El Ayuntamiento reformar¨¢ varias plazas para destinar m¨¢s espacio a los peatones
Un concurso de ideas servir¨¢ para dar forma a una nueva plaza de Urquinaona
Barcelona tiene plazas. Como cualquier otra ciudad del mundo, antigua o moderna. Pero no todas son iguales ni tienen el mismo porvenir. Hay plazas para estar, pasar y sentarse, tomar el sol y hasta un aperitivo. Son plazas para casi todo. Y otras que son para casi nada, puros elementos en la reordenaci¨®n del tr¨¢fico. La pol¨ªtica del municipio, explica el arquitecto municipal Oriol Clos, es la de potenciar el papel de los peatones en detrimento del coche, eso s¨ª, sin calendario ni horizonte. Se trata de poco a poco ir ganando palmo a palmo.
Hay dos plazas que ya est¨¢n en cuarentena: la de Urquinaona, para cuya reforma est¨¢ en marcha un concurso de encargos, y la de Espanya, con su reforma general vinculada a la reestructuraci¨®n de la l¨ªnea de Ferrocarrils de la Generalitat, que se prolongar¨¢ hasta otra plaza para mirar y no tocar: la de Francesc Maci¨¤.
En la Barcelona antigua hay un par de plazas bien conocidas: la de Sant Jaume y la de Sant Miquel. Esta ¨²ltima era, hasta hace cuatro d¨ªas, lugar de aparcamiento municipal; ahora lo es menos. Ha sido casi limpiada y puede ser utilizada por ni?os para los juegos. La de Sant Jaume la comparten los turistas que acuden a ver los edificios g¨®ticos y no pocos veh¨ªculos de carga. Est¨¢ prohibido, pero tambi¨¦n aparcan los coches oficiales de los consejeros con una tolerancia casi universal.
M¨¢s abajo, la plaza de la Catedral es tambi¨¦n pasto del turismo y, en la zona cercana a Via Laietana, aparcamiento de motos. A lado y lado. A centenares. Sus conductores entran y salen conduciendo de modo tambi¨¦n tolerado.
Esta pol¨ªtica de entrega al veh¨ªculo de motor no es universal. En las que flanquean las rondas que circunvalan a la Barcelona antigua se ha trabajado, en lo posible, para que convivan motores y peatones. Es el caso de las tres grandes plazas enlazadas: Urquinaona, Catalunya y Universitat. Esta ¨²ltima es la m¨¢s lograda para las personas. Pese a que se trabaj¨® en ella con las restricciones que imponen los accesos a las l¨ªneas de metro del subsuelo. Algunos ec¨®logos la ponen como ejemplo de plaza c¨¢lida, m¨¢s a¨²n, t¨®rrida, porque el suelo reverbera y en verano es de uso casi imposible por la falta de ¨¢rboles. El municipio se defiende: se ha ganado el m¨¢ximo espacio para las personas y no hay ¨¢rboles porque no hay subsuelo. Pero el resultado, dice Oriol Clos, es bastante bueno, aunque quede por resolver la conexi¨®n con la ronda de Sant Antoni.
Reforma permanente
La de Catalunya ha vivido una reforma permanente. La ¨²ltima consisti¨® en ampliar las zonas peatonales del sur y el norte. Es decir, la zona que conecta las dos ramblas y la de los grandes almacenes. En un futuro impreciso se ampliar¨¢n el resto de las aceras, pero no se prev¨¦ en ning¨²n caso eliminar el tr¨¢fico de superficie ni, en modo alguno, tocar las fuentes del centro.
En el caso de Urquinaona, Clos s¨ª asume que hace falta una revisi¨®n general del espacio, Ahora s¨®lo lo pueden utilizar los coches y ni siquiera la soluci¨®n para el tr¨¢fico es la mejor. De modo que se ha abierto un concurso de ideas que un d¨ªa de estos (o un mes o un a?o, porque no hay fecha determinada) dar¨¢ los frutos esperados.
