Milicianos de Ham¨¢s y Fatah combaten a tiros en las calles de Gaza
Tres muertos en el enfrentamiento m¨¢s violento desde la victoria electoral de los integristas
Dos militantes de Fatah, el partido del presidente palestino, Mahmud Abbas, y uno del gobernante Ham¨¢s murieron a tiros en la madrugada de ayer en Jan Yunis (Gaza), despu¨¦s de que ambos grupos liberaran a miembros de las facciones rivales secuestrados horas antes. Es el incidente m¨¢s grave desde el triunfo islamista en las elecciones de enero. Y en ambos bandos cunde la sensaci¨®n de que no ser¨¢ el ¨²ltimo. Fatah digiere mal la derrota pol¨ªtica. Y Ham¨¢s no est¨¢ dispuesto a que le arrebaten por la fuerza el terreno ganado en las urnas.
Las partes ofrecieron versiones contradictorias sobre el choque de Abasan, un municipio adyacente a Jan Yunis, en el que las refriegas armadas han sido frecuentes desde hace dos meses. A las dos de la madrugada de ayer, cada facci¨®n manten¨ªa secuestrados a tres o cuatro activistas.
Poco despu¨¦s, dirigentes de ambos grupos pactaron la liberaci¨®n. Pero en el intercambio de cautivos comenz¨® un tiroteo y un islamista fue abatido y 10 personas resultaron heridas. Poco tiempo pas¨® para que la milicia de Ham¨¢s se cobrara venganza disparando contra un veh¨ªculo en el que viajaban afiliados de Fatah. Murieron dos de los ocupantes. Choques a balazos espor¨¢dicos se prodigaron hasta las diez de la ma?ana. Incluso simpatizantes de Ham¨¢s opinaban ayer que la muerte de los dos afiliados de Fatah, en respuesta al tiroteo en el que pereci¨® uno de los suyos, era una se?al de que el movimiento fundamentalista no va a arredrarse en la batalla por el poder en los territorios palestinos. Y menos a¨²n en Gaza, su basti¨®n.
No obstante, Jan Yunis, al sur de la franja de Gaza, ha sido el feudo de Mohamed Dahlan, uno de los mandamases del partido de Abbas, aunque Ham¨¢s logr¨® tres de los cinco esca?os en juego en los comicios del 25 de enero. Ayer a mediod¨ªa, decenas de hombres armados, uniformados o no, pululaban por la ciudad. Nadie ocultaba que el entierro de las v¨ªctimas pudiera ser escenario de m¨¢s incidentes.
Ismail Haniya, primer ministro palestino, asegur¨® en Gaza: "He dado instrucciones al Ministerio del Interior para que tome todas las medidas necesarias para poner fin al derramamiento de sangre y que los altercados no se extiendan a otras zonas". Tambi¨¦n un portavoz de Fatah llam¨® a detener los enfrentamientos armados. Pero la tensi¨®n es evidente. No s¨®lo en las ciudades y pueblos, que sufren una depresi¨®n econ¨®mica aguda, sino tambi¨¦n en los despachos oficiales. La pugna por el control de los cuerpos de seguridad y sus 70.000 polic¨ªas y militares entre Fatah y Ham¨¢s es encarnizada. Abbas se resiste a ceder las riendas de la seguridad al Ejecutivo de Haniya y ha nombrado a sus fieles al frente de los organismos de seguridad. El Gobierno de Ham¨¢s ha respondido creando nuevos cuerpos de uniformados.
A pesar de que ambos pol¨ªticos han mantenido varias reuniones en las ¨²ltimas semanas, la violencia sigue. Pero las provocaciones parecen partir de los simpatizantes de Fatah. Lo admiten funcionarios nada proclives a las tesis de Ham¨¢s. "Si Fatah sigue creando problemas, el Gobierno puede colapsar", admite Abdelhakim Nassar, alto funcionario del Ministerio de Informaci¨®n.
"Es muy probable que broten choques localizados, pero no creo que se produzca una guerra civil. Eso es para las diferentes facciones una l¨ªnea roja", comenta el ensayista y polit¨®logo Ashraf Ajrami, al¨¦rgico a los postulados fundamentalistas. No obstante, apunta que s¨®lo un acontecimiento podr¨ªa desatar la violencia generalizada. "Si el presidente Abbas tratara de descabalgar al Gobierno dirigido por los islamistas, aumentar¨ªan considerablemente las posibilidades de un conflicto. Ham¨¢s tiene muy claro que no va a aceptar pasar a la oposici¨®n despu¨¦s de haber vencido en las elecciones".
Tampoco parece probable que prosperen las presiones para que a corto plazo Abbas opte por la destituci¨®n del Ejecutivo, facultad que le concede la ley, y la convocatoria de nuevos comicios.
Para abundar todav¨ªa m¨¢s en la confusi¨®n, un incendio se desat¨® despu¨¦s del mediod¨ªa en la sede del Parlamento en Ramala (Cisjordania). Nadie result¨® herido y el fuego fue extinguido, pero el presidente de la C¨¢mara, el islamista Aziz Dauik, sugiri¨® la presencia de manos ocultas.
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