La misi¨®n de Ahmadineyad
La vieja revoluci¨®n isl¨¢mica ha encontrado en el presidente al salvador del orgullo nacional iran¨ª
Sahar est¨¢ lejos del estereotipo de iran¨ª fundamentalista. Bajo el pa?uelo y la bata negros con los que se cubre para ir a la universidad asoman un mech¨®n de pelo, un rostro maquillado y unos ajustados vaqueros. Sus maneras y su dominio de una lengua extranjera tambi¨¦n apuntan a una familia de clase media urbana. Sin embargo, defiende sin reparos a su presidente, el pol¨¦mico Mahmud Ahmadineyad. "Tiene el valor de decir lo que piensa, y voluntad y coraje para enfrentarse a Estados Unidos", afirma.
Y es precisamente ese enfrentamiento con EE UU, sus diatribas contra Israel y sus discursos desafiantes sobre la crisis nuclear lo que ha puesto a Ahmadineyad en el punto de mira internacional. Alarmados ante su ret¨®rica grandilocuente, diplom¨¢ticos y periodistas le tacharon de novato y luego de loco: es el hombre que ha puesto en duda el holocausto, que ha ensalzado la idea de borrar del mapa a Israel y que ha amenazado a Estados Unidos si es agredido. Pero m¨¢s all¨¢ de su ret¨®rica, ?qui¨¦n es Ahmadineyad? El ingeniero islamista, casi desconocido hasta su elecci¨®n el pasado junio, considerado un "psic¨®pata" por el primer ministro israel¨ª, Ehud Olmert, es un populista al estilo Hugo Ch¨¢vez que ha asumido una misi¨®n clara: recuperar el orgullo nacional iran¨ª para salvar el r¨¦gimen isl¨¢mico.
Para los iran¨ªes, hay dos Ahmadineyad. Uno es valiente, honrado y cercano. El otro, inexperto, pat¨¢n y una pizca xen¨®fobo
Con esta pol¨ªtica "puede obtener una victoria diplom¨¢tica a corto plazo, pero a la larga da?a los intereses nacionales", dice Bavand
."?Por qu¨¦ la naci¨®n palestina debe pagar el precio del Holocausto? Que [Occidente] d¨¦ parte de su territorio a los jud¨ªos". (14/12/2005)
"Ir¨¢n avanzar¨¢ hacia el desarrollo de la energ¨ªa at¨®mica para fines pac¨ªficos. No nos asustan las potencias". (19/1/2006)
"Si Dios quiere seremos testigos de un mundo sin EE UU y sin la entidad sionista (...), que debe ser borrada del mapa". (26/12/2005)
"Grandes potencias est¨¢n intentando bloquear el progreso de otros pa¨ªses mediante el acoso". (14/3/2006)
"El Ej¨¦rcito iran¨ª cortar¨¢ las manos a cualquier agresor y cubrir¨¢ de verg¨¹enza al enemigo". (18/4/2006)
"Con ayuda de Dios llevaremos a George Bush en un futuro pr¨®ximo ante el tribunal de los pueblos". (1/2/2006)
Credenciales populistas
Sus credenciales populistas quedaron claras para quien se fij¨® en aquella imagen en la que, poco despu¨¦s de ser elegido alcalde de Teher¨¢n en 2003, aparec¨ªa barriendo una calle con el mono anaranjado de los empleados de la limpieza. Pero entonces, este hijo de herrero que dos a?os m¨¢s tarde iba a traer de cabeza al mundo era a¨²n un don nadie para la pol¨ªtica internacional. Hasta llegar a la alcald¨ªa de la capital, su trayectoria personal y pol¨ªtica hab¨ªa sido tan discreta como llena de sombras.
Algunos analistas buscan en su pasado basiyi o su pertenencia a la secta mesi¨¢nica de los Anyuman Hoyatie las ra¨ªces de sus convicciones revolucionarias. Pero tal vez sea m¨¢s sencillo que todo eso. Ahmadineyad creci¨® influido tanto por la religiosidad de su madre como por los efectos de la occi-dentalizaci¨®n que el sha impuso a Ir¨¢n. Su barrio, Narmak, estaba lleno de obreros emigrados de provincias, los mostazafin, o desheredados, a los que apelaban Jomeini y la revoluci¨®n isl¨¢mica.
