Los obreros de Seat en la Feria de Abril
Una asociaci¨®n de trabajadores rememora en una caseta el movimiento sindical de comienzos de la d¨¦cada de 1970
La Feria de Abril tiene un cielo andaluz de fantas¨ªa, pero tiene tambi¨¦n el cielo gris-urbanismo del F¨®rum, y tiene este a?o un cielo de sindicato del metal, que es el que hay en la caseta del Memorial Democr¨¢tico de los Trabajadores de Seat. A algunos integrantes de esta asociaci¨®n se les puede reconocer en las antiguas fotograf¨ªas que se exhiben en sus plafones. Son de reportaje de prensa, de huelgas y de manifestaciones y de polic¨ªas sacando a la gente de sus coches en medio de la calle porque hab¨ªan tocado el claxon conmovidos al o¨ªr gritar la palabra libertad.
Los trabajadores que aparecen en esas fotos estaban trayendo a Espa?a la libertad de manera clandestina, y cuando lo consiguieron algunos de ellos se volvieron a Andaluc¨ªa, quiz¨¢ en busca de otras ferias y de otros abriles, otros fueron elegidos diputados en parlamentos forales, otros fundaron partidos legales de extrema izquierda, y otros salieron concejales rojos en ayuntamientos del cintur¨®n barcelon¨¦s. Salen bajo el puente de las v¨ªas del tren, al final de la Zona Franca, con las gr¨²as del puerto al fondo, y avanzan en bater¨ªa, cogidos del brazo codo con codo en una cadena humana, que es ante todo una cadena de montaje para organizar huelgas y para montar democracias, y van con sus jers¨¦is de listas, sus cazadoras de cremallera, sus pantalones de tergal con los bolsillos llenos de llaveros, monedas y pa?uelos y con sus cuellos y solapas de borreguillo para taparse del fr¨ªo del ir y del volver del trabajo. Y llevan tambi¨¦n esas patillas grandes dejadas crecer durante las horas extraordinarias. En la pancarta que sostienen dice: Libertad trabajadores detenidos.
La entidad quiere traspasar a los j¨®venes la memoria de los empleados de la f¨¢brica
Josep Carles Vallejo, de 55 a?os, es el presidente del Memorial. Entr¨® en Seat en 1969 respondiendo a un anuncio de La Vanguardia en el que se ped¨ªa traductores t¨¦cnicos de italiano, y lo primero que hizo fue traducir el manual de instrucciones del 127. Luego organiz¨® las Comisiones Obreras de Seat. Le detuvieron, le metieron siete meses en la Modelo y a continuaci¨®n pas¨® cinco a?os en el exilio. Actualmente trabaja en la log¨ªstica de la factor¨ªa en la Zona Franca.
"La asociaci¨®n la hemos creado para recuperar la memoria de los trabajadores de Seat y traspasarla a los m¨¢s j¨®venes, y nos hemos encontrado con que estamos solos. Parece que molestemos a los sindicatos, quiz¨¢ por lo que recordamos. Tampoco la f¨¢brica quiere saber nada de nosotros. La empresa considera que la historia no empieza hasta los a?os ochenta, con la entrada de Volkswagen. Hay partes de ella que son patrimonio arquitect¨®nico reconocido, como los comedores, que son unas construcciones en aluminio que obtuvieron el premio Reynolds en 1957. Pero tambi¨¦n existe una arqueolog¨ªa industrial, que se puede encontrar, por ejemplo, en el taller n¨²mero 7 de la Zona Franca, donde se conserva un cuadro de mandos de una antigua cadena de montaje, que es una pieza ¨²nica y se lo est¨¢n comiendo las telara?as. Asimismo, las oficinas centrales de la Zona Franca son un edificio emblem¨¢tico, y las van a desmantelar. En ellas se almacena un importante archivo gr¨¢fico, que corre el peligro de perderse o disgregarse en los actuales traslados".
El Memorial organiza charlas y exposiciones, y confecciona m¨®dulos did¨¢cticos sobre el movimiento obrero de acuerdo con algunos profesores de institutos de Barcelona y de la periferia. Tambi¨¦n ha pedido que se tematice la futura estaci¨®n de metro de la l¨ªnea 9 en la Zona Franca y que se dedique una calle al soldador Antonio Ruiz Villalba, empleado en el taller 4 de la factor¨ªa y muerto en noviembre de 1971, a los 36 a?os, al recibir ocho disparos de la polic¨ªa durante la ocupaci¨®n de la f¨¢brica. El Memorial edita un bolet¨ªn, y en su primer n¨²mero se relata con pelos y se?ales c¨®mo se hizo esta ocupaci¨®n en tiempo de Franco.
Junto a Vallejo, ayer por la ma?ana acudi¨® a la caseta Antonio Mayo, de 66 a?os, coordinador del Memorial. Mayo es un campesino de Badajoz que es desde muy joven obrero industrial y activista del comunismo. Cuenta c¨®mo lanzaban las octavillas en los vestuarios o las pon¨ªan en las cintas trasportadoras para que las cogiese quien se atreviese. "Me concienci¨¦ de muchacho, en el campo, con las cabras. All¨ª conoc¨ª a un guerrillero. Luego hice el servicio militar en Ceuta y mont¨¦ una c¨¦lula comunista con un moro que era del partido. Despu¨¦s me vine a Barcelona y busqu¨¦ una empresa grande en la que hacer proselitismo discretamente. ?sa era Seat".
Lleg¨® el secretario, Eduard Peironcelly, de 63 a?os, natural del barrio barcelon¨¦s de la Font de la Guatlla, un perito industrial que se signific¨® en plena dictadura como sindicalista ante el estupor de sus compa?eros de oficina y la desconfianza de los compa?eros de los talleres. Tambi¨¦n acudi¨® Salvador Farr¨¦, el tesorero de la asociaci¨®n, nacido en L'Hospitalet: "Mi padre fue de la CNT y de la FAI y me cri¨¦ escuch¨¢ndole cantar himnos revolucionarios". Farr¨¦ tiene 62 a?os y anda prejubilado. Uno va a la Feria de Abril dudando de que puedan encontrarse ah¨ª sus ra¨ªces, y va y se da de bruces con ellas.
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