RedIRIS dar¨¢ un acceso a la Red acad¨¦mica 10.000 veces m¨¢s veloz que el del hogar
La entidad administra la malla universitaria y de investigaci¨®n espa?ola
RedIRIS, departamento integrado en Red.es que gestiona la malla acad¨¦mica de Internet en Espa?a, estudia un proyecto internacional de red para ofrecer conexiones de 10 gigabits por segundo a cada investigador, 10.000 veces superior a la que ahora puede tener en su casa un internauta.
En la actualidad, los enlaces principales en el Internet de Red IRIS son de 2,5 gigabits por segundo y en breve pasar¨¢n a ser de 10 gigabits por segundo. La tarea para un Internet m¨¢s r¨¢pido y fiable, b¨¢sico para determinadas tareas acad¨¦micas, viene de lejos. Tom¨¢s de Miguel, su actual director, lo recuerda. Hace poco se ha celebrado el 20? aniversario del primer env¨ªo de un correo electr¨®nico por Internet en Espa?a, desde la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid.
"Nuestra prehistoria, por tanto, es reciente. En 1988 se vio la necesidad de dotar a la Universidad espa?ola y a los centros de investigaci¨®n de una red de conexi¨®n, y el Ministerio de Educaci¨®n empez¨® a trabajar en ello con Fundesco".
Fibra oscura
Telef¨®nica era entonces una empresa p¨²blica que participaba en Fundesco. En 1991 se mont¨® una red de muy alta capacidad para los par¨¢metros de la ¨¦poca (enlaces de 34 megas). Las conexiones dom¨¦sticas por m¨®dem trabajaban a 9.620 bits por segundo. La evoluci¨®n de la red acad¨¦mica es paralela, comenta De Miguel, a la evoluci¨®n de la Internet mundial.
En 1998 se dise?a el proyecto de RedIRIS, que coincide con el de una nueva red europea, con el protocolo de Internet, de alta capacidad, 155 megas.
"En aquel entonces, Estados Unidos albergaba los principales contenidos acad¨¦micos de Internet. Las conexiones entre Europa y Estados Unidos eran muy caras y, a pesar de aumentarse su capacidad, se saturaban cont¨ªnuamente", comenta De Miguel.
En 2001 surgi¨® el proyecto de red europea G?ANT. La respuesta espa?ola es una Red IRIS2 capaz de integrarse en la citada red. "La posici¨®n de los pa¨ªses europeos no es uniforme. Holanda va por delante. La red espa?ola crece al ritmo de G?ANT y otros pa¨ªses van con cierto retraso. La diligencia en crear estas redes nacionales va en proporci¨®n al PIB y a la demanda de Internet".
Un nuevo salto se da en 2004 cuando se dibuja una red de fibra oscura. Hasta el momento, y sigue este empe?o, se trataba de dar m¨¢s capacidad de conexi¨®n. "Con la llamada fibra oscura ya no se contrata capacidad, sino el empleo exclusivo de la l¨ªnea. La demanda en investigaci¨®n puntera exige este tipo de tecnolog¨ªa". RedIRIS gestiona las conexiones, atribuyendo al solicitante el d¨ªa y la hora para operar en ella.
RedIRIS ofrece distintos tipos de servicios de conexi¨®n a la malla acad¨¦mica espa?ola. El primario podr¨ªa ser suministrado por cualquier operadora, son los usos que tambi¨¦n se dan en el Internet comercial. El segundo tipo de servicios atiende a proyectos de investigaci¨®n que demanda una variedad de protocolos, una comunidad de usuarios aislada, calidad garantizada de servicio para una necesidad concreta, por un tiempo determinado, el que dura, por ejemplo, un determinado experimento.
Para poder atender estas necesidades, RedIRIS participa en programas de investigaci¨®n (actualmente en seis proyectos europeos), proporciona servicios como IRIS-CERT (seguridad), EDUROAM (movilidad), PAPI (control de acceso uniforme), IRISGRID (computaci¨®n distribuida), coordina grupos de trabajo espec¨ªficos y organiza foros o jornadas t¨¦cnicas. RedIRIS atiende actualmente a dos millones usuarios con un acceso reglado. Pero las demandas de estos usuarios van desde el simple acceso a un sitio universitario de Internet hasta una experiencia colaborativa en l¨ªnea. En febrero se intercambiaron en RedIRIS 600 terabytes, 70 veces el contenido digitalizado de la Biblioteca del Congreso.
Internet2
El tercer tipo de servicio se dirige a usuarios muy especializados con enormes necesidades de conexi¨®n.
Hay dos proyectos internacionales. Uno, LHC, sobre f¨ªsica de altas energ¨ªas, y otro DEISA, la red de supercomputaci¨®n europea que permite, por ejemplo, que un investigador autorizado en Alemania conecte con el superordenador Mare Nostrum de Barcelona para realizar un determinado proceso de datos que exige su trabajo.
RedIRIS, por tanto, no tiene s¨®lo la responsabilidad de interconectar la red acad¨¦mica espa?ola, sino de enlazar con las redes del Internet de altas prestaciones que se levantan en otras zonas, desde la G?ANT europea, a la Abilene (Internet 2) norteamericana, o la TEIN asi¨¢tica. La construcci¨®n de un segundo Internet para el universo acad¨¦mico, recuerda el proceso fundacional de Internet, un protocolo que surge de los despachos militares y universitarios y al que acceden posteriormente el mundo empresarial y los ciudadanos particulares.
Actualmente, Internet est¨¢ siendo empleado para millones de usos que no estaban previstos en su dise?o inicial y, sin embargo, la red se ha podido adaptar a esta demanda imprevista. A pesar de ello, los debates sobre la necesidad de introducir nuevas arquitecturas en la misma ya lleva unos cuantos a?os vivo.
Asia, la ventaja del rezagado
Un ejemplo del debate sobre la arquitectura de Internet es la sustituci¨®n del actual protocolo IPv4 por el IPv6. Se argument¨® que entre las mejoras que aporta este nuevo protocolo est¨¢n la de mayor seguridad y poder gestionar una cifra de direcciones de Internet casi infinita. Es m¨¢s, se anunci¨® el colapso por el cercano agotamiento de las direcciones del actual IPv4. Este colapso no se ha producido porque no todas las m¨¢quinas conectadas a Internet lo hacen a trav¨¦s de una direcci¨®n p¨²blica. Una empresa, por ejemplo, tiene una direcci¨®n p¨²blica de acceso a Internet y, luego, todos sus empleados se identifican dentro del circuito corporativo con una gama de direcciones privadas que no saltan a la Red.
Este tipo de estructura se da con frecuencia en pa¨ªses que disponen de pocas direcciones p¨²blicas, como India, donde hay hasta seis niveles anidados de ocultaci¨®n de direcciones. De Miguel, no obstante, considera que el cambio de arquitectura ser¨¢ inevitable cuando se desarrolle el mundo de los microdispositivos, y cualquier veh¨ªculo o electrodom¨¦stico necesite una direcci¨®n para estar en Internet. Curiosamente, algunos pa¨ªses que se han incorporado con m¨¢s retraso al universo de la Red, como China, tienen menos hipotecas para trazar una infraestructura m¨¢s moderna. De Miguel est¨¢ convencido de que veremos cambios sustanciales en la arquitectura de Internet. La duda es cu¨¢ndo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.