Noelia de Mingo rechaza declarar ante el juez sobre las muertes de la Jim¨¦nez D¨ªaz
Comienza el juicio contra la doctora que acuchill¨® a 10 personas y mat¨® a tres de ellas
"Con su permiso, se?or¨ªa, pero no deseo contestar a ninguna pregunta". La doctora Noelia de Mingo, que se enfrenta a 65 a?os de c¨¢rcel por acuchillar a 10 personas, de las que tres murieron, el 3 de abril de 2003 en el hospital de la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz, rehus¨® ayer declarar ante el tribunal de la Audiencia de Madrid que la juzga. S¨ª declararon, en cambio, cinco de los siete acuchillados: dos m¨¦dicos y tres enfermeras. Todos describieron el horror que les toc¨® vivir el d¨ªa en que Noelia, presa de un brote de su diagnosticada esquizofrenia paranoide, asi¨® un cuchillo y la emprendi¨® a pu?aladas con sus compa?eras y con los pacientes que se encontr¨® por los pasillos del hospital.
En su "sorpresiva" ruta asesina, Noelia mat¨® a dos enfermos -Jacinta G¨®mez y F¨¦lix Valles Arroyo- y a una colega, la tambi¨¦n m¨¦dica Leilah El Ouaamari, de 27 a?os. Dej¨® malheridas a siete compa?eras.
Eran las 14.20 del d¨ªa 3 de abril de 2003. En la sala de control 43 del hospital estaban Noelia y media docena de compa?eras sanitarias. De pronto, Noelia sac¨® un cuchillo de 15 cent¨ªmetros que ocultaba en su bolsillo y la emprendi¨® a machetazos. En los pasillos, se top¨® con dos pacientes, a los que mat¨® a cuchilladas. Tras dejar un reguero de sangre por los pasillos de la tercera planta del hospital, un celador del centro, provisto de una barra de hierro, la acorral¨® al fondo de un corredor sin salida y la ret¨®: "O tiras el cuchillo o te reviento la cabeza". Noelia dej¨® entonces caer al suelo el cuchillo de 15 cent¨ªmetros que hab¨ªa comprado un d¨ªa antes en una tienda cercana a la plaza de Castilla. Para que nadie le viese el arma, lleg¨® al hospital con ella en el bolsillo. Hizo un agujero por dentro del bolsillo, ajustado a la dimensi¨®n de la hoja, de tal forma que le cayese sobre el muslo, pero sin caerse al suelo. Su irreversible enfermedad mental le hab¨ªa llevado a pensar que sus compa?eros la espiaban y que eran actores de un circo en el que ella era el enemigo a batir.
Noelia, que usa gafas de alta graduaci¨®n, lleg¨® al tribunal esposada y vestida con chaqueta y pantal¨®n negro. El presidente del tribunal, Miguel Hidalgo Abia, le indic¨® que respondiese a las preguntas del ministerio fiscal.
-Con su permiso, se?or¨ªa, pero no deseo contestar a ninguna pregunta.
-?Y no va a contestar tampoco a las preguntas de la acusaci¨®n particular, ni a las de su abogado? -inquiri¨® el juez.
-No, se?or¨ªa.
-?Tampoco quiere decir nada a este tribunal?
-De momento, no, se?or¨ªa.
Bajo el acecho de dos polic¨ªas, Noelia asisti¨® impasible a las declaraciones de las personas, sus propias colegas, a las que hab¨ªa acuchillado.
Sus compa?eras de trabajo en la Unidad 43 de Reumatolog¨ªa, situada en la tercera planta de la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz, coincidieron en el horror vivido aquel d¨ªa y en las secuelas que sufren. Todas contaron que Noelia las apu?al¨® a traici¨®n y de forma sorpresiva. En ese momento, ninguna esperaba esa reacci¨®n, si bien declararon que era algo que se ve¨ªa venir, puesto que Noelia exhib¨ªa una actitud "muy rara" desde hac¨ªa semanas. Recordaron que era "poco comunicativa". D¨ªas antes de emprender su ruta asesina por el hospital, alg¨²n compa?ero la vio escribiendo en un ordenador apagado. "Ten¨ªa una mirada extra?a, como desencajada, ri¨¦ndose todo el rato, y me daba miedo", record¨® Mar¨ªa A. V., m¨¦dica residente y compa?era de Noelia. Igual que casi todas sus compa?eras, Mar¨ªa fue acuchillada por la espalda. Le seg¨® la yugular, pero logr¨® sobrevivir.
Noelia se ceb¨® especialmente con Leilah El Ouaamari, de 27 a?os. Ten¨ªa muchos celos de ella. Los jefes m¨¦dicos de la planta no se fiaban de Noelia y le encomendaban tareas m¨¦dicas de ella a Leilah.
Otra de las v¨ªctimas, que salv¨® la vida de milagro, Bel¨¦n A. D., se?al¨® al tribunal: "D¨ªas antes de los hechos, Leilah me coment¨® que cualquier d¨ªa Noelia le iba a clavar un pu?al en la espalda". Leilah recibi¨® cinco cuchilladas en zonas vitales: pulm¨®n, coraz¨®n y zona escapular derecha. Tras los hechos, el novio de Leilah llor¨® desconsolado a las puertas del hospital. Leilah le hab¨ªa hablado muchas veces del p¨¢nico que sent¨ªa. Las testigos se?alaron que comentaron varias veces a sus superiores la extra?a actitud de Noelia. S¨®lo dos d¨ªas antes de los hechos, ¨¦stos se plantearon la posibilidad de efectuarle una valoraci¨®n psiqui¨¢trica. No dio tiempo.
Historias cl¨ªnicas vac¨ªas
El fiscal pide para la doctora Noelia de Mingo 65 a?os de prisi¨®n. Pero considera que en su caso existe eximente incompleta de trastorno mental.
Los peritos le han diagnosticado a De Mingo una esquizofrenia paranoide con ideas delirantes. Por este motivo, el fiscal ofrece como alternativa la posibilidad de sustituir esos 65 a?os de c¨¢rcel por el mismo periodo de internamiento en un centro penitenciario psiqui¨¢trico, como el que existe en Fontcalent (Alicante).
Lo previsible en este caso, dados los contundentes informes de los peritos psiquiatras, es que el tribunal la condene y que, en la misma sentencia, ordene el cumplimiento de la pena en un centro psiqui¨¢trico cerrado, seg¨²n fuentes jur¨ªdicas.
Dado que aparentemente no hay dudas sobre la autor¨ªa de los cr¨ªmenes, la parte fundamental del juicio recaer¨¢ en el debate sobre los informes periciales.
Seg¨²n los peritos, Noelia sufr¨ªa en realidad alucinaciones auditivas y sensoriales. Adem¨¢s, o¨ªa voces y pensaba que todos sus compa?eros eran actores.
"Supongo que el detonante [de los hechos] es el d¨ªa de antes, cuando le dijeron que la iba a ver un psiquiatra", precis¨® una de las v¨ªctimas. A los pacientes no los exploraba y hac¨ªa historias cl¨ªnicas sobre ellos poniendo s¨®lo dos palabras. Otras historias las dejaba en blanco.
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