ¨²ltimas novelas, Vida y fugas de Fanto Fantini della Gherardesca (1972, inspirada en motivos del Renacimiento italiano) y El a?o del cometa con la batalla de los cuatro reyes (1974, de aliento apocal¨ªptico). Con esto se cierra su obra literaria, dejando aparte su poes¨ªa y una breve pieza teatral tambi¨¦n en castellano, aunque luego reunir¨ªa sus textos publicados en la prensa, El env¨¦s, naturalmente tambi¨¦n en castellano, o como en Tertulia de boticas prodigiosas y escuela de curanderos. Gran gastr¨®nomo, le recuerdo en alguna comida en los a?os setenta, frente al desaparecido Informaciones, en compa?¨ªa del presidente del diario, V¨ªctor de la Serna, que invitaba, que eran un estallido de humor, gastronom¨ªa, comida y bebida a chorros y fabulosas invenciones de La cocina cristiana de Occidente, Viaje por los hogares y las chimeneas de Galicia (en colaboraci¨®n con Jos¨¦ Mar¨ªa Castroviejo) que se encadenaban sin parar.
Su fuente inicial fueron los
romanceros galaicoportugueses y los mitos c¨¦lticos -lord Dunsany- y su cercan¨ªa con Borges, Pascual y Perucho le convirtieron en un precursor del "realismo fant¨¢stico". Quien mejor lo vio fue pronto Ram¨®n Buckley, quien escribi¨® sobre los cultivadores de la novela fant¨¢stica que surg¨ªan en las literaturas perif¨¦ricas espa?olas, sobre todo en la catalana y la gallega. Pero sus grandes figuras, Cunqueiro entre ellas, escapaban -y escapan- a cualquier intento de clasificaci¨®n, y as¨ª hemos llegado hasta hoy. Su inventividad, su cultura y su permanente creatividad hacen muy dif¨ªcil deslindar los g¨¦neros en ¨¦l, creador de un g¨¦nero total, que s¨®lo distingue el verso de la prosa, o los di¨¢logos dram¨¢ticos (en gallego El incierto se?or Don Hamlet) que a veces llegaba a situar en sus novelas, y ni siquiera podemos adscribir cada obra a cada una de sus dos lenguas, en cuyo dominio brillaba como nadie. Ya he avanzado lo imperfecto de esta edici¨®n, que carece de direcci¨®n -aunque se cite a Xos¨¦ Mar¨ªa Dobarro Paz como "fijador de textos", pero que no es el redactor del breve pr¨®logo de tres p¨¢ginas que firma La Editorial, al que sucede una escueta bibliograf¨ªa de 13 t¨ªtulos, sin ninguna cronolog¨ªa adem¨¢s. En verdad, podemos creer que se trata de una obra literaria en castellano quiz¨¢ completa, aunque bajo juramento, pero no es seguro, pues las referencias no lo son y es una l¨¢stima, de verdad. Menos mal que Galaxia edit¨® antes en tres tomos su Obra gallega completa, y as¨ª bastar¨¢ con restar para que todo quede claro de una vez.
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