Pero est¨¢ el asunto de la Gran Via, una avenida jalonada por plazas desde su inicio hasta, casi, su final. La primera que se encuentra el conductor que quiera cruzarla de sur a norte es la de Cerd¨¤. Inh¨¢bil para el peat¨®n, puro ordenador del tr¨¢fico. En su d¨ªa se planificaron all¨ª diversas soluciones, encargadas algunas a Mariscal. Todo ha quedado en nada y nada se espera hacer all¨ª. El vac¨ªo central seguir¨¢ durante tiempo y tiempo.
M¨¢s adelante est¨¢ la de Espanya. Una de las m¨¢s extensas de Catalu?a (si se le a?ade el espacio de la feria, en proyecto de ser liberado), pero tambi¨¦n una de las m¨¢s inh¨®spitas para el peat¨®n. El municipio quiere actuar en ella de modo dr¨¢stico, aprovechando el conjunto de reformas que vive: desde la reconversi¨®n de la antigua plaza de toros hasta la marcha a Montju?c 2 de los salones feriales m¨¢s concurridos, pasando por la prolongaci¨®n de la l¨ªnea de Ferrocarrils del Baix Llobregat hasta Francesc Maci¨¤. La idea central de la futura plaza es que el peat¨®n no tenga que hacer un marat¨®n para cruzarla, que es lo que ocurre ahora. Adem¨¢s, se intentar¨¢ pacificar al m¨¢ximo un tr¨¢fico que llega acelerado del exterior de Barcelona o que acelera ante la promesa de la falsa autov¨ªa de Castelldefels.
En el otro extremo de la avenida se encuentra una de las plazas m¨¢s castigadas de Barcelona: la de Tetuan. Llegar a ella a pie es un deporte de riesgo y permanecer en ella, hacer oposici¨®n a quedarse sordo porque est¨¢ rodeada de tr¨¢fico por todas partes menos por una: el aire. Y a¨²n alguna vez un conductor osado se ha levantado del suelo debido a un inc¨ªvico exceso de velocidad. Se mejorar¨¢, dice Oriol Clos, pero no puede, de momento, precisar en qu¨¦ sentido, salvo que tender¨¢ a reducir la presencia de coches y a facilitar la movilidad de las personas.
Luego est¨¢ Gl¨°ries. Caso aparte. ?Es una plaza grande o un parque peque?o? Su reconversi¨®n general est¨¢ anunciada, pese a que en su estado actual tiene menos de 15 a?os.
En cambio, en los viejos barrios barceloneses, la pol¨ªtica de recuperaci¨®n de plazas, expulsando, cuando se ha podido, a las m¨¢quinas, ha dado buenos resultados. Sobre todo en Sant Andreu, Gr¨¤cia, Sants y el viejo n¨²cleo de Les Corts. En Sarri¨¤, la reforma de la vieja plaza de la iglesia, denominada durante unos a?os de Zorrilla, ha conseguido una cierta ampliaci¨®n y su pacificaci¨®n por la zona que conecta con el n¨²cleo antiguo, pero la v¨ªa que la cruza sigue siendo de tr¨¢fico denso.
Un monumento verde
En el Eixample no hay plazas. Al menos, en su sentido habitual. Eso no quita, explica Oriol Clos, que los cruces con chafl¨¢n sean, en muchos casos, m¨¢s amplios y luminosos porque, adem¨¢s de la movilidad, la plaza es tambi¨¦n una fuente de luz para las viviendas que la rodean. No obstante, los chaflanes no pueden sustituir a las plazas en el sentido de que la gente est¨¦ en ellos. La alternativa, explica Clos, son los patios interiores de manzana, con bastantes de ellos ya recuperados en una pol¨ªtica que ir¨¢ a m¨¢s.
En cuanto a la plaza de Francesc Maci¨¤, es harina de otro costal. De hecho, el responsable municipal de Arquitectura opina que no es necesaria para los vecinos, que disponen de amplios espacios de estar en las inmediaciones: Pau Casals, la reformada avenida de Tarradellas y el Tur¨® Parc, de modo que los jardines de Rubi¨® i Tudur¨ª, que est¨¢n en el centro, seguir¨¢n ah¨ª in¨²tiles para el peat¨®n y s¨®lo perceptibles para la vista, siempre y cuando no se interponga uno de los centenares de autobuses que la cruzan. No se tocar¨¢n porque son, afirma Clos, "un monumento": se refiere al jard¨ªn verde.
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