Si se pregunta a los iran¨ªes, hay dos Ahmadineyad. Uno es valiente, honrado y cercano. El otro, inexperto, pat¨¢n y una pizca xen¨®fobo. Las distintas apreciaciones muestran la divisi¨®n de esta sociedad entre partidarios de una identidad extremadamente ind¨ªgena y defensores de la integraci¨®n en el mundo, entre revolucionarios e internacionalistas. Una diferencia ¨¦sta que no s¨®lo es pol¨ªtica, sino filos¨®fica porque se traduce en una concepci¨®n distinta de la vida, de la religi¨®n y del propio Ir¨¢n. Aunque el nuevo presidente ha profundizado esa brecha, su elecci¨®n tambi¨¦n ha revelado la existencia de un sector aquejado sobre todo por el empobrecimiento tras 27 a?os de revoluci¨®n.
M¨¢s all¨¢ de un n¨²cleo duro y fuertemente ideologizado de basiyis, pasdar¨¢n y familias de m¨¢rtires, es a ciudadanos como Sahar a quienes ha conquistado Ahmadineyad con su lenguaje directo, su estilo sencillo y la reafirmaci¨®n del orgullo nacional. "Es de una llaneza cautivadora", admite el embajador de un pa¨ªs latinoamericano que le ha conocido. "No se ha forjado en las luchas de poder de los cl¨¦rigos, sino en los campos de minas de la guerra contra Irak".
Este hijo modelo de la Revoluci¨®n Isl¨¢mica cuenta sin duda con el respaldo de ese 20% de iran¨ªes que creen apasionadamente en los ideales de aqu¨¦lla y se benefician de la munificencia del Estado que trajo consigo (los subsidios alcanzaron 17.000 millones de d¨®lares el a?o pasado). Pero su lenguaje de justicia social ha traspasado esa capa de la sociedad para alcanzar a unas clases medias cansadas de un cambio que nunca terminaba de llegar.
"Nos equivocamos", reconocen la mayor¨ªa de los observadores que en septiembre, tras su controvertida intervenci¨®n ante la Asamblea General de la ONU, le auguraron cuatro telediarios. Todo su discurso antiimperialista y antiisrael¨ª ten¨ªa un objetivo bien preciso: ampliar su base popular para legitimar su ¨®rdago a la comunidad internacional. "Si Ir¨¢n consigue dominar la tecnolog¨ªa nuclear, y por ende la capacidad para fabricar armas at¨®micas, cambian todos los par¨¢metros de sus relaciones internacionales y entonces tenemos r¨¦gimen para rato", interpretan ahora.
A pesar de que la responsabilidad de la pol¨ªtica nuclear recae sobre el Consejo Supremo de Seguridad Nacional (un ¨®rgano colegiado que informa al l¨ªder espiritual y verdadero n¨²mero uno del pa¨ªs, el ayatol¨¢ Al¨ª Jamenei), Ahmadineyad se ha apropiado de la defensa de ese programa sin dejar espacio para la contestaci¨®n.
Una causa nacional
"Ha sido muy inteligente. Ha convertido la energ¨ªa nuclear en una causa nacional", admite un ex alto funcionario del Gobierno de Jatam¨ª. La fuente, que como la mayor¨ªa de los entrevistados para este reportaje pide el anonimato, califica de "peligroso" el camino que ha emprendido, pero responsabiliza a Estados Unidos. "Son ellos quienes nos han echado en brazos de los radicales. Les ayudamos en Afganist¨¢n y nos lo agradecieron incluy¨¦ndonos en el eje del mal; tampoco han reconocido nuestra cooperaci¨®n en Irak. Los iran¨ªes se han cansado de mendigar el reconocimiento internacional y por eso apoyan el lenguaje de confrontaci¨®n de Ahmadineyad", apunta.
