Nostalgia de Christa Leem
La primera vez que la madre de Christa Leem (1953-2004) vio actuar a su hija tuvo que sentarse para poder asimilar el espect¨¢culo. Fue en una discoteca de la plaza de Gal¡¤la Plac¨ªdia de Barcelona, y la mujer, que no sab¨ªa nada de las inquietudes de Christa, se qued¨® desconcertada por la sorpresa. Pero la progenitora, la sexta generaci¨®n de una familia de artistas, se repuso pronto del impacto. La acompa?¨® a lo largo de su carrera, especialmente en sus inicios, cuando le hizo de cr¨ªtica, consejera e inspiradora, y hasta le prest¨® algunos trajes del vestuario que luc¨ªa en su repertorio de caf¨¦ teatro. Y lleg¨® a compartir escenario con Christa, la artista que, avanzada la d¨¦cada de 1970, permiti¨® descubrir al p¨²blico catal¨¢n el delicado equilibrio entre elegancia, sensibilidad y sensualidad que pod¨ªa encerrar un striptease. El lunes por la noche, Carmen Wernoff, que as¨ª se llama la madre de Christa Leem, conten¨ªa a duras penas las l¨¢grimas de emoci¨®n durante el homenaje a su hija organizado por el lobby Un dels Nostres, con Joan Estrada a la cabeza. Cuando su hija falleci¨® prematuramente de c¨¢ncer, en el oto?o de 2004, tras una vida intensa, s¨®lo unos pocos amigos y familiares estuvieron en su despedida. El lunes, la asistencia desbord¨® las previsiones y Carmen Wernoff manifest¨® su alegr¨ªa al comprobar que, casi dos a?os despu¨¦s de su muerte, el recuerdo de su hija no se ha apagado.
"?Es que Christa iba a las monjas!", exclam¨® la madre de la 'stripteaser' al recordar los inicios de su hija en el mundo del espect¨¢culo
Un dels Nostres fue creado hace tres a?os y est¨¢ integrado por profesionales de los ¨¢mbitos m¨¢s diversos, desde la pol¨ªtica (como el nuevo concejal de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Carles Mart¨ª) a la sanidad (los doctores Eduard Ruiz Casta?er y Edmon Blasco), pasando por la escena teatral (las actrices Rosa Novell y Rosa Andreu, el director Ferran Madico), la literatura (el escritor Eduardo Mendoza), la m¨²sica (el cantante Loquillo) y la fotograf¨ªa (Pep Ribas). Los miembros del lobby se citan a manteles y tertulia el segundo lunes de cada mes, y desde su fundaci¨®n el marco de sus encuentros ha ido variando. La casualidad quiso que el homenaje a Leem tuviera como escenario la nueva sede de las reuniones del grupo, el hotel Oriente de La Rambla. A tan s¨®lo unos metros de la C¨²pula Venus, un local imprescindible para los noct¨¢mbulos de finales de los setenta y los ochenta, a?orado por muchos de los asistentes al acto en recuerdo de la musa de artistas e intelectuales que les encandil¨® all¨ª en numerosas ocasiones.
Entre los mayores admiradores de su personal¨ªsima manera de entender el desnudo en escena se encontraba Joan Brossa, que lleg¨® a crear alg¨²n n¨²mero para Leem. A finales de 1982, Brossa hizo grabar una actuaci¨®n de la artista, a puerta cerrada y sin p¨²blico, en el teatro Arnau. Las im¨¢genes, que se han proyectado en contad¨ªsimas ocasiones y ante auditorios muy reducidos, sirvieron el lunes para despertar nostalgias entre los m¨¢s veteranos (Sisa, Oriol Tramvia, ?ngel Casas, que ayud¨® definitivamente a la popularidad de Leem cuando la hizo actuar en su programa televisivo ?ngel Casas show) y permitieron a los m¨¢s j¨®venes hacerse una idea fiel del estilo de una stripteaser que se calificaba a s¨ª misma como "vedette para minor¨ªas".
Sentada en la presidencia de una mesa inmensa, momentos antes de que se sirviera el men¨² preparado por el chef Romain Fornell (el m¨¢s joven de los galardonados con una estrella Michelin en Francia), Carmen Wernoff segu¨ªa atentamente el modo en que, inmortalizada en la pantalla, su hija se iba sacando ases de bastos escondidos por toda su ropa hasta que, poco a poco, se desprend¨ªa de ella por completo. Y recordaba los inicios en el mundo del espect¨¢culo de Christa, una mujer de gran car¨¢cter, lo que a veces se traduc¨ªa en un trato dif¨ªcil, como reconocieron tanto la madre como Joan Estrada (¨¦l, que la contrat¨® para la C¨²pula Venus, decidi¨® rescindir su colaboraci¨®n profesional con la artista para preservar la s¨®lida amistad que siempre les uni¨®).
"Todo empez¨® cuando un d¨ªa mi hija me dijo que necesitaba mi permiso para debutar como gog¨® en una discoteca. Yo no sab¨ªa qu¨¦ era eso. La fui a ver y tuve que sentarme para recuperarme. ?Es que Christa iba a las monjas!", recordaba Carmen Wernoff, con el desparpajo de quien se ha pasado toda la vida actuando en p¨²blico. Wernoff explicaba que Christa renunci¨® a su debut en el teatro Vict¨°ria junto a Chicho Gordillo "nada menos" porque el core¨®grafo del espect¨¢culo quer¨ªa vestirla con una malla color carne y unas hojas de parra que tanto a la hija como a la madre les parecieron rid¨ªculas. Y tambi¨¦n que un famoso empresario de la ¨¦poca le exigi¨® que bajara a la platea para alternar con los clientes y ella se neg¨® en redondo. El asunto acab¨® en juicio. Al lado de Wernoff, Joan Estrada, organizador y maestro de ceremonias, lamentaba abiertamente que se haya perdido el esp¨ªritu de esa Barcelona encarnada por Leem y por otros artistas que brillaron en su ¨¦poca, como Oca?a.
Carmen Wernoff recogi¨® de manos de Carles Mart¨ª el galard¨®n concedido a su hija por Un dels Nostres. El premio del lobby, que el lunes se entreg¨® por primera vez, llevar¨¢ a partir de ahora el nombre de Christa Leem y recaer¨¢ anualmente en una persona cuya trayectoria vital y profesional se haya significado por el progresismo y la defensa de las libertades.
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