Buitres en Rolls Royce

Ya no se puede ocultar el esplendor de la pasarela de una corrupci¨®n, cuya capitalidad itinera de los dominios de Fabra a la Orihuela del se?or Medina, con parada y bronca en la alcald¨ªa de Benidorm, donde el cainismo desenmascarado del PP se disputa el desuello de las reservas de suelo de una Terra M¨ªtica resuelta en deudas. La presencia de Eduardo Zaplana, en el lugar en el que una tr¨¢nsfuga le dio la vara, es un s¨ªntoma que ha interpretado con precisi¨®n Manuel Mata, portavoz de la ejecutiva del PSPV: "Camps es un t¨ªtere en manos de Zaplana, que planea como un buitre cada vez que huele a pelotazo en la Comunidad Valenciana". Pues a¨²n le queda lo suyo que planear, mientras Camps amputa de las encuestas los datos adversos y los escamotea, o eso pretende, a la opini¨®n p¨²blica, por la que demuestra una indiferencia y hasta un desprecio que ya le pasar¨¢ factura. El cronista ignora si tan censurable proceder ser¨¢ la tumba pol¨ªtica de su partido, como ha vaticinado el portavoz adjunto de EU en las Cortes, Joan Antoni Oltra, pero puede que s¨ª sea la suya propia. Ciertamente, y de acuerdo con las advertencias de Oltra, manipular los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos y algunos privados, distorsiona y encubre la realidad de los hechos, pero no la transforma. Y la realidad es obstinada, y la ciudadan¨ªa concluye por descubrirla en toda su plenitud, y entonces es cuando se toma su turno. La corrupci¨®n y la corruptela crecen y se multiplican en nuestra geograf¨ªa auton¨®mica, hasta el esc¨¢ndalo. Y, sin embargo, el presidente del Consell y el Consell mismo permanecen imp¨¢vidos, en una probable complicidad; siquiera sea por omisi¨®n, Camps no mueve un dedo, mientras al popular Carlos Fabra, presidente de la Diputaci¨®n de Castell¨®n, la justicia lo imputa en varios casos de considerable gravedad. Camps no mueve un dedo, mientras al alcalde de Orihuela, tambi¨¦n del PP, Jos¨¦ Manuel Medina, el fiscal anticorrupci¨®n de Alicante, Felipe Briones, lo denuncia por una treintena de supuestos delitos contables y urban¨ªsticos relacionados con su gesti¨®n al frente del Ayuntamiento: hay presunci¨®n de cohecho, prevaricaci¨®n y tr¨¢fico de influencias. El primer edil oriolano se pasea en un Rolls Royce, propiedad de un promotor inmobiliario, como el chal¨¦ en el que reside, a cambio de ciertas adjudicaciones municipales y recalificaciones de suelo, irregulares e injustificadas. Desde el Congreso de los Diputados, L¨®pez Garrido, portavoz del PSOE, ha se?alado, en rueda de prensa, el "espeso silencio" de Mariano Rajoy, ante estos casos tan flagrantes. ?Y qu¨¦ medidas pol¨ªticas ha tomado el presidente Camps?, ?es al menos consciente de sus responsabilidades y deberes para quienes le han dado su confianza? Si lo es, permanece en silencio, muy ocupado, al parecer, en hacerse una demoscopia a sus deseos. Lo cierto es que la corrupci¨®n se desborda bajo un Gobierno conservador que no se da por enterado. En tanto se enfrentan abiertamente campistas y zaplanistas, el hedor a pelotazo y podredumbre tira de espaldas. Qu¨¦ basura.