Turistas del ideal
"Fidel Castro, Hugo Ch¨¢vez y Evo Morales est¨¢n lanzados, su ofensiva revolucionaria en Am¨¦rica Latina es total. Seg¨²n los presidentes de Cuba, Venezuela y Bolivia, ¨¦stos no son momentos de achicarse frente a Washington sino de 'ataque' y de alianzas para frenar los intentos de Estados Unidos de extender la 'maldici¨®n del capitalismo' en la regi¨®n. El s¨¢bado, los tres mandatarios firmaron diversos acuerdos econ¨®micos y pol¨ªticos para 'consolidar' la revoluci¨®n en Bolivia e impulsar en Latinoam¨¦rica un modelo de integraci¨®n de izquierdas". Se podr¨¢ discrepar de la ¨¦pica de la cr¨®nica. Pero nadie dude de que refleja el ambiente festivo en la cumbre del ensamblaje perfecto del tr¨ªo de la bencina. Ayer, Evo Morales anunci¨® la nacionalizaci¨®n de los hidrocarburos, lo que en s¨ª no es ni bueno ni malo ni regular hasta que se expliquen sus consecuencias. Pero el entusiasmo ante tales medidas es incontestable tambi¨¦n allende los mares. "Los tres l¨ªderes protagonizaron un marat¨®n de discursos, todos ellos muy revolucionarios", reza la cr¨®nica. Seg¨²n Morales, se reunieron "tres pueblos y tres generaciones de una misma revoluci¨®n latinoamericana". Se le olvid¨® a otro presente, un l¨ªder que combina las dos vertientes de un pasado siniestro, s¨®rdido y fracasado con un futuro igual de prometedor, aunque quiz¨¢s el bueno de Daniel Ortega tenga m¨¢s dinero en efectivo esta vez como presidente de Nicaragua para pagar silencios, comprar lealtades y asustar a quienes no ofrecen lo uno ni venden lo otro.
EE UU es, no cabe duda, muy culpable de este grotesco espect¨¢culo de La Habana, en el que un dictador senil es celebrado por un golpista fracasado y caudillo buf¨®n cargado de petrod¨®lares y un presidente boliviano, sindicalista cocalero, que recaba dinero del criollo caraque?o y polic¨ªa pol¨ªtica del gallego cubano para enfrentarse al previsible despertar de sus propios electores. Washington ha ignorado tr¨¢gicamente a Am¨¦rica Latina. Ha desairado a sus aliados, otorgado triunfos gratuitos a sus detractores y mostrado un desinter¨¦s demoledor. Ha puesto a la defensiva a quienes abogan, conservadores o socialdem¨®cratas, por el libre comercio y las libertades democr¨¢ticas. Mientras, la demagogia militarista y antioccidental, con su palabrer¨ªa izquierdista y heredera del peor populismo castrense latinoamericano triunfa. Sus caudillos compran armas, municipios, votos y voluntades con el dinero con el que Ch¨¢vez avasalla a la regi¨®n y se inmiscuyen de forma masiva y zafia ahora en Per¨² como hicieron en Bolivia antes. Cuentan, y esto es lo grotesco, con el aplauso de cierta izquierda europea salida de las p¨¢ginas de Turistas del ideal, esa gran cr¨®nica de una lacerante inmundicia intelectual omnipresente de Ignacio Vidal-Folch. En Madrid se ha celebrado un acto de menos enjundia pero similar cala?a con la presentaci¨®n de una hagiograf¨ªa de Castro de uno de los m¨¢s transparentes santones de la manipulaci¨®n izquierdista del siglo pasado, otro Ignacio, ¨¦ste Ramonet. Los asesinos Videla, Pinochet y Stroessner nunca tuvieron en Madrid bardo y corte semejantes.
As¨ª las cosas, ?Por qu¨¦ iba a llamar el embajador de Espa?a en Cuba para interesarse por su situaci¨®n a Marta Beatriz Roque, una septuagenaria a la que acaban de apalear los sicarios de Castro, por cierto una se?ora, como tantos de los opositores perseguidos y encarcelados por el comandante, mucho peor tratada que la compa?¨ªa Repsol en La Paz. El tr¨ªo de la bencina, todos ellos aplaudidos por nuestros profesionales turistas del ideal, parecen reaccionar ante las buenas palabras como nuestros chicos de la gasolina. Cuando se premia a la dictadura y a la acci¨®n de fuerza se prima y fomenta lo que siempre se dio en llamar rufianismo. Y si el mejor ejemplo vivo de rufianismo pol¨ªtico que hoy existe en Espa?a es don Arnaldo Otegui, la banda de La Habana, deseng¨¢?ense, no tiene otros h¨¢bitos de conducta. Tampoco sus v¨ªctimas. Marta Beatriz Roque, un ejemplo de dignidad, espera la misma llamada, por cierto, que el concejal de UPN de Bara?ain. De solidaridad y vocaci¨®n de defensa frente a ese rufianismo. Al final va a ser que tienen mucho que ver los aplausos al izquierdismo bayonetero e incendiario, el relativismo jur¨ªdico y pol¨ªtico con que te pierdan el respeto y te quiten la cartera en el subsuelo del altiplano y por muchos otros callejones.
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