"El juego me va a arruinar"
El golfista John Daly dice que en los ¨²ltimos 12 a?os ha perdido 50 millones en los casinos
En 1993, en un centro de rehabilitaci¨®n de Tucson (Arizona) donde compart¨ªan un tratamiento contra el alcoholismo, Thomas Hollywood Henderson, futbolista de los Dallas Cowboys, le dijo a John Daly que alg¨²n d¨ªa encontrar¨ªa algo que le gustara tanto como beber, y que deber¨ªa tener cuidado. "Mi gente esperaba, por supuesto, que ese algo fuera practicar golf. Pero no", escribe Daly. "Lo que descubr¨ª fue el juego". Y las deudas: seg¨²n sus c¨¢lculos sus p¨¦rdidas totales no son inferiores a 50 millones de euros.
John Daly (California, 1966) es el jugador m¨¢s extraordinario, dentro y fuera del campo, que ha dado el golf en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Un hombre de extremos. El m¨¢s potente desde el tee; el golfista con m¨¢s toque alrededor del green; fumador compulsivo, bebedor, agresivo, violento, mujeriego y jugador; un deportista de gran barriga y sin domicilio fijo, que recorre Estados Unidos en una caravana y que es capaz de dedicar el tiempo libre que le deja un torneo tan religioso como el Masters a vender camisetas y a firmar aut¨®grafos en un bar llamado Hooters, camareras escotadas hasta el ombligo, grasientas alitas de pollo y costillas de cerdo como delicatesen.
En cinco horas en Las Vegas despilfarr¨® 1,5 millones de euros en m¨¢quinas tragaperras
Una personalidad adictiva, un golfista genial. As¨ª se refleja en su biograf¨ªa, titulada John Daly: My Life in and out of the Rough (Mi vida dentro y fuera del rough), que saldr¨¢ a la venta el pr¨®ximo lunes y cuyo ¨²ltimo cap¨ªtulo est¨¢ dedicado a su vicio m¨¢s desconocido, su adicci¨®n al juego, el problema que m¨¢s le preocupa en estos momentos. "Si no controlo mi adicci¨®n al juego, acabar¨¦ totalmente arruinado", escribe Daly para resumir la situaci¨®n, de la que ofrece algunos extraordinarios ejemplos, historias poco ejemplares.
Una de las ¨²ltimas tuvo lugar en octubre pasado, cuando se embols¨® 750.000 d¨®lares (unos 625.000 euros) tras perder ante Tiger Woods en el playoff final del torneo de San Francisco. Aquella noche cogi¨® el coche y no par¨® hasta llegar a Las Vegas, donde en apenas cinco horas en un casino perdi¨® 1,5 millones de euros, mayormente en m¨¢quinas tragaperras que s¨®lo aceptaban fichas de 5.000 d¨®lares (unos 4.200 euros).
"Me he pasado los ¨²ltimos 10 a?os de mi vida enjugando deudas de juego con mis ingresos por patrocinio, regateando contratos por jugar torneos y machac¨¢ndome en compromisos con las empresas en vez de pasar el tiempo con mi familia y mejorando mi juego", cuenta Daly, un jugador que invadi¨® el circuito americano de la manera m¨¢s espectacular que pueda imaginarse. La v¨ªspera del Campeonato de la PGA, uno de los cuatro que forman el grand slam, a Daly le avisaron de que era el primer suplente. Cogi¨® el coche y condujo durante siete horas hasta las puertas del campo. All¨ª le informaron de que Nick Price se hab¨ªa retirado porque su mujer iba a dar a luz. Ocup¨® su plaza, se ocup¨® de su caddie,y gan¨® el torneo. Su primera victoria.
Cuatro a?os despu¨¦s gan¨® el Open Brit¨¢nico, otro de los grandes del golf. "Por aquel entonces deb¨ªa cuatro millones de d¨®lares a los casinos. Los ingresos tras la victoria brit¨¢nica me permtieron quedarme a cero. Y as¨ª es como mi mente enferma analizaba la situaci¨®n", cuenta Daly. "Los ingresos por patrocinio me llegar¨¢n en enero, as¨ª que entonces podr¨¦ pagar todo y comenzar de cero el nuevo a?o. Todo va bien. Todo es OK. No problema. Carajo, s¨ª, s¨ª que hay un problema".
Pero Daly es optimista, eterno optimista a la manera infantil, y escribe que por lo menos ha controlado algo su vida en los ¨²ltimos a?os: "Ya no necesito medicaci¨®n, ya no bebo JD [whisky Jack Daniel's], ya no destrozo tantas habitaciones de hotel y coches. S¨®lo tengo un problema: el juego".
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