Oiarzabal se baja del cielo
El alpinista vitoriano, que lidera la conquista de los 'ochomiles' con 21, abandona las grandes cumbres por problemas en los pies
Juan Oiarzabal (Vitoria, 1956) nunca olvidar¨¢ el 25 de abril de 2006. Ese d¨ªa, el alpinista puso punto y final a 21 a?os de lucha dur¨ªsima, a veces tr¨¢gica, con cumbres superiores a 8.000 metros. Acab¨® con una vida que le ha servido para conocer cimas de todo tipo: r¨¢pidas y lentas, rebeldes y amables, monta?as crueles frente a ochomiles m¨¢s f¨¢ciles de lo previsto. Oiarzabal, un superviviente nato, que a menudo ha sorprendido por su capacidad de sufrimiento y recuperaci¨®n, hab¨ªa regresado al Himalaya en un intento de conocer si a¨²n ten¨ªa la capacidad de escalar las grandes cimas sin los 10 dedos de los pies que le amputaron hace dos a?os a causa de las graves congelaciones que sufri¨® bajando de la cima del K-2, el segundo pico del mundo (8.611 metros).
En su primera pernoctaci¨®n en altura, solo, a 6.000 metros, en el campo 1 del Yalung Kang (8.501), una cumbre secundaria del Kangchenchunga (8.586), los pies de Oiarzabal dijeron basta. La suya fue una decisi¨®n dura, pero firme, irreversible y convencido de que es la mejor para ¨¦l, para Araceli, su mujer, y su hijo Mikel, de siete a?os.
Atr¨¢s, Oiarzabal deja un historial dif¨ªcil de igualar en el mundo de los ochomiles: sexto hombre en completar la colecci¨®n de las 14 cimas m¨¢s altas del planeta y el alpinista l¨ªder en ascensiones a estas cumbres, con 21.
"Me retiro de los ochomiles", le dijo Oiarzarbal a Araceli a trav¨¦s del tel¨¦fono sat¨¦lite. "Eso no significa que abandone las monta?as; en absoluto. ?sta es mi vida. Pero a partir de ahora me plantear¨¦ hacer monta?as de otra forma". No todo termin¨® ah¨ª. Juanito pod¨ªa optar por continuar ahora en el campo base dando ayuda log¨ªstica a los compa?eros de expedici¨®n y amigos (Juan Vallejo, Ferran Latorre, Josu Bereziartua y Mikel Zabalza), y no lo hizo. Tras otra noche de reflexi¨®n, decidi¨® abandonar la monta?a y bajar a Katmand¨² el viernes pasado, para encontrarse entre hoy y ma?ana con Araceli. "Para m¨ª era imposible quedarme en el campo base, sin escalar, sin poder ayudar, pasando fr¨ªo y, sobre todo, pasando envidia. No pod¨ªa de ninguna de las maneras. No".
La retirada de Oiarzabal de las grandes cumbres estaba anunciada. ?l mismo, incluso, sab¨ªa que su carrera llegaba al final, pero antes, tozudo como es, quiso comprobar si era capaz de acariciar una alta cima. Se fue al Aconcagua (6.959 metros) en enero pasado, acompa?ando a un grupo de deportistas espa?oles de ¨¦lite retirados, entre los que se encontraba su vecino y amigo, el maratoniano Mart¨ªn Fiz. Juan hizo la cumbre y regres¨® satisfecho y a punto para volver al Himalaya.
"Juan se fue al Yalung Kank convencido de que era la ¨²ltima gran expedici¨®n", cuenta Araceli. "Pensaba poder sellar su vida en las grandes cimas con otra ascenci¨®n importante. No ha podido ser. A m¨ª, particularmente, me da pena que los pies no le hayan dejado subir".
Para Oiarzabal, la monta?a lo es todo. En ella encontr¨® a su mujer, a sus mejores amigos y tambi¨¦n perdi¨® a algunos. Al principio. Juanito, era uno de tantos monta?eros vascos que se dedicaban a subir los montes de sus tierra, para luego marchar al Pirineo y a los Alpes. En 1982, se asom¨® al Himalaya y qued¨® ensimismado. Tres a?os m¨¢s tarde, coron¨® el Cho Oyu, su primer ochomil. Y ah¨ª comenz¨® toda su aventura.
M¨¢s que ser el primero de la cordada, Oiarzabal estaba catalogado como un excelente gregario, hombre de equipo,miembro de un grupo de amigos en que figuraban grandes alpinistas como Antonio Miranda y Atxo Apellaniz, fallecidos en el Everest (1993) y el K-2 (1994). Fue a partir de entonces, cuando Oiarzabal, decidi¨® emprender la carrera de la colecci¨®n de los ochomiles, como un homenaje a los amigos que perdi¨® en esa etapa. Para ello, entr¨® el mundo del patrocinio, medi¨¢tico, y su popularidad se dispar¨®.
Su orgullo era ya imparable y su vanidad se acrecentaba. Del gusto por la aventura pas¨® a una obligaci¨®n. Surgieron las cr¨ªticas por parte de los defensores de un alpinismo genuino y creativo. "?Envidias!", se ha defendido siempre Oiarzabal. El alav¨¦s siempre ha reconocido que ¨¦l nunca ha sido un alpinista t¨¦cnico ni se ha definido como el mejor. Y como ejemplo, pone a los hermanos Alberto y F¨¦lix (fallecido en 2000) I?urrategi como los referentes del himalayismo en Espa?a. Oiarzabal se ha bajado de las altas cumbres, para volver a sus monta?as del Pirineo y, seguramente, presenciar un partido del Bar?a, su club.
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