Por supuesto, el respaldo no es un¨¢nime. "Ha da?ado la imagen de Ir¨¢n en el mundo", lamenta un reconocido analista pol¨ªtico. Pero eso s¨®lo preocupa a las ¨¦lites intelectuales y empresariales. Los primeros hablan de presiones, autocensura y miedo. Los segundos, de un par¨®n en la inversi¨®n extranjera, problemas para encontrar financiaci¨®n y aumento de la tasa de riesgo pa¨ªs.
"Est¨¢ produciendo incomodidad e inseguridad en los iran¨ªes pol¨ªticamente conscientes", se?ala el profesor de Derecho Internacional y ex diplom¨¢tico Davud Hermidas Bavand. En su opini¨®n, esa pol¨ªtica "puede obtener una victoria diplom¨¢tica a corto plazo, pero a la larga da?a los intereses nacionales". En cualquier caso, no hay v¨ªas para canalizar el descontento. Con el movimiento reformista cl¨ªnicamente muerto, la ¨²nica oposici¨®n podr¨ªa venir de los sectores pragm¨¢ticos que se agrupan en torno al ex presidente Al¨ª Akbar Hachemi Rafsanyani.
"?l opina que Ahmadineyad lo est¨¢ haciendo mal", conf¨ªa alguien pr¨®ximo al veterano pol¨ªtico. Sin embargo, se muestran cautos. "?Y si le sale bien la jugada?", plantean como algo que no es del todo improbable dada la divisi¨®n internacional y el bloqueo de Estados Unidos en Irak. Entonces habr¨¢ ganado un enorme capital pol¨ªtico que garantizar¨¢ la supervivencia del r¨¦gimen. Porque, y ah¨ª todos est¨¢n unidos, el logro tecnol¨®gico es un gran orgullo nacional. S¨®lo hay que ver la reacci¨®n al anuncio de que se hab¨ªa conseguido enriquecer uranio al 3,6%.
"Para Ir¨¢n es un gran honor porque lo hemos logrado por nuestros propios medios", se?ala Sahar, sin que la menci¨®n a la ayuda paquistan¨ª o rusa mermen su entusiasmo. La prensa local habla ahora de Ir¨¢n como una potencia nuclear. Pero incluso Karim, tambi¨¦n estudiante y que no simpatiza con las pol¨ªticas de Ahmadineyad, se muestra henchido. "Los pa¨ªses que han logrado esa tecnolog¨ªa no quieren que los dem¨¢s accedan a ella para mantenerlos dependientes", manifiesta.
La mayor¨ªa de los entrevistados durante los ¨²ltimos meses se han mostrado convencidos de que Occidente quiere frenar el desarrollo tecnol¨®gico de Ir¨¢n. Muy pocos critican el programa nuclear per se, todo lo m¨¢s la forma en que se gestiona la crisis. "La gente no est¨¢ preparada para decir lo que siente. Piensan: ?para qu¨¦ me voy a arriesgar?", asegura el reformista Eisa Saharjis.
Incluso quienes como Zeinab, una universitaria de Shiraz que se cubre con el tradicional chador, consideran que el dinero debiera gastarse en otras necesidades m¨¢s urgentes, rechazan la interferencia exterior, en especial de Estados Unidos. "?C¨®mo se atreven a decirnos que Ir¨¢n es un pa¨ªs terrorista cuando son ellos los ¨²nicos que han lanzado una bomba nuclear y provocado la violencia en un sinf¨ªn de pa¨ªses?", se indigna, por su parte, la joven Fatemeh.
Las ideas de 1979
"Los iran¨ªes apoyaron la revoluci¨®n en 1979 porque era un movimiento antiimperialista y antiestadounidense, y en buena medida esas ideas a¨²n siguen vigentes", admite Saharjis. "Quieren ser ellos mismos los que decidan qu¨¦ pueden tener y qu¨¦ no; incluso si existen tensiones internas, quieren ser ellos los que reclamen sus derechos".
