"La gen¨¦tica nos ayuda a establecer prioridades de conservaci¨®n entre los peces"
Los goodeidos son peces viv¨ªparos que s¨®lo habitan en la Mesa Central de M¨¦xico, un territorio de orograf¨ªa y h¨¢bitat variados de extensi¨®n dos veces la de toda Espa?a. A esta singularidad se a?aden dos m¨¢s: es el ¨²nico grupo de peces que ha desarrollado una modificaci¨®n en el ovario que funciona a manera de ¨²tero en el interior de la hembra y facilita la alimentaci¨®n de los embriones, adem¨¢s de poseer una estructura llamada trofotenia, algo parecido a un cord¨®n umbilical, que ayuda a lograr esa nutrici¨®n durante la gestaci¨®n. Omar Dom¨ªnguez es un profesor de Biolog¨ªa de la Universidad Michoacana de San Nicol¨¢s de Hidalgo (M¨¦xico) que en 1998 emprendi¨® la ardua tarea de localizar y catalogar el estado de conservaci¨®n de las 44 especies de goodeidos mexicanos, que es como decir de todo el mundo. Desde entonces, ya como responsable del programa de conservaci¨®n de los goodeidos, ha conseguido la reproducci¨®n en cautividad de todas ellas, incluidas dos especies desaparecidas en estado salvaje. Todo un logro para la conservaci¨®n, que ahora le toca compartir con la investigaci¨®n gen¨¦tica.
"Es todo un misterio c¨®mo se realiza el intercambio de nutrientes entre la hembra y el embri¨®n en los goodeidos, ¨²nicos peces viv¨ªparos"
"En el proyecto de cr¨ªa en cautividad de un anfibio ¨²nico del lago de Zacapu nos echa una mano una comunidad de monjas dominicas"
Pregunta. ?C¨®mo ha sido el salto del campo al laboratorio?
Respuesta. Impensable hace a?os. Yo soy netamente de campo, de ir de charca en charca y buceando en busca de los peces y no me ve¨ªa entre pipetas sacando su ADN. De hecho, el laboratorio de Biolog¨ªa Acu¨¢tica en el que desarrollamos el programa se centra m¨¢s en cuestiones de ecolog¨ªa, taxonom¨ªa o din¨¢mica de poblaciones. Pero tras mis primeros trabajos en investigaci¨®n gen¨¦tica me di cuenta de los valiosos resultados que se sacan para la conservaci¨®n. Se hallan las causas de por qu¨¦ hembras de determinadas especies abortan m¨¢s que las de otras, se conoce la depresi¨®n gen¨¦tica que pueden llegar a tener ciertas poblaciones e incluso se mejora el c¨¢lculo de prioridades para conservar unas especies y poblaciones frente a otras.
P. Hasta participa en la investigaci¨®n del funcionamiento de ese cord¨®n umbilical ¨²nico entre los peces.
R. En este caso colaboro con investigadores estadounidenses y mexicanos tanto de la Universidad Michoacana como de la Aut¨®noma de M¨¦xico para analizar la estructura del tejido celular de esa especie de cord¨®n umbilical que se llama trofotenia y c¨®mo se produce el intercambio de nutrientes entre la hembra y el embri¨®n. De momento, es todo un misterio c¨®mo se realiza un traspaso de prote¨ªnas de alt¨ªsimo peso molecular que logra que los peces incrementen su tama?o hasta 13.000 veces durante los 45 a 50 d¨ªas que dura la gestaci¨®n. No desechamos que incluso muerdan la pared del ovario para nutrirse.
P. En la actualidad se encuentra en Espa?a trabajando con uno de los principales responsables de su paso a la gen¨¦tica, Ignacio Doadrio, del Museo Nacional de Ciencias Naturales. ?A qu¨¦ se debe tu estancia en el museo?
R. Es la cuarta vez que trabajo en Espa?a con Doadrio. ?l sab¨ªa de mi labor con los goodeidos y me contact¨® en un congreso sobre conservaci¨®n de peces. Ahora llevamos 11 proyectos de investigaci¨®n, algunos de ellos relacionados con especies de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, adem¨¢s del estudio de la gen¨¦tica de poblaciones de cipr¨ªnidos, ictal¨²ridos y goodeidos mexicanos para determinar la salud y diversidad de las mismas, priorizar ¨¢reas o especies para la conservaci¨®n y evitar riesgos de endogamia que pueden a afectar al programa de cr¨ªa en cautiverio.
