Harald V, el rey ciudadano
El monarca noruego se muestra orgulloso de las mediaciones de paz que realiza su pa¨ªs
"Los matrimonios entre pr¨ªncipes y gente corriente son cada vez m¨¢s frecuentes. Creo que es un gran avance. Es normal permitir que puedas compartir tu vida con quien t¨² elijas", afirma Harald V, rey ciudadano de Noruega, pa¨ªs que aboli¨® la aristocracia en el siglo XIX y que goza en el XXI de uno de los mayores ¨ªndices de bienestar del mundo. Harald V, de 69 a?os, sabe bien de qu¨¦ habla. Siendo pr¨ªncipe heredero se cas¨® en agosto de 1968 con una plebeya, Sonja Haraldsen, hija de un hombre de negocios y aficionada al dise?o de moda. El mero anuncio de la boda provoc¨® una fuerte controversia popular y hasta debates en el Storting, el Parlamento, sobre el futuro de la monarqu¨ªa. Al final, la reina fue aceptada por los noruegos con toda normalidad.
Probablemente con la misma naturalidad con que los noruegos encajaron hace ya cinco a?os la pol¨¦mica boda del pr¨ªncipe heredero Haakon con Mette-Marit Tjessem Hoibi, madre soltera y, seg¨²n una confesi¨®n propia que dio entonces la vuelta al mundo, "con un pasado salvaje". La hermana de Haakon, la princesa Martha Louise, se casar¨ªa un a?os despu¨¦s, en 2002, con otro plebeyo, el escritor ocasional y productor de televisi¨®n, nacido en Dinamarca, Ari Behn. La princesa goza de una gran popularidad -elimin¨® el "alteza real" de su t¨ªtulo y renunci¨® a la subvenci¨®n real para poder llevar una vida normal- y, siguiendo la tradici¨®n familiar de romper con los convencionalismos, ha mantenido su nombre de soltera.
Harald V, que sucedi¨® en el trono a su padre, Olaf V, tras la muerte de ¨¦ste en 1991, es tambi¨¦n el primer pr¨ªncipe nacido en Noruega desde 1370. Distintos avatares hist¨®ricos hicieron que el pa¨ªs de los fiordos no ganase su independencia hasta 1905. Ese a?o, el Parlamento de Noruega decidi¨® unilateralmente sacudirse la tutela de Suecia, que duraba desde 1814, y aunque ambos pa¨ªses estuvieron al borde del enfrentamiento militar, finalmente el conflicto se resolvi¨® de forma pac¨ªfica mediante un plebiscito en el que los noruegos ratificaron la ruptura con Estocolmo.
Con la independencia lleg¨® tambi¨¦n el rey Haakon VII, abuelo del actual. Por eso, cuando a los reyes se les pregunta sobre la Uni¨®n Europea -los noruegos rechazaron en refer¨¦ndum unirse a la UE en 1972 y 1994- la reina Sonja se apresura a explicar que "la palabra uni¨®n no tiene buena fama aqu¨ª", al tiempo que el rey matiza diplom¨¢ticamente que "los noruegos nos sentimos muy europeos, aunque quiz¨¢ muchos sientan que Bruselas est¨¢ muy lejos de Oslo". El aislamiento ha sido una de las caracter¨ªsticas de Noruega, a excepci¨®n hecha del infausto periodo de colaboraci¨®n con los nazis durante el Gobierno de Vidkun Quisling entre 1940 y 1945, que signific¨® el exilio en Londres y en Estados Unidos de la familia real.
Sin embargo, desde hace unos a?os Noruega ha redescubierto su papel en el escenario internacional como pa¨ªs mediador o, como prefieren calificarlo algunos de sus diplom¨¢ticos, "facilitador" de procesos de paz como en el conflicto palestino-israel¨ª o entre el Gobierno de Sri Lanka y la guerrilla separatista de los Tigres tamiles. Oslo tambi¨¦n ha sido testigo de los primeros contactos entre ETA y el Gobierno espa?ol que desembocaron en el "alto el fuego permanente" declarado por la organizaci¨®n terrorista.
"Me gusta lo de pa¨ªs mediador de la paz y me gustar¨ªa que siguiera si¨¦ndolo en el futuro. Noruega entrega el Nobel de la Paz y es fundador de la ONU y la OTAN, En este terreno, Noruega es un gran pa¨ªs", comenta con orgullo el rey. A ese expediente Noruega espera unir pronto otro cap¨ªtulo. Si se confirman los hallazgos de nuevas y enormes bolsas de gas y petr¨®leo en el mar de Barents, el pa¨ªs n¨®rdico podr¨ªa reforzar la funci¨®n que ya desempe?a, en palabras del monarca, de "garante de la seguridad energ¨¦tica de Europa", al margen de Rusia.
Los Reyes de Espa?a tienen previsto visitar Noruega el mes que viene. Nuestro pa¨ªs tiene unas connotaciones claramente optimistas en el techo del continente. "Para nosotros, significa vacaciones y buena suerte", dice la reina Sonja. "M¨¢s de 800.000 noruegos visitan cada a?o Espa?a, casi una quinta parte de la poblaci¨®n", apunta el rey. Harald V, experto regatista, comenta medio en serio medio en broma que pese a sus recientes achaques -en 2003 super¨® un c¨¢ncer de vejiga- a¨²n es capaz de desafiar a don Juan Carlos. Habr¨¢ que verlo.
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