Ahmadineyad ha sabido capitalizar ese sentimiento nacionalista, pero los observadores advierten de que para mantenerlo tambi¨¦n necesita que sus promesas de justicia social -de "poner los ingresos del petr¨®leo sobre la mesa de los iran¨ªes", seg¨²n dijo en su campa?a electoral- empiecen a dar frutos. Y ah¨ª es donde las valoraciones difieren. En su conferencia de prensa de la semana pasada, el presidente defendi¨® su trabajo de estos ¨²ltimos ocho meses. Record¨® que est¨¢ acercando el Gobierno a las provincias, y que sus pol¨ªticas se centran en los m¨¢s desfavorecidos y que lucha contra la inflaci¨®n (15%) y el desempleo (12%), las costuras por las que se desangra el r¨¦gimen.
Sus salidas a provincias, 12 hasta ahora, est¨¢n llevando sin duda un mensaje de esperanza a amplios sectores de la poblaci¨®n que en 27 a?os de sistema isl¨¢mico apenas hab¨ªan recibido unas migas del pastel. Seg¨²n el Ministerio de Asuntos Sociales, 11,3 millones de iran¨ªes viven por debajo de la l¨ªnea de la pobreza. En cada desplazamiento, acompa?ado por una buena parte de su Gabinete, promete asfaltar carreteras, construir centros deportivos, escuelas y mezquitas. Y el pa¨ªs descubre que el 48% de las carreteras rurales no est¨¢n asfaltadas o que 1,5 millones de familias carecen de una vivienda digna de ese nombre.
Con un 70% de la poblaci¨®n menor de 30 a?os, la juventud es otra de sus prioridades. Nada m¨¢s formar Gobierno, anunci¨® la creaci¨®n del Fondo Reza del Amor para ayudar a los j¨®venes a afrontar los gastos de boda y la compra de su primera casa. El encarecimiento de la vivienda y el paro, que entre los 16 y los 24 a?os triplica la media nacional, han elevado la edad de matrimonio a 25 a?os para las mujeres y 28 para los hombres, lo que constituye un grave problema en una sociedad donde las relaciones prematrimoniales son tab¨². De momento, el Fondo est¨¢ pendiente de aprobaci¨®n por el Parlamento, pero no se espera que encuentre oposici¨®n.
M¨¢s adelantado parece su programa de acciones de justicia, por el cual van a repartirse entre la poblaci¨®n valores de empresas p¨²blicas por un monto de entre 400 y 500 billones de riales (entre 40.000 y 50.000 millones de euros). Se calcula que unos 20 millones de iran¨ªes, seleccionados por sus bajos ingresos, van a beneficiarse de ese reparto. A pesar de la opacidad del proceso (esta corresponsal intent¨® sin ¨¦xito que un responsable le explicara el plan), las noticias publicadas en la prensa local hablan de que 700.000 personas ya han recibido una primera cuota por valor de cinco millones en las cuatro provincias m¨¢s deprimidas del pa¨ªs: Ilam, Sist¨¢n-Baluchist¨¢n, Kohkiluyeh-Boyerahmad y Joras¨¢n Sur.
Los primeros beneficiarios han sido personas dependientes de organizaciones caritativas como viudas, hu¨¦rfanos, veteranos de guerra y minusv¨¢lidos. Seg¨²n declar¨® Ahmadineyad hace una semana, los siguientes en recibir acciones de justicia van a ser los obreros y los maestros, cuyos sueldos apenas llegan a 100 y 150 euros mensuales, respectivamente. Cuando concluya la primera fase de la distribuci¨®n, el pr¨®ximo octubre, 8,5 millones de iran¨ªes habr¨¢n entrado en el mercado de capitales.
"Las acciones de justicia no pueden sustituir a la privatizaci¨®n que recomendaba el tercer plan de desarrollo econ¨®mico quinquenal (2000-2005)", criticaba recientemente un informe del peri¨®dico Iran Daily. "El Estado va a seguir manteniendo el control de las empresas, qued¨¢ndose con un 51% de las acciones", a?ad¨ªa. Adem¨¢s, dado que la gente no va a pagar por esas acciones (que en principio se distribuyen a un tercio de su valor y se financian a 20 a?os), suponen un coste a?adido para las arcas estatales.