P. ?Cu¨¢les son los principales problemas que afectan a los peces continentales?
R. Lo que he visto en Espa?a, como tambi¨¦n ocurre en M¨¦xico, es que por encima de la conservaci¨®n del medio acu¨¢tico hay otros muchos intereses que acaban alterando el r¨ªo con trasvases y encauzamientos que impactan negativamente sobre los peces. En mi pa¨ªs adem¨¢s hay que luchar con unas leyes que son m¨¢s restrictivas que en Espa?a pero que no se cumplen, con el riesgo de que te amenacen, y con que la mayor¨ªa de los peces est¨¢ reconocida por la legislaci¨®n mexicana como pesca y no como fauna silvestre.
P. ?Usted incluso ha tenido que padecer desaires de la propia comunidad cient¨ªfica?
R. S¨ª, cuando Doadrio preguntaba por m¨ª antes de conocerme le sol¨ªan contestar que yo no era cient¨ªfico, que era un acuarista, alguien que cr¨ªa peces en acuarios sin ning¨²n inter¨¦s cient¨ªfico ni conservacionista. Todo deriva de mi relaci¨®n con Ivan Diddle, miembro activo de la Fish Ark Mexico y de la Sociedad Zool¨®gica del Norte de Inglaterra, que colabor¨® conmigo en los comienzos en el laboratorio de la Universidad Michoacana, justo cuando menos ayuda recib¨ªa de las instituciones mexicanas. A trav¨¦s de Ivan conseguimos ejemplares de dos especies de goodeidos que ya no exist¨ªan en la naturaleza (Skiffia francesae y Zoogotenicus tequila) y nos abri¨® las puertas de financiaciones exteriores. Pero reconocer todo este apoyo no debe ocultar que tambi¨¦n algunos aficionados a tener peces en acuarios han propiciado la desaparici¨®n de varias poblaciones e incluso especies. Uno de los servicios que da ahora nuestro laboratorio es suministrarles ejemplares.
P. Le hacen m¨¢s caso ahora las autoridades cient¨ªficas y pol¨ªticas?
R. Sin duda. Al principio de comenzar el programa tem¨ªa que si dejaba moment¨¢neamente el laboratorio se perdiera todo el trabajo. Ahora hemos conseguido que 10 personas, entre t¨¦cnicos y estudiantes, lo mantengan y consoliden incluso con gente exclusivamente dedicada a los goodeidos. Un sistema cerrado de circulaci¨®n de agua nos permite tener m¨¢s de 130 acuarios y 20 estanques con especies amenazadas de varios grupos, incluidos peces y anfibios pescados de manera habitual.
P. ?Hay fecha prevista para que los peces que en su d¨ªa desparecieron de las aguas mexicanas vuelvan a nadar en ellas?
R. Depender¨¢ de los recursos econ¨®micos con los que contemos y del apoyo que recibamos del Gobierno pero es posible que comencemos el proyecto de reintroducci¨®n de las dos especies extinguidas en estado salvaje entre 2008 y 2009, algo que ya no podremos hacer con Characadom garmani, una ya desaparecida.
P. ?Me imagino que el trabajo con los goodeidos os habr¨¢ llevado a detectar problemas de conservaci¨®n con otras especies?
R. El mejor ejemplo para contestar a esta pregunta reside en el lago de Zacapu, un humedal de alto valor ecol¨®gico en el que conseguimos frenar un proyecto para su dragado. En sus aguas, adem¨¢s de ocho especies de goodeidos y de otras de cipr¨ªnidos, vive un anfibio end¨¦mico ¨²nico. Al trabajo de reproducci¨®n en cautividad de este achoque o axolotl (Ambystoma andersoni) a?adimos otro de corte social para que se dejaran de introducir carpas con fines pesqueros que pon¨ªan en riesgo la pervivencia del anfibio y del resto de peces. A cambio se ha ofrecido a los pescadores la alternativa de la cr¨ªa de achoques, especie muy apreciada en EE UU, Europa y Jap¨®n y que entre las comunidades ind¨ªgenas es utilizado tambi¨¦n para fabricar un jarabe para la tos. En este proyecto nos echa una mano una comunidad de monjas dominicas, quedesarrollaba una producci¨®n muy artesanal de este anfibio para conseguir el jarabe y a menudo ten¨ªan problemas de canibalismo y enfermedades por el desconocimiento cient¨ªfico de la cr¨ªa en cautividad. Nosotros las dotamos de todos los sistemas e infraestructuras necesarias para hacerlo a gran escala y as¨ª frenar la pesca ilegal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.