He tenido un sue?o
ESTUVE EN UN TRIS de estudiar psicolog¨ªa pero la sola idea de imaginar que mis pacientes me contaran sus sue?os me ech¨® para atr¨¢s. Me di cuenta de que si a mi consulta ven¨ªa un tipo y me contaba que so?aba que estaba paseando por la calle y de pronto se daba cuenta de que estaba desnudo y sent¨ªa una verg¨¹enza terrible, yo, en el mejor de los casos, har¨ªa ese gesto de mirar hacia arriba como diciendo, pero qu¨¦ co?azo, por Dios, y en el peor, le dir¨ªa, pero cretino, usted no tiene orejas a cada lado de la cabeza, usted no sabe que eso lo sue?a todo el mundo en alg¨²n momento de su vida. Le dir¨ªa, f¨ªjese lo que le digo, caballerete, prefiero renunciar a la nada desde?able suma que usted me paga a contribuir a engordar su ego. ?Hala, puerta! A d¨ªa de hoy me atrever¨ªa a asegurar que la peor consecuencia de la popularidad del psicoan¨¢lisis ha sido la importancia desmedida que se da a los sue?os. Cuando estoy leyendo una novela y de pronto el escritor te endilga un sue?o pienso, qu¨¦ falta de respeto. Cuando en una pel¨ªcula el director tiene el morro de comunicarte en los cinco ¨²ltimos minutos que todo era un sue?o se me hincha la femoral. Hay excepciones, como El Mago de Oz: a una pel¨ªcula en la que sale Judy Garland cantando Over the Rainbow se le puede permitir que sea una mamarrachada. Yo he tenido que escuchar muchos sue?os (y eso que renunci¨¦ a la psicolog¨ªa). A d¨ªa de hoy he llegado a la conclusi¨®n de que saber escuchar es la peor desgracia que te puede pasar en la vida: todo el mundo te da la brasa con su infancia y con sus sue?os. Soy de la opini¨®n de que a cierta edad cada uno deber¨ªa saber interpretarse sus propios sue?os. Yo los m¨ªos los tengo interpretados. Tengo pesadillas recurrentes f¨¢cilmente interpretables: son el resultado del Tempranillo ingerido la noche anterior. Esta semana pasada tuve cinco pesadillas recurrentes cinco noches seguidas. Pero ni por un momento se me pas¨® por la cabeza ir al psic¨®logo, m¨¢s bien acarici¨¦ la idea de visitar las dependencias de Alcoh¨®licos An¨®nimos que tengo cerca de mi casa. Dir¨¢n que soy una so?adora pero para m¨ª (concretamente) ser¨ªa como el tope de la realizaci¨®n de mis sue?os: salir ah¨ª, a ese atril, como una m¨¢s, y decir: "My name is tatat¨¢". Bueno, al tiempo. Tambi¨¦n tengo sue?os felic¨ªsimos. En mis sue?os felices siempre sale gente importante con la que supuestamente mantengo una relaci¨®n de absoluta camarader¨ªa. Estos sue?os tambi¨¦n los tengo bastante interpretados: tengo aires de grandeza. No hace falta que venga un psic¨®logo a dec¨ªrmelo. No admito a cualquiera en mi mundo on¨ªrico. Hace poco so?¨¦ que al despertar ve¨ªa a Javier Mar¨ªas en un rinc¨®n de mi habitaci¨®n, muy elegante, con un sombrero de fieltro a?os cuarenta. Yo le dec¨ªa: "Ay, Javier, a veces te dan unos puntos m¨¢s raros..., no s¨¦ por qu¨¦ escribiste ese art¨ªculo tan furibundo contra los hombres que llevan sombrero, un hombre con sombrero vale por dos", y ¨¦l, visiblemente halagado, dec¨ªa: "V¨ªstete, que te llevo a comer con mis hermanos", yo me levantaba de la cama con los tacones puestos y preguntaba: "?Y qu¨¦ me dareis de comer?", y ¨¦l me respond¨ªa tendi¨¦ndome la mano: "Marisco". Tambi¨¦n he so?ado much¨ªsimas veces que iba a comprar zapatos con la Infanta Elena por la calle Augusto Figuroa. El otro d¨ªa ella me dec¨ªa: "A mi hermana y a m¨ª pap¨¢ siempre nos dice que no nos pongamos tacones en las recepciones porque con la altura que tenemos (ya de por s¨ª) nos ponemos demasiado jaquetonas e intimidamos a los mandatarios extranjeros". Y yo le dije: "Pues en otras cosas ya sabes que yo a tu padre no le doy la raz¨®n (para nada) pero en esta tengo que d¨¢rsela, mal que me pese". Es un sue?o enigm¨¢tico porque me gustar¨ªa saber en qu¨¦ le quito yo la raz¨®n al Rey con ese desparpajo. Desparpajo, esa es la palabra. La otra noche le dije a Tom Cruise: "Est¨¢s hecho un freaky, t¨ªo, te lo digo yo ya que nadie se atreve a dec¨ªrtelo a la cara: vas a acabar como Michael Jackson". El jueves me despert¨¦ ri¨¦ndome: estaba tomando caf¨¦ con el marido de la reina de Dinamarca, este hombre extravagante que siempre tiene salidas inesperadas y que ¨²ltimamente ha afirmado que comi¨® carne de perro y le gust¨®, y ¨¦l me dec¨ªa: "Vete si quieres a dormir la siesta con tu marido que yo me quedo aqu¨ª viendo el Tomate, a ver si salgo", y yo le respond¨ªa: "S¨ª, hombre, te dejo a solas con mi perro y vas y te lo comes, no te jode". Al t¨ªo le daba un ataque de risa y dec¨ªa: "Pero qu¨¦ salidas tienes, chiquilla, los gaditanos llevais la gracia en la sangre". Tambi¨¦n estaba aquel otro sue?o en el que descubr¨ªa a la ministra de Educaci¨®n fisgando dentro de mi frigor¨ªfico, "pero t¨ªa, qu¨¦ ordenadito lo tienes todo, a ti lo que pega, por lo que te he le¨ªdo, es tenerlo lleno de yogures pasados de fecha". Y yo le dec¨ªa: "Es que me lo ordena Beckham", y me dec¨ªa Merceres Cabrera, "ya te vale". Y yo pensaba, jo¨¦, qu¨¦ macarra la ministra. Y este tipo de sue?os un d¨ªa y otro y otro (quitando los d¨ªas del Tempranillo, claro est¨¢). Esto ven¨ªa a cuento porque me ha pasado algo extraordinario, ayer so?¨¦ que recib¨ªa el siguiente mensaje de texto de Tita Cervera: "Manifa en el paseo del Prado contra las obras de Gallard¨®n. P¨¢salo". Pero es que cuando me despert¨¦ dicho mensaje estaba de verdad en el m¨®vil. Y desde entonces como que no puedo con la duda: si el sue?o se ha hecho realidad: ?ser¨¢ la propia Baronesa la que est¨¢ enviando los mensajes? Qu¨¦ fuerte.
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