Mucha labia
"Es pan para hoy y hambre para ma?ana", denuncia Saharjis. "No sabe nada de pol¨ªtica, ni de econom¨ªa, s¨®lo tiene labia. S¨ª, los cr¨¦ditos para que los j¨®venes se casen son importantes para la gente, pero si ese dinero se empleara en pol¨ªticas que fomentaran el empleo, no har¨ªa falta darles ayudas y podr¨ªan comprarse la casa por s¨ª mismos. Es una pol¨ªtica de parches. Resuelven los problemas durante un a?o, ?y luego?".
"No es cierto que el Gobierno est¨¦ controlando la inflaci¨®n", apunta, por su parte, un economista. "Est¨¢ manteniendo los precios bajos de forma artificial gracias a los excedentes del petr¨®leo que le permiten inundar el mercado de productos de primera necesidad, pero esto s¨®lo aumentar¨¢ la inflaci¨®n dentro de seis meses. No hay una pol¨ªtica econ¨®mica".
El recurso abusivo a los excedentes del petr¨®leo ha sido criticado por los propios aliados conservadores de Ahmadineyad en el Parlamento. Su primer presupuesto, para el a?o fiscal en curso (marzo 2006-marzo 2007), ha aumentado un 25% sobre el precedente bas¨¢ndose en un c¨¢lculo del precio del crudo a 40 d¨®lares el barril. Aun as¨ª, muchos diputados dudan de que alcance para cumplir sus promesas electorales.
De momento, en la calle no ha habido cambios significativos. "Ahmadineyad no es un profeta que hace milagros, y menos en ocho meses. Podremos evaluarle cuando cumpla su mandato; mientras tanto, nos gusta lo que dice y el hecho de que su vida privada es como la nuestra", concluye Hamid, un
basiyi profundamente religioso que recoge un sentimiento muy extendido. ?l, como muchos otros iran¨ªes, valora que los hijos del presidente, dos chicos y una chica, sigan desplaz¨¢ndose por la capital en autob¨²s.
Una biograf¨ªa oficial con 'lapsus'
LA BIOGRAF?A OFICIAL de su p¨¢gina web (http://www.president.ir/eng/) cuenta que Ahmadineyad naci¨® en 1956 en Aradan, un pueblo situado a un centenar de kil¨®metros al oeste de Teher¨¢n. Su padre se traslad¨® a la capital en busca de sustento para su familia cuando ¨¦l ten¨ªa un a?o. El tercero de siete hermanos, Mahmud, estudi¨® Ingenier¨ªa Civil en la Universidad de Ciencia y Tecnolog¨ªa y se embarc¨® en actividades pol¨ªticas que le llevaron a estar entre los miembros fundadores de la Asociaci¨®n de Estudiantes Isl¨¢micos, el grupo que tom¨® la Embajada de Estados Unidos. Tambi¨¦n cuenta que, al estallar la guerra con Irak, se alist¨® en la milicia de voluntarios conocidos como basiyis.
Queda la duda de si particip¨® en el secuestro de los diplom¨¢ticos norteamericanos, como le acusan algunos de los ex rehenes. Varios de los implicados, que hoy militan en el bando reformista y no tienen, pues,
razones para protegerle, lo han negado. Tampoco est¨¢ claro qu¨¦ hizo exactamente durante los ocho a?os de la guerra con Irak. La falta de datos precisos alienta los rumores sobre sus lazos con los servicios secretos de los pasdar¨¢n, o Guardianes de la Revoluci¨®n, el ej¨¦rcito ideol¨®gico del r¨¦gimen, y su supuesta implicaci¨®n en la tortura y liquidaci¨®n de opositores al nuevo sistema. Los miembros del Parlamento austriaco sospechan que particip¨® en el asesinato del disidente kurdo Rahman Ghasemlu, en el a?o 1989, en Viena, pero no han logrado encontrar pruebas.
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