"Por honor, no puedo volver con menos de lo que ten¨ªa"

Modou Diop naci¨® hace 25 a?os en Pikine (Senegal). Tiene un t¨ªtulo de ¨¢rabe, idioma que usaba en un comercio "pr¨®spero" que regentaba. El 16 de abril del 2002 sali¨® de su casa con la vista puesta en Espa?a para ganar m¨¢s dinero para ayudar a los suyos. "Pensaba que esto iba a ser el para¨ªso; si hubiese sabido lo que iba a hallar no habr¨ªa venido". En Madrid empez¨® como mantero y lleg¨® a la construcci¨®n. La regularizaci¨®n de 2005 le permiti¨® tener documentos pero est¨¢ "deseando volver". Y ahora que puede, no lo hace porque no puede regresar con menos de lo que sali¨®. "Es una cuesti¨®n de honor", explica.

Su periplo de cuatro meses empez¨® "dignamente" con un viaje en avi¨®n de Dakar a Casablanca (Marruecos). "No pod¨ªamos salir porque si la polic¨ªa te coge te deja en el desierto, en la frontera entre Argelia y Marruecos". El encierro acab¨® cuando los intermediarios nigerianos, previo pago de 1.000 euros, les pusieron en contacto con los que les llevar¨ªan al S¨¢hara. "Una ma?ana vino un marroqu¨ª y nos meti¨® en el coche apretados como corderos, porque nadie deb¨ªa vernos. Despu¨¦s nos dej¨® en el desierto. Hab¨ªa que esperar pero cu¨¢nto, no lo sab¨ªamos". Modou se pasa una mano por la frente. "?Nos daban un tap¨®n de agua al d¨ªa! La comida de dos jornadas ten¨ªamos que repartirla para una semana. Y estuvimos un mes y 27 d¨ªas". Por eso los inmigrantes prefieren "jugarse la vida" cruzando en barco a Canarias. El 27 de julio, una patera con 18 subsaharianos y cuatro marroqu¨ªes parti¨® de El Aai¨²n hacia Fuerteventura. "Empezamos a tener problemas con el motor. Por suerte, uno llevaba m¨®vil. Llam¨® a su hermano, que avis¨® a la Guardia Civil y nos rescataron".