Los piratas acosan a pesqueros espa?oles
El Gobierno estudia el env¨ªo de una fragata al ?ndico para proteger a su flota atunera, que ha sufrido varios ataques
Han sustituido el trabuco por el lanzagranadas, la pata de palo por lanchas zodiac y el parche negro por potent¨ªsimos binoculares, pero al igual que en el siglo XVII, se han convertido en una temible amenaza en el mar. El Centro de Informaci¨®n de Pirater¨ªa (PRC), con sede en Kuala Lumpur, asegura que en el ¨²ltimo a?o ha habido un considerable incremento de las actividades delictivas en el mar, sobre todo frente a las costas de Somalia, donde la flota atunera espa?ola tambi¨¦n ha sido v¨ªctima del terror de los piratas.
"Son gentes muy peligrosas; bandidos que matan sin pesta?ear", afirma un armador espa?ol que exige que no se revele su nombre, ni el de su atunero, porque los piratas que lo abordaron en esa zona del ?ndico le exigieron silencio y el "pago en un banco de Londres" de un rescate de unos 200.000 euros. "La vida de 26 familias est¨¢ amenazada. Yo negoci¨¦ con esos bandoleros y s¨¦ que no tienen escr¨²pulos", a?ade.
En 2005, Somalia fue declarado el pa¨ªs m¨¢s peligroso del mundo despu¨¦s de Indonesia
Esto ocurri¨® hace cuatro a?os, pero el pasado 16 de abril, el mismo barco tuvo que huir a toda m¨¢quina de dos naves que le persegu¨ªan cuando se encontraba en alta mar, a 370 millas de la costa africana. "Afortunadamente, el atunero est¨¢ dotado de la ¨²ltima tecnolog¨ªa de teledetecci¨®n y los radares mostraron una sospechosa aproximaci¨®n, que cambiaba de rumbo cuando nosotros lo hac¨ªamos. Nos salv¨® esto y ser m¨¢s r¨¢pidos", a?ade el armador. Espa?a tiene 34 atuneros cerqueros. Todos ellos son barcos de ¨²ltima generaci¨®n, y su coste ronda los 10 millones de euros por unidad. Ocho de ellos pescan en el Atl¨¢ntico, cinco en el Pac¨ªfico y 21 en el banco del ?ndico.
En este ¨¢rea se han producido en lo que va de a?o dos enfrentamientos entre piratas y buques de la Armada de EE UU. En enero, el Winston S. Churchill dispar¨® contra una nave pirata y logr¨® apresar a toda la tripulaci¨®n, formada por 16 indios y 10 somal¨ªes. En marzo pasado, el crucero Cape Saint George y el destructor Gonz¨¢lez se vieron envueltos en un tiroteo en el que un filibustero result¨® muerto, cinco heridos y los restantes 12 tripulantes detenidos. Los marinos norteamericanos confiscaron numerosos fusiles autom¨¢ticos, lanzagranadas y otras armas de fuego.
Lo que m¨¢s asusta tanto a las tripulaciones como a los armadores es que los asaltos se producen ahora en aguas internacionales, lo que hace m¨¢s dif¨ªcil cualquier tipo de protecci¨®n. "Un abordaje a 300 o 400 millas de la costa s¨®lo es posible cuando hay detr¨¢s toda una organizaci¨®n criminal", afirma Fernando Curcio, director general de Pesca.
Desde que, en noviembre pasado, el Playa de Aritxatxu avistara a quienes pretend¨ªan abordarlo, los representantes de los m¨¢s de mil espa?oles estacionados en las islas Seychelles han pedido protecci¨®n al Gobierno. "Estamos muy preocupados. Nuestro gran temor es que un d¨ªa haya muertos entre nuestros hombres. Hemos pedido el env¨ªo de una fragata o que la Administraci¨®n busque una f¨®rmula para protegernos", dice Patxi Joseba Sistiaga, de 45 a?os y representante en Seychelles de Opagac, empresa que se encarga de asistir a una veintena de barcos, de los que la mitad son atuneros cerqueros de bandera espa?ola, y el resto -palangreros u otro tipo de pesqueros- tiene tripulaci¨®n espa?ola aunque la bandera es de Seychelles o de otros pa¨ªses. Opagac asiste tambi¨¦n a los mercantes que trasladan la pesca a Espa?a.
