Un esc¨¢ndalo de espionaje hace tambalearse a la c¨²pula pol¨ªtica francesa
Chirac y Villepin niegan estar detr¨¢s de un montaje para acabar con la carrera de Sarkozy
La c¨²pula del Estado franc¨¦s se tambaleaba ayer. El diario Le Monde public¨® la declaraci¨®n judicial de un general de los servicios de espionaje en la que asegura que en 2004 el hoy primer ministro Dominique de Villepin -entonces titular de Exteriores-, siguiendo ¨®rdenes del presidente, Jacques Chirac, le dio instrucciones para involucrar al actual ministro del Interior y principal rival pol¨ªtico de ambos, Nicolas Sarkozy, en el caso Clearstream, un listado de supuestas cuentas secretas en Luxemburgo destinadas a recibir sobornos. Villepin y Chirac lo niegan todo.
Los jueces ordenaron un registro en el despacho de la ministra de Defensa
Villepin dijo tener "instrucciones" en su reuni¨®n con el general Rondot
Sarkozy, que se encontraba ayer de viaje oficial en C¨®rcega, mantuvo silencio. Preguntado sobre las revelaciones de Le Monde, respondi¨® con una sonrisa p¨ªcara cruz¨¢ndose los dedos en forma de cruz sobre sus labios. Para nadie es un secreto que el hombre que preside el partido gubernamental -la Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP)- estaba entonces y ahora en el punto de mira de Chirac, que nunca le perdon¨® la traici¨®n de haberse pasado al campo del ex primer ministro Eduard Balladur en las elecciones de 1995.
El asunto, que amenaza con terminar de hundir a Villepin y salpicar al inquilino del palacio del El¨ªseo, tiene su origen a mediados de 2003, cuando se extiende el rumor de posibles comisiones ilegales de una venta de fragatas de la empresa Thompson a Taiwan. El juez Renaud Van Ruymbeke, que investigaba el caso, recibi¨® antes del verano de 2004 dos correos an¨®nimos denunciando la existencia de Clearstream, "un sistema financiero e inform¨¢tico" en provecho de "intereses corruptos e incluso mafiosos".
Uno de los an¨®nimos adjunta un listado de cuentas corrientes de la sociedad luxemburguesa. Dos de ellas, a nombre de Stephane Bocsa y Paul de Nagy. El nombre completo del ministro del Interior es Nicolas Paul St¨¦phane Sarkozy de Nagy Bocsa. Figuran tambi¨¦n tres ex ministros: Jean Pierre Chevenement, Alain Madelin y Dominique Strauss-Khan, junto a banqueros y empresarios. El juez descubri¨® en enseguida que la lista era falsa, al menos en lo que a los pol¨ªticos citados se refer¨ªa.
Pero la cuesti¨®n es que la famosa lista estaba en manos de Villepin desde finales de 2003. El primer ministro admiti¨® ayer en declaraciones a Le Figaro que "antes de 2004", cuando ocupaba la cartera de Exteriores, y tambi¨¦n "en la primavera de 2004", ya como ministro del Interior, hab¨ªa ordenado a los servicios secretos que investigaran los "rumores" sobre el caso. Eso s¨ª, Villepin jura que nunca hizo referencia a su rival Sarkozy.
Pese a ser exonerado de toda sospecha, el actual ministro de Interior -y los dem¨¢s pol¨ªticos afectados- decidieron acudir a los tribunales. El caso cay¨® en manos de dos jueces obstinados: Jean Marie d'Huy y Henri Pons. Nada emergi¨® a lo largo de 2005 hasta que en Semana Santa, por sorpresa, los magistrados ordenaron un registro en el despacho de la ministra de Defensa, la muy chiraquista Mich¨¨le Alliot-Marie, buscando informaci¨®n.
No es de extra?ar, porque seg¨²n revel¨® ayer Le Monde, el general Philippe Rondot, un veterano de los servicios secretos, principal responsable de la captura del famoso terrorista Carlos y ex consejero en asuntos de espionaje en el Ministerio de Defensa, explic¨® el 28 de marzo a los jueces que a finales de 2003 recibi¨® el encargo de hacer verificaciones sobre el caso Clearstream, pero no sobre los pol¨ªticos supuestamente implicados.
El 9 de enero de 2004, Rondot fue recibido en Quai d'Orsay por el entonces ministro de Exteriores (Villepin), quien invocando "instrucciones", le encarg¨® centrar la investigaci¨®n en los pol¨ªticos incluidos en la lista y especialmente en Sarkozy. La nota manuscrita del general sobre la reuni¨®n, seg¨²n el vespertino parisiense, dice: "Asunto pol¨ªtico: N. Sarkozy. Fijaci¨®n sobre N. Sarkozy (ref. Conflicto J. Chirac / N. Sarkozy)".
Seg¨²n explic¨® el general a los jueces, el nombre de Sarkozy "fue mencionado" en la reuni¨®n y el empresario Jean Louis Gergorin, hoy vicepresidente del conglomerado armament¨ªstico EADS y amigo personal de Villepin, sac¨® de su chaqueta unos listados de cuentas que inclu¨ªan varios nombres, entre ellos dos seud¨®nimos que conduc¨ªan a la identidad de Sarkozy. Las sospechas sobre la autor¨ªa de las listas se dirigen hacia Imad Lahoud, experto inform¨¢tico de turbio pasado (estuvo encarcelado por fraude), emparentado con el presidente liban¨¦s, y que trabaja en EADS junto a Gergorin. Lahoud lo neg¨® todo ayer.
Villepin, que ayer por la ma?ana cre¨ªa haber cerrado la crisis con su declaraci¨®n a Le Figaro, y cre¨ªa contar con la aquiescencia de Sarkozy, que el jueves por la noche pareci¨® darse por satisfecho en una entrevista por televisi¨®n, sali¨® ayer por cuarta vez a la palestra para desmentirlo todo. "Jam¨¢s" orden¨® investigar las supuestas cuentas secretas de su rival, tan solo pidi¨® a Rondot que verificase los "rumores sobre la existencia de redes mafiosas internacionales e intermediarios" en la cuesti¨®n de las fragatas.
Chirac no tard¨® en seguirle. Un comunicado del palacio del El¨ªseo desment¨ªa "categ¨®ricamente" haber encargado investigar a pol¨ªticos. "En lo que se refiere al asunto Clearstream, el presidente de la Rep¨²blica desmiente categ¨®ricamente haber pedido la m¨¢s m¨ªnima investigaci¨®n sobre personalidades pol¨ªticas cuyo nombre ha podido ser mencionado", dec¨ªa la nota. El presidente, a?ad¨ªa, "siempre ha actuado en favor de la moralizaci¨®n de los mercados internacionales y por la lucha contra las redes mafiosas".
Sin embargo, el esc¨¢ndalo no para de crecer conforme se van conociendo nuevos datos. El semanario L'Express aseguraba que Alliot-Marie ocult¨® los informes que demostraban la inocencia de Sarkozy y el resto de pol¨ªticos. La ministra de Defensa lo niega. Le Parisien apuntaba que, muy pronto, Villepin podr¨ªa ser interrogado por los jueces y su despacho en el Palacio de Matignon, registrado al igual que el de Defensa, as¨ª como la sede de los servicios de espionaje. El Partido Socialista exige que se forme una comisi¨®n parlamentaria de investigaci¨®n por tratarse de un "asunto de extrema gravedad".
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