"Trabajamos en la b¨²squeda de un marco de protecci¨®n de la flota para que faene con seguridad", afirma Curcio, que destaca que hay en marcha una negociaci¨®n sobre el asunto entre los Ministerios de Agricultura y Pesca, Exteriores y Defensa.
Juan Pablo Rodr¨ªguez, gerente de Anabac, una asociaci¨®n de armadores vascos que tiene en las Seychelles 20 atuneros de los que 15 son de bandera espa?ola -entre ellos el Playa de Aritxatxu-, subraya que la situaci¨®n se ha hecho tan peligrosa que, de seguir as¨ª, "habr¨¢ que pensar en abandonar la zona pese a su gran inter¨¦s pesquero".
Seg¨²n el PRC, dependiente de la Organizaci¨®n Mar¨ªtima Internacional, con sede en Londres, en 2005 hubo 276 asaltos a barcos. La mayor¨ªa de ellos se realizaron en el mar del sur de China, cerca de la costa. Lo que convierte al ?ndico en un ¨¢rea especialmente peligrosa es que los piratas act¨²an en aguas internacionales desde un buque nodriza. Una vez que avistan su objetivo, echan al mar un par de lanchas zodiac que, con los atacantes a bordo fuertemente armados, se aproximan a toda velocidad y proceden al abordaje.
"La legislaci¨®n espa?ola proh¨ªbe tajantemente que los mercantes porten armas y esto nos hace vulnerables ante unos bandidos que, no s¨®lo llevan armas autom¨¢ticas, sino que operan apoyados por alta tecnolog¨ªa", se?ala Julio Mor¨®n, director de la empresa Opagac, que asiste al barco espa?ol retenido hace cuatro a?os. Los piratas disponen hoy d¨ªa de tel¨¦fonos sat¨¦lite, radares y los equipos m¨¢s avanzados de comunicaciones.
Entre los mercantes secuestrados que actualmente utilizan los piratas somal¨ªes como buques nodriza se encuentra uno fletado por la ONU para llevar ayuda humanitaria a Somalia, pa¨ªs en el que reina el caos desde 1991 y m¨¢s despu¨¦s de la intervenci¨®n norteamericana de 1992. Una vez que los piratas asaltan un barco, tratan de llevarlo, para escapar a la eventual persecuci¨®n de buques de guerra de EE UU o de cualquier otro pa¨ªs de la OTAN, a aguas de Somalia, donde se produce la negociaci¨®n del rescate para la liberaci¨®n de la nave y de sus tripulantes. Tambi¨¦n ocurre a veces que los delincuentes est¨¢n interesados en la carga o en el barco mismo, lo que aumenta el riesgo de la tripulaci¨®n.
El informe del pasado enero del Centro de Informaci¨®n de Pirater¨ªa declara a Somalia como el segundo pa¨ªs del mundo, despu¨¦s de Indonesia, m¨¢s peligroso para el desarrollo de la pesca y el comercio mar¨ªtimo. El atrevimiento de los piratas de la zona es tal que en noviembre pasado abordaron el crucero Seaborne Spirit, que se dirig¨ªa al puerto keniano de Mombasa con 300 personas a bordo y que fue salvado por la astucia de su capit¨¢n. Los asaltantes huyeron -despu¨¦s de hacer un boquete en la cubierta y herir a un marinero- al escuchar el tableteo de varias ametralladoras. No se percataron de que, en realidad, se trataba de un disco emitido por megafon¨ªa.
El aumento de la actividad delictiva en los mares ha llevado a las compa?¨ªas de seguros a aumentar considerablemente sus primas, un mercado que movi¨® el a?o pasado 10.000 millones de euros. La principal aseguradora del sector, Lloyd's, recomend¨® recientemente, seg¨²n el semanario brit¨¢nico The Economist, que los riesgos de la pirater¨ªa dejen de incluirse en p¨®lizas normales y se trasladen a las p¨®lizas especiales que cubren los da?os de guerra. Esto subir¨ªa mucho m¨¢s las primas.
EE UU est¨¢ muy preocupado por las conexiones entre pirater¨ªa y terrorismo isl¨¢mico. La concentraci¨®n de buques en zonas como el estrecho de Malaca podr¨ªa acarrear una cat¨¢strofe mundial, ya que el hundimiento de un barco de gran tonelaje podr¨ªa impedir la navegaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.